Esa tarde de sábado había reunión en casa una comida para algunos invitados que no sabía quienes eran aún. Como siempre al final terminaba haciendo todo yo ayudando a mi mama.
Como a las tres de la tarde ya estaba listo todo, mi mamá quedo colocando las cosas en el horno y dijo que me fuera a vestir que en una hora llegarían los invitados. La verdad no me agradan mucho las reuniones en casa con amigos de mi mama o mi padrastro porque siempre terminó incomoda, generalmente si viene algún hombre entre los invitados, pasan todo el tiempo mirándome, ya he pasado por miradas incómodas del hermano de mi padrastro, comportamiento por la cual imagino que su esposa lo había dejado.
Camino a mi cuarto en el pasillo me conseguí a mi papa saliendo con una botella de whisky, aún me sentía bastante incómoda por ese encuentro sexual que habíamos tenido hace sólo unas horas. Haber estado con mi mamá a mi lado toda la mañana cocinando ya fue bastante complicado, sentía que había fallado a su confianza, pero ya lo hecho, hecho esta.
— Tienes que ponerte bella hoy, con esta visita seguro viene una sorpresa para ti.- dijo mi padrastro susurrando al pasar a mi lado.
— Que sorpresa?.- me detuve en la puerta de mi cuarto, sólo pensé "Que estupidez tendrá planeada esta vez?".
— Tu sólo ponte bella, provocativa.
Sólo entré en mi cuarto y cerré la puerta, me quedé unos segundos parada en el espacio de la entrada donde había ocurrido todo. "Ahora esto como que va a ser así siempre" pensando en el comportamiento de mi padrastro, "Esto será un secreto difícil de llevar".
Fui a bañarme por segunda vez ese día y al llegar de vuelta al cuarto me senté en la cama a ver mi closet. No sabía que ponerme y tampoco quería hacer lo que me había dicho mi padrastro de ponerme sensual, me parecía una falta de respeto sabiendo que mi mama estaba ahí, pero de seguro vendría alguien que seguramente estaría interesado en mi. De inmediato pensé que sería su hermano, el cual me caía bastante mal.
Luego de pasar unos quince minutos viendo mi armario sin saber que ponerme, encontré mis faldas de tenis, hacía ya bastantes meses que no me las ponía, pues con los estudios ya no había tenido chance de ir al club a jugar. Elegí una de mis preferidas, una falda Nike blanca, tenía un dobles que la hacia ver muy elegante, tome una de mis chemis azul oscura para usar de camisa, es ajustada y marcaba bien la silueta de mi cuerpo.
Generalmente las faldas de tenis se colocan con un short de licra ajustado debajo pues como la falda llega apenas a la mitad del muslo en el juego fácilmente se ve por debajo, pero como esta vez sería para estar en casa, busque un hilo blanco muy chiquito, de esos que dejan muy poco a la imaginación, unos zapatos deportivos blancos y lista, sencilla, Sport y sexy.
Me hice una cola en el cabello, me maquille muy ligeramente los ojos y los labios y al verme al espejo realmente me veía provocativa, ahora el problema sería si me había vestido así por mi iniciativa o por lo que me dijo mi padrastro, cosa que seguramente el tomaría como que yo hice caso a lo que el me dijo, cosa que no era cierta, o al menos así lo pensaba yo.
Me senté en la computadora antes de salir y Janeth me había escrito al Facebook saludandome y me tomó por sorpresa que tenía una solicitud de amistad de Rubén el amiguito de mi hermano, no me pareció mala idea y lo acepte.
Haciendo tonterías en internet se me había pasado más de media hora ya, eran más de las cinco de la tarde y escuche que llego gente a la casa, no entendía porque razón me ponía nerviosa, me dio risa que me pusiera de esa forma, todo era por lo que me había dicho el tonto de mi padrastro.
Al salir a la sala me estaba una señora vestida con unos vaqueros una camisa blanca y una chaqueta de cuero negra que se estaba quitando en ese momento, tenía cabello rubio, de verdad era muy linda, de verdad una mujer muy atractiva, tenía que ser amiga de mi mama, lo primero que pensé fue "Seguro de jóvenes eran unas putas las dos" pues mi mamá también era una mujer muy bella, pero las dos jóvenes seguramente tendrían a decenas de hombres a sus pies.
De inmediato me di cuenta cual era el premio al que se refería mi padrastro, venía con su hijo. Sólo verlo y recordar lo que me había dicho me hizo reír. Nos presentaron a mi y a mi hermanito, no se sí son ideas mías pero después de estas experiencias me doy cuenta más fácil de las miradas y los gestos de las personas que me ven, cosa que antes ni le prestaba atención. Verónica era el nombre de la amiga de mi mama y Héctor el nombre de su hijo, no sabía su edad aún pero debía tener unos 13 o 14 años, más o menos le calculaba y realmente era un chico muy lindo, alto, delgado, blanco y cabello castaño claro.
Apenas nos presentaron, Verónica dijo:
— Mira.- dijo tomando el brazo de su hijo Héctor y dirigiéndose a mi.– Así es como me gusta una novia para ti.
Su hijo se puso rojo como un tomate, seguido de eso se acercó a mi y me hizo varios cumplidos por la forma en la que estaba vestida, pensó que venía de clases de tenis, dijo que admiraba mis piernas, la verdad es que estaba definidas y eso las hacía torneadas. Me estaba dando cuenta que esos elogios se estaban poniendo incómodos, pues sentía que estaba detallandome demasiado, de hecho me hizo sonrojar.
Le cambie el tema preguntándole por la edad de Héctor su hijo.
— Héctor tiene 11 va a cumplir 12 dentro de dos meses.
— Wooow apenas 11?? pensé que era muchísimo mayor.- de verdad me asombro pues por su tamaño parecía de más edad.
— Si así es desde pequeñito ya le calculaban muchísima más edad de la que tenía, salió alto como su papá que media casi dos metros.
Nos fuimos a la terraza de la casa y pasado un rato, no tarde en darme cuenta en las miradas de Héctor, en ocasiones me daba cuenta por el reflejo de las ventanas que daban a la terraza otras porque al voltear me tropezaba con su mirada.
Me levanté porque mi mama me pidió el favor que la ayudara, ya mi hermanito estaba instalado con Héctor, su nuevo amiguito hablando de juego de PlayStation.
Al caminar a la cocina y a un lado de la puerta dos maletas.
— Y eso?.- le pregunte a mi mama refiriéndome al equipaje.
— Son de Verónica que va a pasar unos días aquí mientras termina de hacer unas diligencias.
— Y se puede saber donde van a dormir?
— Bueno creo que vas a tener que dejar que ella duerma en tu cuarto y tu duermes con los chicos en el cuarto de tu hermano.
— Mamaaa!.- dije en tono de queja, pero la verdad es que me pasaron mil pensamientos de sexo por la mente, de inmediato mi imaginación comenzó a maquinar de todo.
— Ay Vanessa por favor son sólo unos días.
La tarde pasó volando y de pronto ya eran las nueve de la noche, aún seguían bebiendo y hablando en la mesa y de pronto Verónica hizo un comentario dirigiéndose al esposo de mi mama, de esos que ponen incómodo a cualquiera.
— Rubén como haces para vivir con estas dos modelos en casa?, eres un hombre con suerte.- dijo Verónica la mamá de Héctor en referencia a mi mama y yo.
— Pues si, lo tengo todo.- se notaba por su respuesta que se había puesto nervioso.
— Es que a los hombres después de los 40 como les gustan las chica jovencitas.- otro comentario incómodo, pero mi mama y su amiga comenzaron a reír.
Comenzaron a hacer chistes sobre el tema y yo comencé a ordenar unos platos y los recogí para llevarlos a la cocina, era la excusa perfecta para abandonar la mesa, pues se ve que ya la bebida les estaba pegando y no me estaba sintiendo a gusto ahí con tres borrachos.
Deje los platos en la cocina y me fui al baño, pase frente al cuarto de mi hermanito y estaban los dos jugando PS sentados en el piso.
En el baño me subí la falda y baje mi panty para orinar y al terminar tome un poco de papel para secarme abrí mis labios y pase el papel suave entre ellos, por un momento me detuve a pensar en una maldad para jugar con los chicos ahora y sacarlos de concentración, la verdad es que estaba hecha toda una ninfomana corruptora de menores.
Me subí la panty y baje mi falda pero la subí un poco más, dejándola más corta aún de lo que era, salí del baño y fui directo al cuarto de mi hermanito, me puse de pie frente a ellos, como estaban sentados en el piso desde abajo podían ver bajo mi falda con facilidad sólo subiendo la mirada. Los dos estaban concentrados en el juego y no voltearon a mirarme.
— Daniel puede poner pausa un segundo al juego.- de inmediato lo hizo y al subir la mirada para verme a los dos se les fueron los ojos a mis piernas mirando lo corta que estaba mi falda, mi hermanito que estaba más cerca de mi podía ver con claridad mi entrepierna y Héctor, su nuevo amiguito imagino que también, pero de inmediato giró la mirada al televisor nuevamente.– Van a tener que ayudarme a ordenar aquí el piso porque debes sacar el colchón debajo de tu cama, porque vamos a dormir los tres aquí y la mamá de Héctor en mi cuarto.
— Ok.- dijo mi hermanito mientras sus ojos intentaban disimular que veían bajo mi falda.
— Pero hazlo de una vez, no lo dejes para más tarde. Ustedes van a dormir abajo así que busca una sábana para poner sobre el colchón y yo como soy la reina dormiré arriba.- dije esto último haciendo un gesto de coquetería poniendo mi mano sobre la cadera.
Los ojos de Héctor recorrieron mi cuerpo y luego se puso de pie. Me di la vuelta y a un lado de su escritorio en el piso estaba un vaso, inmediatamente y con toda la intención, me incline dejando mis piernas extendidas, sólo baje mi tronco para alcanzar el vaso lo que hizo que mi falda dejara al descubierto todo mi culo, sentí como mis nalgas se separaron un poco dejándoles por unos segundos a la vista todo mi trasero y un pequeño triángulito apenas tapado por mi panty, inclinada aún gire mi cabeza y estaban los dos fijamente viendo mi cuerpo concentrados en mis piernas y mi culo. Me incorpore y de espaldas a ellos saliendo del cuarto les dije:
— Apúrense que ya en un ratico me vengo a acostar.
Me reía por dentro, mi plan había salido a la perfección y lo mejor es que, a mi hermanito pareció no molestarle en lo más mínimo, parecía que le gusto lo que hice.
Salí de su cuarto y baje mi falda a su posición normal, fui a la cocina a llevar el vaso y luego a mi habitación para ordenarla y percatarme que no había nada fuera de lugar, empezando por en video porno que mi padrastro había dejado hace unos días y aún estaba ahí.
Termine de ordenar y me senté a terminar de responder algunos mensajes en la computadora, mi mama entro a mi cuarto acompañando a Verónica que traía su maleta.
— Hija nosotros vamos a salir.- dijo mi mama sujetándome del hombro.
— Así que vas a ser la niñera esta noche por unas horas.- dijo su amiga riendo.
— Niñera de quien? De esos dos manganzones?.- nos reímos las tres.– Ellos están para cuidarme a mi ya.
Le explique donde estaban las luces en mi cuarto, donde podía colocar sus cosas y salí de la habitación para que se pusiera cómoda, me fui a la cocina para ayudar a mi mama a lavar los platos mientras se acomodaba su amiga.
Luego de unos minutos salió Verónica y me quede mirándola, la verdad era una mujer muy hermosa con un cuerpo como el de mi mama, sólo que ella tenía los senos operados y eso hacia la diferencia, pensé "Ojalá a su edad me vea así" pensé, mi mama a pesar de ser una mujer despampanante no acostumbraba a vestir así tan sexy, pero después de esa noche y la forma en la que vi que mi mama vio a su amiga, creo que va a tomar en cuenta poner un poco más de cuidado al vestir.
Nos quedamos hablando cosas de mujeres unos minutos hasta que salió mi padrastro y les indico para salir, tomaron sus cosas y abriendo la puerta salieron ellas, mi padrastro se regresó y en voz baja me dijo.
— Llegaremos entre cuatro o cinco de la mañana, así que tienes tiempo para ver unas cuantas películas y algo más.
— De que hablas?.- era evidente que sabía que se refería a hacer algo con los chicos, pero intente disimular.
— Ese era el regalo.- se dio la vuelta y salió de la casa.
Me quede parada viendo la puerta por unos segundos, pensando en si debía o no hace algo con mi hermanito y este chico nuevo, más aún sabiendo que mi padrastro sabía que algo pasaría, que esto era hecho por pensando en que yo tuviera sexo con los dos niños en casa.
"Bueno Vanessa que más podría pasar que no ha pasado ya?" Fue lo que pensé, "Ya hasta con tu padrastro dejaste que pasara algo, no te vas a poner ahora a dudar por una tontería", mi conciencia hoy me hablaba y parecía dispuesta a todo, mi corazón se aceleró a mil por hora, nuevamente estaba nerviosa y de inmediato comencé a sentir cosquillitas abajo entre mis piernas.
Me fui a mi cuarto y lo primero que se me ocurrió fue buscar algo que usaría para dormir, me recordé que en la última gaveta de mi armario estaban unos conjuntos de pijama que ya tenía años que no usaba, pues mi cuerpo cambió y ya no me quedaban en alguna partes.
Pase frente al cuarto de mi hermanito y estaban los dos sentados en la cama viendo unos muñecos de juguete que tenía mi hermanito, pase de una vez a mi cuarto y cerré la puerta. Saque la primera batica para dormir color azul celeste y otra blanca, cuando las usaba no tenía los senos tan grandes y me llegaban a la mitad del muslo. Me quite la ropa sólo dejando mi panty hilo, al ponerme la batica azul casi ni cabía en mi cuerpo, quedaba ajustada pero como era de algodón se estiraba y se amoldaba a mi cuerpo, las tiras llegaban en mi pecho justo a los pezones apenas tapándolos y dejaban mis senos casi al descubierto en el centro y a los lados, tapaba un poco más abajo de mi cadera, quedaba como una minifalda muy muy cortica, cualquier movimiento mal hecho podía hacer que se subiera. Me pareció que era demasiado, casi estaba desnuda.
Me coloque la blanca que era un poco más ancha en mis senos, aunque ya con mis senos más grandes se mostraban por los lados pero tapaba más que la otra, el problema es que quedaba tan corta abajo que por más que la estirará se subía y dejaba ver mis nalgas y mi entrepierna.
Decidí ponerme la azul y al pararme frente al espejo la luz de la lámpara de mi mesa de noche que estaba a mis espalda dejaba ver entre mis piernas la silueta de mis labios juntos apretados por mi panty, mis pezones se podían ver un poco porque la tela transparentaba por lo estirada que estaba.
Sólo pensar que ellos dos me vieran así me excito de inmediato, mis pezones se pusieron duros y se marcaban claramente en los pequeños triángulos que los tapaban. Estaba ahí viéndome y ahora dudando si ir así vestida al cuarto de mi hermanito o no.
Pensé en que debía tener algo para ponerme abajo por si llegaban antes o para ponerme después para dormir, saque uno de mis monos deportivos blancos y lo doble para llevarlo en la mano.
Me senté en la cama, mis manos temblaban por los nervios, parecía que estaba planeando el robo a un banco, "Estas dudando mucho y esta pasando el tiempo" pensé dándome ánimos para atreverme.
Salí de mi cuarto y al llegar a la entrada del cuarto de mi hermanito me detuve, acomode mi pequeño vestidito de dormir, lo estire hacia abajo un poco y acomode la poca tela que apenas tapaba mis senos firmes, "Realmente casi ni me tapa" fue lo que pensé.
— Chicos acomoden la cama donde van a dormir.- cuando me vieron entrar como ese diminuto atuendo, los dos se quedaron mirándome con la boca abierta.– Vamos no se queden ahí hipnotizados que después más tarde les va a dar fastidio.
Me acerque poniéndome frente a la cama de mi hermanito, tire el pantalón del mono sobre la cama. Héctor no dejaba de verme, me recorría con la mirada.
— Tenía tiempo sin vete con esa pijama.- dijo mi hermanito.– Ya te queda pequeña.- estaba más cerca de mi y podía ver mi panty bajo la corta camisa.
— Me queda muy chiquita?.- les pregunte dando una vuelta lentamente para que me vieran completa por delante y por detrás.
— Pero te queda muy bien.- dijo Héctor sonriendo.
— Si pero de verdad me queda muy chiquita.- dije eso dejándoles ver el triángulito de la parte delantera de mi panty que se asomaba entre mis piernas, baje la batica un poquito para taparlo.– Si no tuviera la panty se me viera todo.
— Quitatela a ver.- dijo mi hermanito y Héctor tenía la carita roja de la pena.
— No no me la puedo quitar porque esta el aquí.- dije refiriéndome a Héctor que volteó a mirarme pero no dijo nada.
Los dos se pusieron de pie para sacar la cama de visitante que estaba debajo del colchón de mi hermanito. Héctor estaba de pie pero inclinado hacia adelante apoyado de sus rodillas tratando de ocultar lo que parecía una tremenda erección. Mi hermanito si no ocultaba nada, podía ver claramente en su pantalón como se hacía un bulto en su parte delantera.
Sacaron la cama y mande a mi hermanito a que buscara una sábana para cubrir el colchón y otras dos para que se arroparan. Al salir el de su cuarto para buscar eso en el cuarto de mi mama, me senté en la cama de arriba con los pies sobre el colchón de ellos que quedaba a un lado pero más abajo. Tenía mis piernas juntas pero al sentarme así mi batica se había recogido un poco dejando mis piernas y parte de mis caderas a la vista, la mirada de Héctor se iba por mis piernas hasta mis senos que parecían estar cubiertos por un traje de baño pequeño.
— Y en que gradó estas?.- le pregunte para intentar romper el hielo.
— En quinto grado.- me respondió mientras desabrochaba las trenzas de su zapato.
— Estas en primaria todavía?.- me asombro porque por su tamaño pensé que era mucho mayor que mi hermanito.– Que edad tienes?.
— Casi doce.- dijo subiendo la mirada para verme a la cara, parece que de sentía apenado de ser tan chico.
— Pero pareces de más edad, eres bien grande.- con mi mano aparte el cabello de su frente.
— Si siempre me dicen eso.- sus ojos nuevamente se concentraban en mis piernas.
Mi hermanito entro al cuarto con las sábanas y una cobija, me levanté sobre el colchón de ellos caminando sobre el y pasando entre los dos, mi pijama se subió sobre mi cadera quedando en mi cintura y dejando todo mi culo al aire sólo cubierto por un panty de hilo blanco que se metía entre mis nalgas, Héctor que estaba sentado en el colchón se quedo infartado viendo mis piernas mi mis caderas desnudas, mi hermanito pudo verme por delante y por detrás, a los dos se les fue la mirada detrás de mi cuerpo. Al tocar el piso nuevamente baje mi batica tapando mi parte de abajo.
Esta vez Hector no tenía opción, debía ponerse de pie para ordenar la cama y al voltearme quede frente a el, tenía una erección que parecía que reventaría su pantalón. Claro que se dio cuenta que lo había notado y se puso rojo como un tomate, coloco su mano sobre el pantalón a la altura de su pene intentando disimular.
— No tiene porque darte pena, es normal.- le dije inclinándome para susurrarle eso, aunque igual lo escuchaban los dos. Sólo me miro sonriendo pero su rostro estaba enrojecido.– Así yo se también que te gusta.
— Ayúdame a ponerlo.- dijo mi hermanito para que le diera una mano para poner la sábana en la cama.
— No seas flojo, pónganla entre los dos y así aprendes.- le dije eso porque me dio pena ayudarles con algo tan chiquito puesto, pues se vería todo y creo que Héctor, su nuevo amigo, estaba algo incómodo.
Mientras ponían la sábana le hacía preguntas a Héctor para saber más de el, lo típico que le preguntan a un chico, que si tiene novia, de donde era, donde estudiaba y cosas así, tratando de que ganara confianza.
Terminaron de ordenar la cama y les dije:
— Bueno ahora les toca a ustedes ponerse cómodos para dormir.
— Aquí frente a ti?.- dijo mi hermanito.
— Claro, que tiene de malo?, a mi también me toca mirar.- puse mi cara de picara y les guiñe el ojo.
Mi hermanito de inmediato se quitó la camisa y comenzó a quitar el cinturón de su pantalón. Héctor no se atrevía a quitar la ropa, pero no dejaba de ver mis piernas y mi entrepierna.
— Y tu no quieres?.- le dije refiriéndome a Héctor.
— Es que me da pena.- y su cara realmente decía eso, el bulto en su pantalón estaba por explotar.
— No vale eso no tiene porque darte pena, es algo normal.- me acerque donde estaba el, pase mis dedos apartando el cabello detrás de su oreja.– Cuando tengas novia te va a tocar que te vean en ropa interior y hasta desnudo.- los tres nos reímos.– Ven, déjame ayudarte.
El se aproximo más a mi lado y tome su franela y le ayude a quitarla, el desabrocho su cinturón y yo desabotone su pantalón. Ya mi hermanito estaba quitando su pantalón quedando en ropa interior.
— Ves ya Daniel se lo quito.- le dije para alentarlo un poco.– Pero Héctor no es obligatorio que te quites la ropa, esto es más un juego secreto entre los tres, pero si no quieres no importa.
— Es que si quiero pero me da pena.- dijo bajando su mirada al suelo.
— Mira que no te debes sentir así.- subí mi batica por encima de mi ombligo, dejando al descubierto el pequeñísimo hilo que tenía puesto.– Ahora te toca a ti, demuéstrame que se te quitó la pena.- diciéndole esto estiré suavemente mi panty acomodandola justo en mi vagina, casi pudo verla.
Bajo el cierre de su pantalón y yo lo ayude a terminar de quitarlo, me agache para bajarlo hasta sus tobillos y su pene erecto que estaba bajo su bóxer lo tenía apuntando a mi cara bajo la tela.
— Te has masturbado?.- le pregunte subiendo la mirada y viendo la cara de Héctor que se sorprendió por mi pregunta.
— Si.- respondió en tono muy bajo.
— Eso es normal y muy rico, verdad hermanito?.- quería incluir a Daniel en el juego.
— Si es lo máximo y cuando aprendes a acabar es lo mejor.- dijo mi hermanito acercándose a mi con su tremendo pene erecto también.
— Si yo se acabar ya.- dijo Héctor.
Sólo verlos así en ropa interior con unas erecciones tan evidentes y que vieran mi cuerpo desnudo ya me tenía mojada. Tenía unas ganas enormes de ver el pene de Héctor pero no quería que se pusiera nervioso otra vez, parecía estar entrando en confianza.
— Y ya has visto películas porno?.- le seguía preguntando mientras terminaba de ayudarle a quitar el pantalón.
— Si en internet, pero pocas porque la computadora es de mi mama y muy pocas veces estoy sólo para verlas.- ya se veía más calmado.
— Será que vemos películas xxx?.- dije volteando a ver a mi hermanito.
— Siiiii.- dijo Daniel con una sonrisa inmensa, ya sabía que pasaría algo .
— Muéstrale tu bolsa secreta hermanito.
De inmediato Daniel saco de su escondite en el closet la bolsa llena de revistas y vídeos porno. Nos pusimos a ver revistas porno los tres, yo me acosté boca abajo en la cama de arriba y ellos se sentaron en la cama de abajo. Mi hermanito le indicaba donde estaban las mejores fotos para el, ya se sabía las revistas de memoria, los dos estaban concentrados viendo las mujeres desnudas y teniendo sexo.
— Alguna vez había visto a una mujer desnuda real así como yo?.- le pregunte a Héctor.
— No nunca, pero igual tu no estas desnuda, es como si tuvieras un traje de baño.- dijo volteando a ver mi culo que estaba descubierto sobre la cama.
— Bueno pero estoy casi casi desnuda.- coloque ni cuerpo de lado para que se viera toda la panty.– Aparte que no me voy a desnudar yo sola.
— Bueno si te desnudas nosotros nos desnudamos.- dijo mi hermanito.
Sin pensarlo me puse de pie sobre la cama y me termine de quitar la batica, mi senos quedaron al descubierto, tire mi vestidito a las manos de mi hermano, mis pezones estaban paraditos, se notaba claramente que estaba excitada. Sujete mi panty por la liga a cada lado de mi cadera estirandola y haciendo como si la bajaría casi mostrando el inicio de mi vagina, luego me di la vuelta y la hale sacando el hilo entre mis nalgas suavemente y luego la volví a subir.
— Les toca a ustedes ahora.
— Pero todavía no estas desnuda.- dijo mi hermanito, Héctor estaba concentrado viendo mis senos y apretaba su pene sobre su bóxer, se veía que se moría de ganas.
— Bueno si quieren que me quite la parte de abajo tienen que quitarse ustedes primero la ropa interior.
Los dos se vieron a la cara y se rieron, creo que por haberse conocido ese día no tenían la confianza, aparte que Héctor estaba sin duda con muchísima pena por lo que estaba pasando, jamás el se habría imaginado que esto pasaría.
Así mismo sentados los dos se quitaron la ropa interior y se quedaron sobre la cama, Héctor tapaba su pene con las manos, mi hermanito no porque ya tenía confianza conmigo. Me senté en la cama más alta colocando mis pies sobre la de ellos, me acerque a Héctor y le dije:
— Esto es como un juego y claro esta que es un secreto, lo que pase aquí no se le puede contar a nadie.- el me miraba fijamente.– Así que si hay algo que no quieras hacer no lo hagas, ok?.- hizo un gesto afirmativo con la cabeza, le sonreí y le di un beso suave y lento en la mejilla.
Me puse de pie nuevamente sobre la cama y comencé a bailar suavemente como si les estuviera haciendo un strip-tease, acariciaba mi cuerpo pasando mi mano por mis senos y apretando mis pezones, jugaba con mi cabello y me ponía en diferentes ángulos para que vieran todo mi cuerpo.
Podía ver como mi hermanito movía suavemente su mano masturbandose y Héctor apretaba su pene oculto bajo sus manos. Lleve mis manos a la cintura y estire nuevamente la panty bajándola sólo un poco, la detuve justo antes de dejarles ver mis labios vaginales, me gire colocándome de espaldas a los dos y baje mi panty hasta los tobillos inclinándome completamente hacia adelante, eso hizo que mi culo quedara completamente abierto frente a ellos, mi ano y mi vagina estaban a la vista completa, los deje disfrutar unos segundos de esa vista y podía ver sus caras de asombro. Los dos se miraron para reír me imagino que producto de la excitación.
Me incorpore y gire quedando de frente a ellos, les sonreí ahora yo y les tire un beso a cada uno.
— Les gusto el show?.- inmediatamente los dos riendo dijeron que si.– Bueno ahora a ver una película.
Mi hermanito saco una de las películas de su bolsa y la coloco rápidamente en el PlayStation. Yo me deje caer en la cama dejando que mis pechos rebotaran, acomode la almohada a la pared y me acosté completamente desnuda.
Héctor no dejaba de mirarme y cada vez que lo sorprendía le sonreía, estaba muerto de pena aún. Debía conseguir la forma de quitarle ese sentimiento. La película inicio y mi hermanito la adelanto hasta la primera escena, era una casa muy lujosa y bajaba una chica desnuda y en zapatos de tacón alto por la escalera, realmente era una carita muy bella y con un cuerpo operado, pero realmente hermosa, luego llego un chico y comenzaron a hacerlo, ella le chupaba la verga a el, luego el le hacia sexo oral a ella, me babeaba ver la reacción de sus rostros con cada detalle de las tomas. En ocasiones los dos volteaban a verme y aprovechaban para detallar mi cuerpo desnudo, me encantaba que aún así era yo el centro de atracción.
Llego la escena en la que el chico acababa sobre el cuerpo de ella, le salió una cantidad enorme de semen y lleno sus senos y su abdomen. Con las piernas juntas metí uno de los dedos entre los labios pasando sobre mi clítoris y llegándolo justo a la entrada de mi vagina, los dos voltearon a verme y abrí mis piernas para que pudieran ver mejor. Les dije que se sentarán sobre mi cama frente a mi para que pudieran ver mejor, al sentarse Héctor frente a mi por fin pude ver su pene con detalle, tenía un glande muy diferente al de mi hermanito, era mucho más ancho, parecía un champiñón, me encanto eso porque ese escaloncito se debía sentir divino.
Nadie decía nada, los dos estaban concentrados viendo como les abría mis labios mostrándoles mi vagina completamente, pasaba mis dedos por la breada mojandolos con mis líquidos y luego masacraba suave mi clítoris.
— Este botoncito que ven aquí se llama clítoris, es el lugar donde la mujeres sentimos más rico, peo hay que tratarlo suave.- Pasaba mis dedos con delicadeza sobre el abriéndolo y dejando que saliera completo para que lo vieran bien.– Por aquí es donde ustedes meten el pene.- abrí mis labios bien para que se mostrará el huequito de entrada a mi vagina y luego metí mis dedos suave hasta el fondo sacándolos completamente mojados.
Luego eleve mis rodillas llevándolas hacia mi pecho abriendo mis piernas más para que mi culo se mostrara completo, coloque mi mano sobre mi ano y les indique: — Por aquí por el ano también se puede meter pero a veces duele.- pasaba mi dedo húmedo sobre la entrada de mi culo haciendo círculos suaves, volvía a subir los dedos y los metía en mi vagina. De pronto Héctor rompió el silencio:
— Que sientes cuando te lo meten?.
— Se siente rico, es como una cosquillita rica.- cada vez estaba más mojada.
— Y por donde te gusta más por delante o por detrás?.- seguía preguntando y me encantaba que lo hiciera.
— Nunca lo he hecho por detrás, pero me gustaría probar.
— Yo quiero ser el primero.- de inmediato dijo mi hermanito, eso me excito más aún.
— Vengan acérquense.
Los dos se sentaron de rodillas frente a mi aún con las piernas abiertas, sus penes estaban duros apuntandome.
— Ven préstame tu mano.- le dije a Héctor y la coloque en la parte posterior de mi muslo, sujetándola la pase suave acariciandome hasta llevarla hasta mi vagina.– Sientes?.- le dije mientras el afirmaba con la cabeza, podía sentir como estaba temblando mientras lo guiaba para tocarme, pase su mano por mis nalgas hasta colocarla entre ellas para que tocara mi ano.
— Ahora tu Daniel.- le dije a mi hermanito, que hizo todo el recorrido sólo sin que lo guiara, se sentía divino el toque de sus manos sobre mi piel.
— Ahora pon dos dedos así juntos y firmes.- le indique a Héctor que los coloco así de inmediato.– Así mismo, déjalos firmes.- tome su mano y coloque la punta de sus dedos en la entrada de mi vagina y los metí lentamente hasta que entraron completos, sus nudillos tocaban mi culo, lo saque un poco y volví a meterlos, repetí eso varias veces, solté su mano y deje sus dedos adentro.– Ahora sigue moviéndolos tu sólo.
Seguía haciéndolo pero más rápido, sujete la mano de mi hermanito, eleve mi cadera un poquito más y puso dos dedos firmes, los pase por la entrada de mi ano suavemente, los empuje pero sólo entro la punta de uno de sus dedos, Héctor detuvo el movimiento para ver como mi hermanito metía sus dedos en mi ano. Trate de relajarme y empujé los dedos de mi culo suavemente hasta que entraron por completo. Tenía por primera vez una doble penetración, era poquito porque sus dedos no eran grandes, pero era un rico inicio. Los deje que se divirtieran así unos dos minutos y ahora me tocaba a mi darles placer, saque los dedos de mi hermano de mi ano y los de Hector de mi vagina.
— Ahora hermanito debes lavar tu mano porque hacerlo por ahí debe ser con cuidado.
— Y yo?.- dijo Héctor.
— No por delante no hay problema.
Podía notar que los dos estaban al borde de la excitación y yo estaba llevándolos aún más allá, era la profesora de sexo de estos dos niños y me encantaba hacer eso.
Mi hermanito salió rápido al baño a lavar su mano y nos quedamos unos segundos solos Héctor y yo, me senté a su lado, la película que aún seguía corriendo estaba en Una escena en la que una chica le hacía sexo oral en la cama a un chico, le indique a Héctor que mirará y mientras los dos lo hacíamos pasaba mis dedos muy delicadamente por sus muslos, rozando mis uñas suavemente, podía sentir como temblaba aún al tocarlo.
Creo que no estaba cómodo Héctor con la presencia de mi hermanito ahí, eso fue lo que pensé, aparte de ser su primera vez, era demasiado para ser el primer día que nos conocía.
Al entrar mi hermanito de vuelta al cuarto dije:
— Vamos a hacer algo más rico.- tenía que estar a solas con Héctor.– Les voy a dar quince minutos a cada uno a solas conmigo, mientras uno entra el otro espera aquí viendo la película.
— Ok/perfecto.- respondieron los dos al mismo tiempo.
— Voy a llevar a Héctor primero que esta muy nervioso.- le dije rápido y en secreto a mi hermanito al oído.
Me levanté de la cama y le extendí la mano a Héctor para llevarlo a mi cuarto. Mientras caminábamos lo detalle completo, su pene estaba tan duro que casi no se movía al caminar.
Entramos a mi cuarto y cerré la puerta, me senté en el borde de la cama y deje que el se quedara frente a mi de pie, abrí mis piernas para que se acercara un poco más.
— Estas nervioso?.- le pregunte viéndolo a la cara.
— Si mucho.- me dijo sonriendo.
— No tienes porque estarlo ya, aquí estamos solos.- sujete su mano derecha y la puse sobre uno de mis senos, el automáticamente lo apretó.– Te gusta?.- afirmo con su cabeza.– Puedes tocar lo que quieras.
Inmediatamente si otra mano agarro mi otro seno, los acariciaba y los apretaba, con mis dedos apreté nos pezones enseñándole como me gustaba y el lo captó inmediato imitando lo que hacia. Me moría de ganas por sentir su pene, pero quería ir con calma, lo acerque más para que sintiera todo mi cuerpo, lo abrace y pegue su cuerpo del mío, mis senos quedaron en si pecho y pide mis manos en su espalda baja empujando su cadera hacia adelante, su pene toco mi abdomen y lo acerque más para que quedara apretado entre nuestros cuerpos, podía sentir lo caliente de su verga, estaba dura como el acero y en ocasiones sentía como hacía alguna contracción, el me abrazo y sólo puso sus manos en mi espalda, pero se notaba que tenía pena aún, estaba inmóvil de los nervios.
— Te gusta así?.- le pregunte hablándome al oído.
— Si.
— Estas hirviendo.- me reí suave y comencé a besarlo en su hombro, llegue a su cuello y el se movió riendo.
— Es que me haces cosquillas.- su piel se erizó, podía sentirlo en su espalda.
— Esta bien eso es normal.- lo acaricie suave por la espalda llegando hasta sus nalgas que al tocarla de apretaron las dos, aún estaba nervioso.– Has besado en la boca?.- sus ojos se abrieron más y movió su cabeza para decirme que no. Me acerque suavemente y lo bese suave en la boca dándole varios besitos pequeños.– Te gusto?.- nuevamente afirmo con su cabeza, lo bese unas veces más y comencé a bajar por su mentón, por su cuello y luego lo aparte de mi cuerpo, su pene dejo en mi abdomen un hilo de líquido espeso, estaba tan excitado que salía agüita por la punta de su pene.
Sujete su pene suavemente entre mis dedos y de inmediato sentí como tuvo una contracción al contacto, lleve mis dedos hasta sus bolitas y luego sujete su verga completa cerrando mis dedos, era mucho más larga que la de mi hermanito, pero era más delgada, pero me sorprendió lo larga que era. Me incline hacia adelante y lo bese en su abdomen, su ombligo, podía sentir como su respiración se aceleraba.
— Que parte de mi cuerpo te gusta más?.- le pregunte para que se relajará nuevamente.
— Tu pecho.- respondió de inmediato.
Sujete mi seno izquierdo con la mano y lo acerque a su pene, pase la punta de su glande por mi pezón y lo frote contra el, salía más líquido y lo mojo inmediato, baje mi cara y bese la punta chupando la suave, quedo el sabor salado de su agüita en mis labios, sin pensarlo lo metí en mi boca saboreandolo y comencé a hacerle sexo oral suave pero profundo, la punta de su verga llegaba hasta mi garganta.
Me sujeto por los hombro como para intentar separarse de mi, pensé que le había hecho algo que le molesto y me aparte para preguntarle:
— Que paso t…
No había terminado de hacer la pregunta y salió una enorme carga de semen espeso llegando a mi nariz, mi boca y mi mentón, el segundo chorro llego a mi cuello y mis senos, sólo mirar como su verga disparaba semen por mi, por poco me hizo acabar de sólo verlo.
Sujete su verga con los dedos y comencé a masturbarlo rápido, acerque mi seno que me había dicho que le encantaba para que lo llenara de su leche, le seguía saliendo un montón, se derramaba por los costados de mi seno, estaba hirviendo era muy caliente.
En la medida que salía menos lo apretaba con fuerza sacándole toda la que quedaba dentro, estaba fuera de el, hacia sonidos de placer y me sujetaba con fuerza. Cuando abrió los ojos nuevamente y vio mi cara como estaba llena de su semen, lo primero que dijo fue:
— Perdona, discúlpame no sabía que hacer.- su rostro estaba rojo como un tomate y su respiración acelerada.
— No tienes que disculparte, así como lo hiciste esta perfecto, déjame decirte que me encanto.
— De verdad te gusto?.
— Si me encanto, mira lo rico que acabaste, me llenaste toda.
— Y eso te gusta?.- me pregunto con una carita como si fuera a llorar.
— Así como lo hiciste es que adoro que acabes siempre. Déjame limpiar tu verga.- La agarre con mis dedos por la base y me la metí en la boca, la envolvía con la lengua succionandola comiéndome todo su semen.
— Ahhhhhhh!!!.- fue el único sonido que hizo apretando todo su cuerpo, sus piernas temblaron y por poco se cae al piso, tuvo que sujetarse de mis hombros para mantenerse en pie mientras yo le chupe su verga por casi un minuto.
Su erección bajo después de acabar un poco pero después de chuparla así volvió a ponerse dura, mire el reloj y nos quedaban cinco minutos para que se acabara su tiempo.
Lo acosté en la cama y aún llena de su semen que ahora se secaba sobre mi, le dije que se pusiera boca arriba y me subí sobre el, estaba fuera de mi, estaba demasiado excitada, sujete su verga apuntandola a mi vagina y la metí hasta el fondo, separe bien mis pierna hasta que mi vagina quedo abierta sobre su vientre y comencé a mover mi cadera hacia adelante y hacía atrás frotándome con fuerza el clítoris y mis labios contra su cuerpo. Su pene que estaba completamente dentro de mi, hacia movimientos dentro de mi vagina con el vaivén de mi cadera.
Me movía frenéticamente, necesitaba urgente acabar, sentía como se mojaba su verga, su barriguita con los líquidos que salían de mi. Me incline sobre el sin dejar de moverme y puse mis senos en su cara.
— Chupame los pezones.- le dije colocándole cerca de su boca mi pezón izquierdo.
Con sus manos agarro mis dos senos y comenzó a chuparmelos, cerré mis ojos y me deje llevar. Era divina la sensación de su pene moviéndome dentro de mi, como escarbando y mi clítoris rozando su piel. Al abrir los ojos podía ver como su cara estaba en el éxtasis mientras jugaba con mis senos y estaba dentro de mi.
— Te gusta como se siente meter tu pipí dentro de mi?.- lo miraba fijamente a la cara, estaba sintiendo que venía mi orgasmo, aceleraba los movimientos.– Te gusta mamarme las tetas?, te gusta cogerme así?.- estaba completamente ida y hablándole de forma morbosa a ese niño que me estaba dando un placer inmenso.
Sólo respondía moviendo su cabeza de forma afirmativa. Me incorpore poniendo mi manos sobre su pechos y para que viera mi cuerpo completo como estaba sobre el, quería que viera la mujer que se estaba cogiendo, con quien estaba perdiendo la virginidad.
Al ver mis senos moverse al ritmo de mis caderas y ver mi vagina perfectamente depilada como estaba enrojecida de la fricción, la sensación de estar dentro de mi, me imagino que no pudo más.
— Creo que otra vez.- me dijo casi tartamudeando.
— Otra vez que?.- mi voz era agitada no quería bajar el ritmo, estaba sudando ya.
— Me va a salir otra vez.- me dijo aún con pena de decirlo claramente.
— Vas a acabar dentro de mi?.
Justo al hacerle esa pregunta, todo su cuerpo se tensó, sus piernas se pusieron rígidas y su pene se inflo dentro de mi, pude sentir como sus bolas se contraían y de pronto estaba llenándome de semen por dentro, las contracciones eran fuertes y yo seguía moviéndome sin parar. El me sujetaba por las caderas, sentía que estaba llena de agua, su pene nadaba entre mis líquidos y su semen caliente.
Con cada movimiento de cadera se escapaba entre mis labios todo ese líquido llenando su barriga y eso hacia que se deslizara mi vagina sobre el más suave. La fricción de mi cuerpo con el de suyo hacia sonidos por lo húmeda que estaba.
Sólo de pensar que había acabado dentro de mi y verlo a la cara me arranco un pequeño grito y un orgasmo recorrió mi cuerpo desde los pies hasta mi cabello, me detuve apretando su verga dentro de mi, apreté mis dedos sobre su pecho y detuve hasta la respiración.
Fue un orgasmo corto pero muy muy intenso. Me quede sobre el unos segundo y cuando abrí mis ojos el estaba viéndome fijamente con una cara de felicidad inmensa, le sonreí, casi no podía hablar estaba recuperando el aliento, mi cuerpo estaba sudando pues realmente lo había hecho con ganas.
— Te gusto?.- le pregunte casi jadeando.
— Si muchicimo.
— Que rico eso me gusta, lo haces muy bien.- quería que se sintiera perfecto aunque todo el trabajo lo había hecho yo y estaba cansada.
Al levantar mi cadera y sacar su pene que estaba aún erecto pero con menos dureza, entre mis labios salió una pelota de líquido, le había salido tanto que aún tenía mucho dentro de mi. Aún sobre el con las piernas abiertas me puse en cuclillas y metí un dedo dentro de mi abriendo la entrada de mi vagina, puje un poco y salió otro poco más de su semen cayendo sobre su abdomen, se veía tan erótico eso que hacía, tan morboso, realmente lo lleve al límite de su excitación. Me impactaba que en la segunda oportunidad de eyacular, le saliera tanto líquido, los dos nos reíamos de todo lo que salió y lo felicité por haber acabado así. Le explique que cuando lo haga con alguna chica no puede acabar dentro porque puede dejarla embarazada, en mi caso si podía porque tomaba pastillas.
Me levanté y busque un paño pequeño, le sequé su abdomen que estaba todo mojado y luego lo pase por todos los lados de mi cuerpo donde tenía su semen. Le dije que fuéramos al baño a lavarnos porque ahora le tocaba a mi hermanito.
Al salir del cuarto mi hermanito a asomo inmediatamente, sabía que le tocaba a el, fuimos hasta el baño y le indique que abriera la regadera para saliera agua caliente, mi hermanito se coloco en la puerta del baño con una tremenda erección, de su cuarto se escuchaban los gemidos de la película que aún estaba puesta.
No me aguante y me puse de rodillas frente a el y comencé a chuparle suavemente su pene, el me sujeto por el cabello y empujaba mi rostro metiéndolo completo en mi boca. Dure unos segundos haciéndole sexo oral y me voltee poniéndome en cuatro dejándole mi culo completamente abierto para el, Héctor estaba en la regadera frente a mi viendo todo el espectáculo con detenimiento. Pase no brazo por mi espalda llevándo mi mano hasta mi vagina, metí dos dedos dentro de ella y los saque llenos aún de mi líquidos y del semen de Héctor que aún quedaba dentro de mi, lubrique mi ano con los dedos y metí uno de ellos dentro de mi culo varias veces, luego lo lleve a mi boca dejando caer en el un poco de saliva y la pase por mi ano nuevamente para lubricarlo más, metí ahora dos dedos dentro, lo más profundo que me permitía la posición.
— Ven metemelo por el culo.- le indique a mi hermanito sacando mis dedos y dejándole mi culo dilatado y abierto completamente para el.
Se acercó y sentí cuando la punta de su verga toco mi culo, trataba de no apretar para que entrara más fácil. Sentí como intento empujarlo dentro pero a la primera no entro, así que puse mi cara contra el piso elevando mi culo y sujete cada nalga con una mano abriéndolas todo lo que podía, en ese momento sentí como la comenzó a meter, primero sólo paso el glande, no sentía molestia pero si era una sensación extraña. El me agarro por la cadera y la metió completa, sentía sus bolas como tocaban la entrada de mi vagina, mi culo apretaba su verga, no podía contener esos movimientos de mi ano.
Comenzó a mover sus caderas rápido y con fuerza metiéndotela hasta adentro, lo hacía con tanta rapidez que se salió y sin necesidad de acomodarla al volver a embestirme su verga entro de golpe en mi culo, eso si me arranco un pequeño quejido de dolor y el no se detenía, sus dedos se clavaban en mis nalgas y mi cadera, mi hermanito me estaba cogiendo duro como si fuera una perra.
Al subir la mirada Héctor estaba dentro de la ducha nuevamente con su pene duro como una piedra y se estaba masturbando viendo como mi hermanito desvirgaba mi culo, realmente me estaba dado duro.
Esa sensación de sentir mi ano siendo penetrado por mi hermanito y ver a otro niño masturbarse viéndome me calentó en un segundo. Estaba disfrutando el sexo anal pues el tamaño de la verga de Daniel no era como la de un hombre mayor, era del tamaño perfecto para disfrutar. Me incorpore apoyándome sobre mis manos y le hice señas a Héctor para que se acercara frente a mi cara, de inmediato se coloco frente a mi, con una mano lo sujete por sus nalgas y lleve su pene a mi boca. Me sentía como la mujer más puta mamandole la verga a un niño mientras que otro me daba duro por mi culo.
Mi hermanito no tardo y sin avisarme sentí como me apretó con fuerza contra el y descargó todo dentro de mi ano. Detuve el sexo oral sin sacarme el pene de Daniel de mi boca, estaba sintiendo como un mar caliente llenaba mi culo por dentro, era súper excitante y al mismo tiempo demasiado extraño sentir como su semen se metía dentro de mi, profundo con cada chorro, mi ano hacia contracciones apretándolo, eran espasmos incontrolables.
Mi hermanito estaba tan excitado que no se contuvo y acabo rapidísimo.
— Ahora tu Héctor.- le dije indicándole que me la metiera por el culo, trate de no moverme mucho para que se quedara todo el semen adentro.– Metela por mi culo.
Me hizo caso inmediatamente, se coloco detrás de mi y al poner su pene en mi ano y empujarlo paso fácilmente, sentía como un hilo líquido que salía de mi culo bajaba entre los labios de mi vagina y goteaba en el piso.
Héctor intentaba cogerme duro como lo había hecho mi hermanito pero aún no sabía moverse, su pene se salió en varias ocasiones y cada vez que se salía yo sin querer expulsaba un poco del semen de mi hermanito que estaba dentro de mi. Lo volvió a meter por cuarta vez y de pronto sentí como se vino dentro de mi el también, estaba llenando mi culo con más semen, se sentía rarísimo era algo difícil de describir. Sin esperarlo y sólo por el morbo que me causo que los dos me la metieran por detrás tuve un orgasmo pequeño pero muy rico, fue algo espontáneo, ni siquiera me había tocado ni me estimule de ninguna manera, no sabría decir si fue un orgasmo causado por la penetración anal o simplemente por la excitación.
Al sacar su verga de mi culo sentí como se derramo un poco, me quede inmóvil y me incline hacia adelante para evitar que el semen bajara.
— Woow los dos acabaron dentro de mi.- los dos se rieron, la regadera estaba llena de vapor por el agua caliente y los gemidos de sexo de la película del cuarto de mi hermanito aún sonaban en el fondo.– Estoy completamente llena por dentro.- cuando intente pararme sentí como se salió un poco de semen de mi culo, me dio risa.– Y ahora como me voy a levantar sin hacer un desastre?.
Coloque mi mano en la entrada de mi ano y apretándolo me puse de pie y rápidamente me senté en el inodoro, al relajar mi recto salió una gran cantidad de líquido que cayo al agua, me asombro que fuera tanto, abrí mis piernas y me asome para ver, hundí mi vientre un poco pujando y volvió a salir un poco más de mi ano y también de mi vagina, realmente estaba llena de semen.
El olor a sexo en el baño era tremendo, se mezclaba con el vapor de la regadera. Los dos niños estaban simplemente parados frente a mi viendo mi cuerpo desnudo con las piernas abiertas sacando los restos del semen dentro de mi cuerpo.
— Están hipnotizados?.- les dije con una sonrisa en mi cara para que reaccionaran porque estaban inmóviles viéndome.– Acomoden la temperatura del agua y vamos a bañarnos los tres, rápido que es tarde.
Al entrar a la regadera me lleve una sorpresa, nuevamente los dos estaban con su pene duro, "No puedo creerlo, otra vez la tienen dura, los niños son incansables que divino", fue lo que paso por mi mente pero sin decir nada metí mi cuerpo bajo el agua agarrando una cola en mi cabello para no mojarlo, mi hermanito me dio el jabón y pase las por mi cadera enjabonando todo, metí mis manos entre mis nalgas y en mi vagina abriendo mis labios, enjabone mi cara que estaba llena de semen seco de Héctor que había llenado mi rostro, quite todo el jabón de mi cuerpo y nuevamente tome el jabón haciendo espuma y agarre el pene de mi hermanito enjabonandolo completo como si lo masturbara, llene todo hasta sus bolas de espuma, quedo inmóvil sintiendo esa divina sensación de ser enjabonado por su hermana mayor. Luego repetí la misma operación con Héctor que también se quedo igual disfrutando.
— Yo no puedo creer que después de todo ustedes dos aún les quedan ganas?, son incansables.- riéndome realmente asombrada que aun sus penes estaban duros.
— Pero es por tu culpa.- dijo mi hermanito con una gran sonrisa.
Continuamos bromeando los tres desnudos en la regadera terminando de bañarnos, era de lo más natural, como si lo hiciéramos todos los días.
Salí primero y me percate que en la entrada del baño había restos de semen en el piso, tome un poco de papel de baño y lo limpie, al tirarlo en el inodoro me di cuenta de todo el semen que estaba en el agua, era impresionante todo lo que los chicos habían descargado dentro de mi, me sentía como la mejor del mundo y no sólo eso, después de todo eso ellos aún tenían ganas de seguir cogiendome, era el paraíso.
Nos fuimos al cuarto, eran ya las dos y media de la madrugada, aunque mi padrastro me había dicho que llegarían más tarde, no debía confiarme y debía tomar precauciones, les indique que se vistieran y se acostaran. Fui a ordenar la cama de mi cuarto pues ahí dormiría la mama de Héctor y a buscar el pantalón de dormir que había dejado tirado en el cuarto de mi hermanito, debía vestirme normalmente ya, escondí las cosas pornográficas que teníamos regadas por ahí y me fui a la cocina tomarme un gran vaso de agua, estaba sedienta, había sido una noche rica de sexo y en mi mente estaban volando todas esas ricas imágenes de lo que había hecho con ellos hoy, me calentaba sólo de recordarlo.
Mire el reloj de la pared, ya eran las tres y cuarto de la madrugada, coloque el vaso en el lavaplatos y me fui al cuarto de los chicos, al entrar me sorprendió que los dos estaban profundamente dormidos, realmente tenían que estar cansados después de todo lo que habíamos hecho, yo también estaba cansada pero tanto sexo me mantenía despierta, apague el televisor y busque mi celular para meterme en internet y revisar mis redes sociales mientras conseguía quedarme dormida y sin esperarlo entro una llamada a mi celular, era mi padrastro, no podía creer que me llamara, lo primero que paso por lo cabeza fue que algo malo habia sucedido, porque no era muy común que el llamara a mi celular y menos a esa hora.
— Alo.- conteste lo más rápido que pude para que no se despertarán los chicos.
— Te llamaba para avisarte que vamos saliendo a la casa ya, llegaremos en unos veinte minutos.- hablaba rápido y se escuchaba música de fondo.
— Ok y para eso me llamaste?.- me pareció extraño que llamara, quizás fue grosera la forma en que le conteste pero no sabía que decirle.
— Lo hiciste?.- preguntó bajando el tono de voz.
— Hacer que?.- no podía creer que me preguntara sobre eso, aún más porque estaba con mi mama y su amiga la mamá de Héctor.
— Tu sabes a que me refiero, lograste hacer algo?.- era evidente que sabía que pasaría algo mientras estuviera sola con los dos niños en casa.
— Más o menos.- no quería darle detalles y más hablar con los niños durmiendo a mi lado.– A eso te referias con lo del regalo?.
— Si a eso me refería, dime rápido paso algo?.
— Ehhh.- hice una pausa, mi cerebro estaba en blanco, no sabía que decir, de igual forma el quería que algo pasara y me estaba ayudando para eso, así que después de unos segundos de silencio — Si paso algo.- dije riendo de la pena.
— Ufff que divino Vanessa eres la mejor me encantas, ya me contarás.
Me dejo con la palabra en la boca y trancó la llamada, no podía creer que todo esto fue planeado por el, con la idea de que hiciera algo con los chicos, "Dios mío que pena", sólo eso pasaba por mi mente, todo lo que había pasado con el, ahora debía sumarle que mi padrastro me ayudara y consintiera con cosas como esta a espaldas de todo el mudo.
La verdad era privilegiada, pero siempre se me pasaba por la mente la idea de que alguien se enterara de esto y todo el problema que se formaría, a veces pensaba en detener esto que hacía con mi hermanito y ahora con otros niños, pero ya era un vicio, mis ganas podían más que yo.
Cuando quite mi vista del teléfono mi hermanito estaba asomado a un costado de la cama, evidentemente la llamada lo despertó:
— Que paso, quien era?.- estaba medio dormido.
— Llamaron para saber como estábamos y que ya en unos minutos se vendrían a casa.
— Puedo dormir contigo?.- pregunto susurrando.
Levanté la sábana indicándole que si, de inmediato se levanto con cuidado se subió a la cama y al cubrirlo con la sábana se quitó el pantalón de su pijama.
— Que estas haciendo?.- le pregunte asomándome bajo la sábana y viendo como quedaba desnudo de la cintura para abajo.
— Es que tengo calor.
— No esta haciendo calor mentiroso.- y la verdad es que no hacía calor, eran sus ganas de estar conmigo.
Estaba acostada boca arriba y el se coloco a mi lado, puso una pierna sobre mi, su muslo tibio estaba sobre mi abdomen y su cara quedaba justo a la altura de mis senos. Al pegar su cuerpo contra el mío podía sentir su erección en un costado de mi cadera, me abrazo y coloco su cara pegada de mi seno izquierdo, su respiración se sentía a través de la tela de mi camisa. Levanté mi cabeza para observar a Héctor, que estaba acostado en la cama de abajo de espaldas a nosotros aún dormido, estire la sábana tapándonos por completo, subí mi camisa hasta dejar mis senos al aire y de inmediato mi hermanito se acomodo para chupar mi pezón, lo hacía suave con mucha delicadeza, se sentía divino que me lamiera así, ni yo misma sabía que era tan sensible en mis senos y su boca tibia sobre mi piel era lo máximo.
Su cadera comenzó a moverse suave apretando su pene contra mi cuerpo, se estaba masturbando frotando su pene contra mi muslo como me había mostrado la primera vez que me enseño como se masturbaba, su pene estiraba la tela del pantalón de mi pijama y cada vez lo hacía con más fuerza, podía sentir lo duro y caliente de su verga a través de mi pijama.
Como pude y con su ayuda baje mi pantalón hasta mis rodillas y lo deje que se masturbara sobre mi piel, la situación me excito de inmediato.
— Me vas a volver loca hermanito, tu no te cansas jamás.- le dije riéndome y asombrada de sus ganas de sexo conmigo.
No me aguante y baje mi mano hasta mi vagina y comencé a tocarme, en la oscuridad y bajo la sábana casi no podíamos ni vernos, pero sentir que se estaba masturbando contra mi cuerpo era divino y ahora quería que el sintiera que me estaba masturbando con el. Pase mis dedos entre los labios y comencé a acariciar mi clítoris suavemente.
Se dio cuenta del movimiento de mi mano porque mi brazo tocaba su muslo que estaba sobre mi abdomen, aparto su muslo y bajo su mano colocándola sobre la mía, así podía sentir los movimientos de mis dedos dándome placer. Sus movimientos frotándose contra mi comenzaron a acelerarse, podía sentir la piel de su pene tocando mi cadera y sus bolas como se apretaban contra mi, su mano estaba inmóvil sobre la mía sólo siguiendo mis movimientos, así que quite mi mano y deje que la suya tocara mis labios, hundí sus dedos presionando con los míos para que tocara mi clítoris separando mis labios vaginales, al tenerlos en posición correcta movía su mano enseñándole a masturbarme con los dedos, lo hacía rápido y con fuerza, presionando con fuerza.
Los movimientos de su cadera se hicieron más rápidos, su cuerpo se pegó aún más al mío, frotaba su pene con más fuerza contra mi cadera, realmente mi hermanito estaba excitado masturbandose para mi y se podía sentir que deseaba acabar por la forma en la que se estaba moviendo.
Mi flujo comenzó a mojar sus dedos que ahora acariciaban mis labios y mi clítoris, sin decirle nada volvió a meter mi pezón en su boca y lo lamia y chupaba con fuerza. Eso me arranco un gemido de placer, era sorprendente que mi hermanito siendo un niño aún, me hiciera sentir así de caliente.
Pasaron como cinco minutos mientras lo hacíamos así sin parar, de pronto su mano que se movía masturbandome se detuvo, sus dedos apretaron mis labios hundiendo mi clítoris, los movimientos de su cadera se hicieron rápidos y cortos, si boca soltó mi pezón y sentía como jadeaba de placer hasta que llego al punto máximo.
Sentí como entre su cuerpo y el mío se llenó de su semen caliente, estaba llenando mi cadera de sus líquidos, con cada contracción movía su cadera presionando la contra mi cuerpo y derramando más semen. Sentía como sus líquidos espesos bajaban por un costado de mi cintura hasta mi gluteo y después llegaban al colchón, pasaba mis uñas por su espalda con suavidad sintiendo como su piel temblaba con ese rica eyaculación que estaba teniendo.
Su mano que estaba en mi vagina estaba inmóvil aún con los dedos entre mis labios, la sujete con fuerza y comencé a frutarla, la sujetaba haciendo yo el movimiento, el simplemente se dejo llevar y dejo su mano en esa posición. No tarde ni veinte segundos hasta que vino un tremendo orgasmo, la excitación de sentir que me masturbaba con la mano de mi hermanito, sentir que mi piel estaba llena de su semen, sentir su pequeño pene sobre mi piel, era nuevamente demasiado, mis muslos se apretaron, apreté sus dedos contra mis labios casi metiéndolos dentro de mi y me deje llevar, fue un orgasmo intenso, hizo que mi mano que estaba sobre la de el temblará de placer.
Al terminar mi orgasmo deje salir todo el aire que estaba dentro de mis pulmones, mis ojos estaban en blanco casi, me deje hundir en la almohada y así nos quedamos sin decir una sola palabra, quede realmente cansada, había tenido una noche de sexo con estos dos niños como nunca. Me quede recordando todo lo que había hecho con ellos en esta noche, Daniel había quedado dormido casi de inmediato abrazado a mi, intente separar su cadera para limpiar un poco su semen que aún estaba fresco bajando por mi nalga hacia la cama con la sábana y en su pene y su abdomen, menos mal esta vez no le salió tanto cuando eyaculo, me sorprendió que aún le saliera leche después de haber acabado tantas veces, estaba tan agotada que no me importo dejarlo así y poco a poco me quede dormida.
Sentí que tocaron mi pierna y me llamaban por mi nombre en un tono muy bajo, el sueño que tenía no me dejaba abrir los ojos, pero al sentir que nuevamente tocaron mi rodilla intente mirar, al abrir mis ojos podía ver que apenas estaba amaneciendo, entraba la claridad por la ventana y al levantar la mirada mi padrastro estaba frente a la cama, sólo tenía un paño amarrado a la cintura, aún estaba medio dormida y no sabía realmente si estaba despierta o soñando.
Al volver a tocar mi pierna puso su mano sobre mi muslo, pude sentir el calor de su piel sobre la mía y eso logró que abriera mis ojos bien.
— Vanessa.- dijo susurrando para no despertar a los niños.– despiértate un momento.– mientras decía esto su mano apretaba mi muslo suavemente.
— Que hora es?.- fue lo primero que dije.
— Son las cinco y media de la mañana.- su mano subió un poco más quedando muy cerca de mi vientre, eso hizo que reaccionara y me diera cuenta que era mi padrastro quien me tocaba, el sueño desapareció inmediatamente.
— Que haces!!?.- dije en voz alta, al levantar mi cabeza, aún estaba en la misma posición boca arriba como me había quedado dormida, pero no tenía puesto el pantalón de la pijama que se había quedado a la altura de mis rodillas y la sábana que tapaba ahora sólo cubría a mi hermanito dejando mi cuerpo al descubierto, la camisa también estaba arriba pues mi hermanito había jugado con mis pechos subiendo mi camisa y dejando mis senos al aire, en tres segundos mi sueño había desaparecido por completo.
— Baja la voz que vas a despertarlos.- mi padrastro aún susurraba, me extendió la mano para ayudarme a levantarme pero en lugar de sujetarla tape mi entrepierna que estaba al descubierto.
— Que te pasa, te volviste loco?!!.- aunque susurraba también ahora yo, intente que sonara con carácter, no entendía que estaba pasando.– Donde esta mi mama?.- me puse nerviosa y eso fue lo primero que tenía que preguntar.
— Tranquila que esta dormida.
— Y la mama de Héctor?.- me percate que mis senos estaban al aire y baje mi camisa rápidamente.– Donde esta mi pantalón?.- estaba realmente nerviosa en la oscuridad que pronto desaparecería, saldría el sol en unos minutos.
— Todos están dormidos, quieres calmarte y venir. Párate.
Por unos segundos me quede inmóvil con mis piernas juntas y mi mano tapando entre mis piernas, su mano seguía extendida esperando para ayudarme a parar de la cama. No se porque motivo me senté en la cama y tome su mano para levantarme, no dejaba de tapar mi vagina con una mano, estando de pie vi el pantalón de mi pijama en el piso, quería agarrarlo pero de inmediato el me llevo de la mano en dirección a la puerta del cuarto, mi corazón latía a mil por hora, sabía que esto no terminaría bien como la última vez.
— Tu estas loco.- dije deteniéndome justo antes de llegar a la puerta del cuarto.– A donde vamos?.
— Vente, vamos al cuarto de servicio, tranquila que nadie se va a despertar, se quedaron dormidas hace una hora y estaban casi borrachas.- dijo mi padrastro refiriéndose a mi mama y la mama de Héctor que dormía en el cuarto que estaba a un lado.
— No vale, no quiero.- había algo que me detenía y al mismo tiempo una parte de mi quería seguir sus indicaciones.
Seguía de pie frente a el desnuda, sólo con una camisa muy corta y mi mano tapando ni entrepierna. Salió aún sujetando mi mano con fuerza y me detuve nuevamente en el marco de la entrada del cuarto de mi hermanito, gire ni cabeza viendo a los lados, la puerta del cuarto de mi mama estaba cerrada al igual que la puerta de mi cuarto donde dormía la mama de Héctor.
Salí y corrimos los dos al cuarto de servicio que esta al final de la cocina, pasando el cuarto de lavado, la verdad es que esta bastante apartado del resto de las habitaciones, pero ese cuarto lo usábamos como depósito, pero tenía una cama pequeña, no había razón para que estuviéramos ahí los dos y mucho menos desnudos.
Entramos a la habitación de servicio y mi padrastro cerró la puerta, prendió la luz del baño pequeño que tenía el cuarto para que pudiéramos ver. Yo estaba petrificada apoyada de la pared aún con mi mano entre las piernas tapándome, tenía una liga entre temor y excitación difícil de describir.
— Cuéntame, lograste hacerlo con Héctor? Lo hiciste con los dos?.. Cuéntame.- mi padrastro estaba parado frente a mi, nos separaba más o menos un metro.
— Para eso me trajiste aquí?.- sentí como se calentaba mi rostro, sabía que estaba roja de la pena, no sólo por estar casi desnuda frente a el, también por la pregunta.
— Si, no podía dormir, quería saber y de verdad no me aguantaba.
— Si eres exagerado.- me reí, la verdad me dio risa que tuviera esas ganas.
— Te lo juro, pase toda la noche pensando en eso y en el día sería imposible que me contaras.- mientras me hablaba se acercó un poco a mi, yo no movía ni un cabello.– Cuéntame.
Con su dedos aparto mi cabello de la cara y lo paso por detrás de mi oreja, sentí electricidad pero no se si era porque me gustara o porque estaba realmente asustada, subí la mirada y el detallaba mi rostro y después todo mi cuerpo, volvió a insistir que le contará y teine por aceptar.
— Si lo hicimos, fue más fácil de lo que pensé.- dije sonriendo y viéndole a la cara.
— Cuéntame con detalle.- se coloco frente a mi y dejo caer su paño al piso, si verga que aún no estaba completamente erecta quedo frente a mi.– Quita tu mano para vernos completos.- sujeto mi muñeca apartando mi mano que tapaba no vagina, la verdad no puse resistencia, simplemente lo deje.
Comencé a relatarle paso a paso como pasaron las cosas y el me hacia preguntas sobre los detalles, cosas muy específicas que se notaba que le excitaban mucho, a medida que le contaba su verga se ponía más dura, en un minuto su pene estaba completamente erecto, su enorme glande apuntaba hacia mi abdomen.
Mientras seguía relatandole todo, el sujeto mi camisa y la subió quitándomela, yo misma no sabía porque no me negaba, simplemente me dejaba llevar, la verdad estaba excitada contándole todo lo que había hecho con ellos, como me habían llenado de semen por dentro y cuando le conté que los deje metérmela por el culo su reacción fue inmediata.
— Uffff dejaste que te la metieran por tu culito?.. Que rico Vanessa, que suerte tienen.
— Si es que aún el pene de ellos es pequeño y no tan grueso, la verdad ni me dolió.- me dio risa su reacción.
— Y acabaron dentro de tu culo?.- al preguntarme eso de inmediato agarro su pene en la mano y comenzó a masturbarse suavemente frente a mi. Fue inevitable que mi mirada se fuera hasta su verga y ver como movía su mano a lo largo de toda ella.
— Si los dos.- dije mirando su pene sin perder detalle.– Eso te excita mucho verdad?.
— No te imaginas cuanto.
Comenzó a hacerme preguntas sobre detalles de como se la chupaba a los chiquitos, como me la metían, cuanto tardaron en acabar, los dos sonábamos como unos sádicos, el preguntándome cosas de como me cogían los niños y yo respondiéndole para complacerlo. En el fondo estaba asustada, estaba contra la pared con mis brazos extendidos y el frente a mi masturbandose.
— Te gusta enseñarles a tener sexo?.- paro de masturbarse, su pene estaba muy duro, sus venas estaban marcadas más que antes, estaba al máximo de su erección.
— Si me gusta.- mis respuestas eran cortas y mis ojos estaban sobre su pene desde hacía minutos.– No deberíamos estar aquí y menos haciendo esto.- estaba nerviosa, ya estaba claro el cielo, había amanecido.
Me sujeto de la mano y me llevo a la pequeña cama de ese cuarto de servicio, sin que me dijera nada me senté y el quedo de pie frente a mi, por instinto me acosté boca arriba y abrí mis piernas, no se porque en mi mente pensé que mi padrastro me cogería y me coloque en posición para eso, sujete mis piernas por detrás de mis rodillas dejando al aire mi vagina y mi culo completamente a la vista para que disfrutara. Estaba esperando que la metiera, no se porque hice eso, al estar en esa posición sentí como pena por haber hecho eso, estaba completamente enredada con mis pensamientos, me sentí como una idiota pues el no hizo movimiento alguno que indicara que me metería su pene, sólo se quedo parado viéndome.
— Que divina estas Vanessa, mira que cuca tan perfecta tienes.
De inmediato se coloco de rodilla frente a mi y metió en su boca mis labios vaginales de una vez, su lengua inmediatamente lamió toda la entrada de mi sexo, chupo mis labios internos y los estiro, sentí como si los arrancaría. Mi cuerpo tembló con eso que hizo, sentí como por dentro me llene de líquidos producto de la excitación, sus manos se colocaron a cada lado de mi entrepierna y abrió mis labios al máximo, los separo como nunca y de inmediato comenzó a lamer todo concentrandose en mi clítoris. "Por Diossss" fue lo que paso por mi mente, subí la cabeza para ver como me daba el mejor sexo oral del mundo, lamía tan rápido mi clítoris con su lengua que no podía controlar los músculos de mis piernas que daban pequeños brincos en diferentes partes, de pronto metió un dedo dentro de mi ano sin avisarme, lo metió hasta el fondo, sentía sus nudillos pegados contra mis nalgas y su dedo dentro de mi recto, era una sensación de ardor con placer, mi reacción fue apretar mi ano involuntariamente.
— Así aprietamelo.- dijo con su boca pegada a mi vagina.
Comenzó a chupar y lamer mi clítoris, era tan intensa la sensación, que sentía que me orinaría, era demasiado placer, no podía aguantar más cerré mis ojos con fuerza y trate de empujar su cabeza para separarlo de mi y en ese momento saco su dedo de mi ano y volvió a meterlo pero esta vez eran dos. No pude contenerlo pero hice un sonido de dolor, pero sentía una sensación de placer que jamás había sentido, su lengua jamás se detenía, sujete su cabello con fuerza y de pronto todo se hizo silencio, sentí como si estuviera cayendo en una agujero sin fin, los músculos de mi cuello se apretaron de tal manera que empujó mi cabeza hacia atrás contra la almohada y deje de respirar.
Estaba teniendo un orgasmo descomunal, sólo jadeaba haciendo sonidos y de pronto tuve unas tres contracciones que movieron mi cadera demasiado fuerte mientras mi padrastro seguía lamiendo mi clítoris que ahora sentía duro como un botón, sentía ahora tan intenso las lamidas de su lengua sobre mis labios que no podía soportarlo, era como corriente que salía de mi vagina a todo mi cuerpo. Empujé su cabeza con fuerza, tanto que se separó de mi, mi ano apretaba sus dedos duro en pequeñas contracciones incontrolables, salió aire de mi vagina haciendo pequeños sonidos y de mi entrepierna chorreaban líquidos y saliva.
Coloque mi mano sobre mi vagina tapándola y cerrando mis piernas, aún no se detenían los corrientazos que me hacían temblar. Estaba tan sensible que el toque de mi mano sobre mis labios se sentía mil veces más de lo normal.
Abrí mis ojos por un segundo y mi padrastro estaba de pie masturbandose viendo como me retorcía en el mejor orgasmo que había tenido, nadie jamás me había hecho sexo oral así con esa intensidad.
Estaba sin aliento, mi corazón latía a mil por hora y estaba hasta sudando, ese orgasmo había durado casi un minuto, fue demasiado y aún seguía intentando tomar aire. Me sujeto por el brazo y me ayudo a sentarme.
— Tómatela toda, no dejes que se salga nada.- estaba frente a su pene duro como una roca, coloco su glande en mis labios y mi boca se abrió automáticamente.
Su glande llenaba mi boca, sentía en mi paladar la piel suave y caliente de su verga, en mi lengua un sabor salado, se masturbaba frenéticamente sólo con la punta dentro de mi boca. Sujetaba mi cabello con fuerza subiendo mi rostro para que lo viera.
— Eres la mejor putita Vanessa me encantas.
Dijo mientras sentía como la punta de su verga llenaba mi boca y de pronto sentí como se agrando, su glande creció considerablemente de tamaño, sabía que estaba a punto de acabar y cerré mis ojos con fuerza esperando que eyaculara dentro de mi, sentí el sabor amargo del líquido que sale justo antes de que los hombres acaben y su pene comenzó a palpitar con fuerza.
La primera descarga de semen dentro de mi boca fue tan grande que la lleno de inmediato, la trague lo más rápido que pude pero inmediatamente salió otro buche de semen que lleno de tal manera que estiró mis cachetes y se derramo semen de mi boca que pude sentí caer en mis muslos, trague nuevamente, sentía lo intenso del calor de su semen bajar por mi garganta hasta mi estómago, luego fueron dos descargas cortas y abrí mi boca para tomar aire, aún tenía semen entre mis cachetes y mis dientes, era amargo y muy espesó. Soltó sin esperarlo otra descarga de semen y eso hizo que abriera mis ojos, era mucho y se estrelló contra mi paladar llegando a la entrada de mi garganta, por poco me ahogo.
Sin poder evitarlo hice como una especie de gárgara tratando de respirar y al mismo tiempo tragar semejante cantidad de semen, se volvió a derramar fuera de mi boca bajando por mi mentón y mi cuello, fue inevitable hacer un movimiento como si fuera a vomitar, sentía que semejante cantidad de líquido espeso no pasaba por mi garganta. Mi estómago se sentía caliente y hacia ruidos extraños, trague demasiada leche, esa noche había tragado demasiadas eyaculaciones y la de mi padrastro fue descomunal.
— Coño carajita me hiciste acabar como nunca. Tenía tiempo que no acababa así.- acariciaba mi cabello mientras exprimía su pene frente a mi cara.
— Trate de tragarlo todo pero no pude.- sentía una sensación espesa en mi saliva y aún el sabor salado y amargo de su eyaculación estaba en toda mi boca, mis ojos estaban llorosos causado por lo difícil que fue tragar todo eso.
— Lo hiciste perfecto, así cuando un hombre acaba es cuando lo llevas al máximo, y tu hoy me llevaste al límite.
Eso me hizo sentir como la mejor del universo, excitar a un hombre mayor hasta ese punto me hacia sentir con el ego por las nubes, en ese momento había olvidado que era mi padrastro, sólo pensaba en que realmente le gusto, y eso que no habíamos hecho nada aún, es decir no habíamos tenido sexo real, con penetración.
— Déjame lavar mi verga contigo.- me acostó nuevamente boca arriba y abrió mis piernas por completo, mi mano aún estaba apretando mi vagina y estaba llena de líquido que derramaba mi entrepierna. Aún no entendía a que se refería con lavar su verga conmigo.
— Como que lavar?.- pregunte quedando abierta nuevamente frente a el, ni corazón se aceleró de inmediato casi saliendo de mi pecho.
Se inclinó un poco y tomo su verga que ahora estaba un poco más flácida, llena de semen y mi saliva que chorreaba desde la punta, la apretó desde la base pegada de sus bolas y de pronto parecía estar erecta, la apretaba con fuerza para mantenerla más dura antes que pusiera más pequeña y la llevo hasta mi vagina. Hundió su glande dentro de ella y sentí como si metiera un puño pequeño dentro de mi, al pasar su cabeza entera dentro, el escalón que separa su glande del resto de su pene se sintió como un broche que trancaba su verga dentro, mi vagina lo apretó y al sacarlo se sentía muy apretado, jamás me imagine que lo metería.
Era sumamente ancho en comparación con los de mi hermanito o sus amiguitos, incluso más grande que el de mi ex novio. Lo metió y saco suavemente pero sólo el glande, a eso se refería, estaba lavando la punta de su verga en mi vagina, dentro de ella estaba dejando su semen dentó de mi, menos mal estaba tomando pastillas anticonceptivas pensé, estaba enjuagando su pene con mi flujo y se sentía excelente. Esa sensación de abrir y cerrar mi vagina después de acabar y tan mojada se sintió divina, lo hizo como unas siete veces y al sacarlo definitivamente lo exprimió y luego lo agito pegando con fuerza su miembro contra mis labios. Hacia sonidos húmedos al azotar así su verga contra mi.
Me sujeto por un brazo y me ayudo a levantarme de la cama y al ponerme de pie me di cuenta que había mojado con mi flujo toda la sábana que cubría el colchón, tenía semen de mi padrastro en mis muslos y estaba mojada entre mis piernas demasiado, estando de pie sentía como bajaba líquido de mi vagina y lo aguantaba con la mano.
Mi padrastro saco la sábana de la cama y me la dio para que me secara, me indico que la llevara a mi cuarto y la lavara para ponerla hoy mismo.
Salimos del cuarto y al pasar por la cocina abrí la nevera rápidamente para tomar jugo, debía quitarme el sabor a semen de mi boca, no me importo hacerlo del mismo pote, pensé por un momento en que acababa de tener el pene de mi padrastro entre mis labios, pero la verdad a esa hora poco me importaba.
Al cerrar la puerta de la nevera me recordé que mi camisa aún estaba en el cuarto de servicio y me regrese a buscarla. Al salir a la cocina de vuelta ya mi padrastro se había ido, me puse la camisa y entré al cuarto de mi hermanito, aún los chicos estaban profundamente dormidos, me puse mi pantalón de pijama y me acosté a un lado de mi hermanito y me cubrí junto con el con la sábana. Mi estómago hacia ruidos extraños, estaba llena de semen, realmente esa noche había sido demasiado para mi y ya era de día, no fui al baño a lavarme, no quería hacer ruido y despertar a nadie y tampoco quería ni me importaba quedarme llena de todo lo que había acabado de hacer.
Me quede viendo la ventana pensando en lo que acababa de pasar y en segundos ya estaba dormida.
Cuando abrí los ojos estaba sola en el cuarto, sentía que me había quedado dormida por días. Busque mirar el despertador de mi hermanito que estaba en su mesa de noche, eran las dos de la tarde, "woww nadie me levanto, me dejaron dormida por horas", y era entendible después de esa noche, me quede viendo el techo del cuarto recordando con detalle todo lo que había hecho. Pase mi mano debajo del pantalón de mi pijama poniendo mis dedos sobre mis labios vaginales, estaban muy sensibles al tacto, seguí explorando hasta llegar a mi ano, al tocarlo se vino a mi mente como me llenaron de semen ayer mis dos niños.
Estaba completamente satisfecha de sexo, jamás habría imaginado en mi vida disfrutar de esta manera. Eran demasiados secretos para mi en tan corto tiempo.
Escuche voces fuera del cuarto, estaban todos en la sala de la casa, ahora pasaba nuevamente por mi imaginación el problema de salir y confrontar a todos afuera, verlos y saludarlos aparentando que nada había pasado, aparte pasar por los nervios de saber que reacción tendría el hijo de la amiga de mi mama. Habían tres personas con las que había tenido sexo hacia sólo horas y debía ir a verlos a todos. Me daba risa conmigo misma por lo que era capaz de hacer.
"Mi padrastro metió su pene dentro de mi" me decía mi conciencia, no lo podía creer, "Bueno sólo metió la puntica" yo misma me justificaba, "Te tragaste su semen" me recordaba de ese sabor desagradable y lo excitante que fue. Sólo de pensarlo sentía que me mojaba, aunque la verdad no tenía ganas de sexo en ese momento, había sido demasiado ya.
Me fui al baño a arreglarme, cepille mis dientes y viéndome al espejo podía ver en mi cuello el hilo de semen seco que tenía en la piel, fue lo que quedo cuando eyaculo en mi boca mi padrastro y se derramó, estaba la evidencia de esa sesión de sexo intenso y yo ni me había bañado en la madrugada de lo agotada que había quedado, decidí hacerlo en ese mismo momento. Dure más de una hora bañándome y lavando todas mis partes, realmente disfrute ese baño.
Al salir me seque y me envolví en el paño amarrandolo a la altura de mis senos, agarre mi pijama en la mano y abrí sólo un poco la puerta para revisar que no había nadie en el pasillo de las habitaciones y poder pasar a mi cuarto, no estaba desnuda pero el paño quedaba bastante corto. No había nadie cerca aunque escuchaba las voces en la sala, al salir y pasar frente a la la puerta del cuarto de mi mama que estaba abierta escuche "Pshh!!", me llamaron y eso me hizo voltear inmediatamente, mi padrastro estaba dentro del cuarto buscando algo en el armario.
— Como estas?.- susurraba para que no escucharan fuera.
— Bien.- me detuve ese momento, aunque me puso nerviosa, me asusto.
— Lo de esta madrugada fue excelente.- mientras me hablaba salía del cuarto al pasillo donde estaba, yo daba pasos cortos en dirección a mi cuarto mientras me veía.– Quería disculparme porque me fui y te deje sola, no me di cuenta que te habías quedado en la cocina y yo seguí a mi cuarto.
— No te preocupes, no tenías porque esperarme.- mi cabeza giraba al pasillo vigilando que nadie viniera y luego volvía a mirarlo, esta situación me ponía más nerviosa aún que hacerlo con mi hermanito.– No tienes porque disculparte.- me acompaño caminando hasta la puerta de mi cuarto.
— Mañana nos vamos a la playa hasta el domingo todos, así que puedes ir preparandote.- metió su mano en el bolsillo y saco una paca de billetes dándomela, la agarre con duda, no sabía si tomar la o no.– Toma quiero que te compres algún traje de baño o lo que tu quieras para este fin de semana.
Realmente me sorprendió, me quede parada en la puerta de mi habitación y el continuo caminando, cerré la puerta lentamente viendo en mi mano una cantidad bastante grande de dinero. Al cerrar deje caer la pijama que tenía sujetada y puse el seguro a mi puerta para que no entrara nadie y de inmediato conté cuanto había, la verdad era bastante, muchísimo más de lo que podía costar un traje de baño de la mejor marca, realmente era una suma bastante grande.
Estaba fuera de mi, rápidamente busque mi cartera y oculte el dinero, dentro de mi comenzó el conflicto de aceptar eso, quizás mi mama me preguntara si llego con algo nuevo, aunque ella no debía saberlo, no tenía porque. Mientras me vestía no dejaba de pensar en lo inesperado que fue ese dinero por mi padrastro y también se me pasaba por la mente donde ir a comprar. Tenía ahora una sonrisa inmensa dibujada en mi rostro.
Me puse una panty tipo short muy suave de Victoria Secret negra medio transparente, un sostén negro deportivo, un jeans ajustado de esos desgastados que tanto me gustan y una camisa tipo top negra, estaba sencilla muy Sport. Sólo saldría a la sala a comer algo ahora así que me coloque una sandalias tipo pantuflas para estar en casa.
Al llegar afuera estaba nerviosa pero ya no tanto, salude a mi mama que de inmediato me comento por haberme despertado tan tarde, luego salude a mi padrastro que actuaba como si nada, era especialista en guardar la calma, cosa que yo debía aprender, luego salirse a la amiga de mi mama, Verónica, que de inmediato comenzó a hablar conmigo sobre mi cabello y la forma en la que me lo cuido, total que teminamos hablando de cualquier cosa mientras comía un sándwich para tener algo en el estómago.
Mientras estábamos en la mesa se acercaron a saludar los niños, mi hermanito me dio un beso en la mejilla y Héctor me dio los buenos días saludandome con la mano desde un costado de la mesa, se notaba que le daba un poco de pena aproximarse y lo tome como algo normal, no pretendía que nadie se fuera cuenta de algún comportamiento extraño.
Luego de unos minutos los niños se fueron al cuarto de mi hermanito y me quede con Veronica en la mesa mientras mi mama y mi padrastro cocinaban a nuestras espaldas el almuerzo.
— Mi hijo esta enamorado de ti, se ve que le gustas, cuando una chica le atrae se pone así todo penoso.- me comento Verónica en referencia a su hijo. Yo me reí ligeramente imaginando por un segundo todo lo que habíamos hecho esa noche, si hijo tenía suficientes razones para que yo le gustara.
— Cuando están niños siempre tienen pena delante de una chica, después cuando están grandes hay que ponerles un freno.- dije a tono de chiste.
— Cuando te acostumbras a vivir con dos modelos en casa, automáticamente te pones el freno.- dijo mi padrastro refiriéndose a mi mama y yo, estaban atentos a lo que hablamos.
Comenzaron a debatir sobre el tema de los hombres y las mujeres y yo preferí reservarme los comentarios, luego de unos minutos en la mesa escuchando, sonó mi celular. Era Janeth, tenía algunos días sin saber de mi mejor amiga, me separe de la mesa caminando al balcón de la sala para atender.
— Por fin te dignas a llamarme.- atendí bromeando reprochándole que me había abandonado.
— Pues lo mismo digo, me tienes abandonada.- realmente me había olvidado de ella por estos días, pero esperaba que ya estuviera de mejor humor después de haber terminado con el idiota de su novio.
— Nos vemos hoy.- recordé el dinero que me dio mi padrastro y era perfecto para que me acompañara a ir de compras.– Que harás hoy?, porque no me acompañas a comprar unas cosas?.
— Perfecto no tengo nada planeado para hoy, te paso buscando en una hora y media.
— Dale te espero, ya yo estoy casi lista.
Me fui nuevamente a la mesa para recoger las cosas y notificarle a mi mama mis planes para hoy.
— Mama saldré con Janeth a comprar unas cosas y reunirnos un ratico.
— Mañana nos iremos a la playa hasta el domingo.- gire a ver a mi mama aparentando no saber nada aún.– Porque no le dices a Janeth que se venga con nosotros, así no te vas a fastidiar allá sola con los niños?.- la verdad no me fastidiaría con ellos, quizá en la playa no tengamos oportunidad de tener sexo y posiblemente así podría aburrirme.
— Esta bien mama yo le digo a ver si quiere.
Me fui a mi cuarto a terminar de arreglarme y al estar lista, mientras esperaba que llegara Janeth me fui al baño con mi cartera, cerré la puerta con llave y me puse a contar bien el dinero, era una suma considerable, realmente podía darme varios lujos en ropa con esto.
Paso un rato y sonó mi celular, había llegado Janeth, salí a la sala y me despedí de todos y me fui rápido para no hacerla esperar. Mientras estaba en el ascensor pensaba si la invitaría a la playa con nosotros, me sentiría culpable si no lo hacía, y seguramente en alguna oportunidad mi mama le haría el comentario de la invitación que nunca le hice. Debía buscar la manera de hacerle la invitación de tal manera que de viera obligada a decirme que no, el problema es que no sabía como.
La verdad el único problema era que quería estar sola y si había una oportunidad de tener sexo con mi hermanito y su amigo, no tuviera ningún tipo de limitación por el hecho de que estuviera mi mejor amiga ahí.
Por Vane
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