Estábamos sentados comiendo en un Restaurant de la ciudad, en Las Mercedes una zona muy bonita y llena de buenos lugares en la capital.
Esa tarde, me sentía la chica más sexy del mundo y la más sádica también. Había tenido unos inicios de sexo con mi hermanito y su amigo en casa hacia sólo unas horas y estábamos sentados en la mesa mi mama, mi padrastro, mi hermanito y su amiguito y yo. Intentaba actuar normal, pero era inevitable que mi mente me llenara de imágenes y pensamientos de todo lo que había hecho con ellos.
Intentaba actuar normal y por momentos hasta olvidaba las cosas. Trataba de no verlos mucho a los niños, no quería actuar distinto. Sentía que podía levantar sospechas de algo, pero la verdad no era así, simplemente me sentía culpable por algo que me excitaba a mil.
Me había vestido con una falda/short tipo tenis color negra sin ropa interior debajo, zapatos deportivos blancos y una camisa pegada deportiva blanca. Parecía que venía de hacer ejercicios.
Una vez una amiga me dijo que cuando una mujer se masturba o tiene sexo, se vuelve más atractiva para los hombres porque emite una fragancia que despierta el sexo en los demás. La verdad es que no se si era cierto o que mi sentimiento de que andaba escondiendo algo, me hacia sentir que todos me veían, pero sentía que varios hombres, niños, viejitos que estaba en otras mesas me veían.
Tengo unas buenas piernas, me gusta cuidarlas y realmente son unas de las partes preferidas de mi cuerpo y con esta falda se veían más sensuales, tanto que hasta mi padrastro antes de salir, me dijo que me veía bella, cosa que jamás había hecho así de esa manera, imagino que por no sentir que podía irrespetar a mi mama.
La mesas del Restaurant donde nos encontrábamos eran de madera sin manteles, pues era un lugar de carnes y tenía un ambiente rudimentario. Pero el hecho de que no tuviera manteles dejaba ver por debajo mis piernas claramente.
La mesa que estaba frente a la de nosotros se lleno con una familia, para mi sorpresa, entre ellos estaba un chico como de unos 7 u 8 años, estaba con sus padres y un bebe en coche.
Mientras se ordenaban para sentarse en la mesa, aunque no lo podía creer, el chico me estaba viendo, no lo veía fijamente pero me daba cuenta disimulando como si viera a otro lado. Eran ideas mías, me estaba volviendo loca o era que esto antes pasaba todo el tiempo y yo no me daba cuenta, pero llamo la atención hasta en los niños pequeños.
Detrás de mi estaba la pared, estábamos sentados en una mesa para seis aunque éramos cinco, en uno de los extremos de la mesa estaba mi padrastro, frente a mi y de espaldas a la mesa que se estaba llegando, estaban mi hermanito y su amigo y con la espalda hacia la pared del Restaurant y de frente a la mesa con mi nuevo admirador estábamos mi mama y yo.
Realmente el chiquito de la otra mesa me estaba viendo, cada vez que yo lo veía a el, me quitaba la mirada pero era obvio que le llamaba la atención.
Pasamos un rato largo en el cual notaba que me veía de momentos pero nunca logre cruzar la mirada con el. Llego un momento en el que le reste importancia.
Hacia chistes con mi hermano y su amigo, ya teníamos rato en la mesa y nos había servido la comida. Como poco no tenía mucha hambre, por eso termine primero que los demás y nuevamente me llene en pensamientos de sexo con imágenes de lo que había hecho de cosas que me encantaría hacer.
Se me ocurrió comenzar un juego para provocarlos, le envíe un mensaje a mi hermanito a su celular que decía: "Asómate debajo de la mesa como si fueras a buscar algo y después le dices a Rubén que lo haga y borra este mensaje". No quería que si le revisaban el teléfono vieran mensajes míos así.
Con una mano subí mi falda un poco más arriba en mis muslos, estaba casi a la altura del comienzo de mis muslos y separe las piernas ligeramente las modernas y sujete el borde de la falda con mi mano para subirla y dejarles ver todo y que se dieran cuenta que no tenía ropa interior.
No me percate que el chiquito que estaba en la mesa de enfrente había visto todos mis movimientos mientras acomodaba mi falda con una mano. Desde su lugar podía verme casi completa, pero lo tapaban mi hermanito y su amiguito dificultandole la visión.
Pero me gusto que se diera cuenta, podía incluir un invitado más en el juego, parecía que le gustaba ver también.
Le hice señas a mi hermanito con los ojos señalándole que bajará a mirar. Al hacerlo sujete la parte de arriba de la falda con los dedos halándola hacia arriba un poco y abrí mis piernas un poco más para que pudiera ver. Fue una cosa de segundos pero deje mis piernas así abiertas para que el chiquito de la mesa frente a nosotros pudiera ver algo.
Por fin nos cruzamos las miradas y sonreí al mirarnos a los ojos, el también me sonrió y le saque la lengua en forma de juego, me respondió igual y nos volvimos a sonreír, pero no se dio cuenta que tenía mi falda arriba y las piernas abiertas.
Se turnaban cada 2 o 3 minutos cada uno para mirar bajo la mesa durante unos segundos.
Mi padrastro se dio cuenta de que los dos niños en la mesa, mi hermanito y su amigo estaban haciendo algo bajo la mesa.
— Que tanto hacen ustedes dos bajo la mesa?.- dijo mi padrastro en un tono fuerte.
Un frío recorrió mi espalda y como pude alcé mi cadera unos milímetros para empujar mi falda hacia abajo, pero apenas la baje unos centímetros, no podía hacerlo tan evidente. Mi corazón latía a mil por horas estaban a punto de descubrirme con la falda arriba casi completa dejando a los niños verme medio desnuda.
— Voy al baño.- sentía que estaba pálida del susto y fue mi reacción para poder moverme y bajar la falda.
Gire sobre la silla y sujetándola la baje antes de levantarme, me había salvado por pocos segundos. Al pasar a un lado de la mesa podía ver a mi padrastro asomado bajo la mesa buscando que estaban habido los chicos.
Camine al baño y mi cerebro sólo repetía sin parar "ESTAS LOCA" y realmente era así. No se que me pasaba, no media lo que estaba haciendo.
Para empeorar las cosas camino al baño veo que el chiquito de la mesa de enfrente estaba camino al mismo lugar.
Los baños de ese Restaurant tienen un pasillo de unos 6 metros y al final se encuentran a cada lado los baños para damas y caballeros. Dentro del pasillo no hay forma de ver desde las mesas.
"Que te pasa Vanessa por favor controlate" comencé a dialogar conmigo misma mientras entraba al pasillo, "Mira lo que acaba de suceder". En mi mente estaba intentar conocer al chico que me veía sólo para que pudiera hablarme y me perdiera el miedo.
Entré al baño de damas y me asegure que no estaba nadie dentro, me moje las manos rápido como para hacer ruido y luego abrí la puerta y me quede adentro pero sujetándola para que no cerrara, así poder ver cuando el saliera.
Primero salió un señor y se me quedo mirando, me pareció repulsivo que un señor tan mayor me viera así con deseo, me parecía una gala de respeto, podía ser su nieta.
A los segundos salió el chico:
— Holaa!! EYYYY espera.- salió rápido, imagino que al verme ahí esperarlo lo puse nervioso.
— Hola.- giro al verme y me sonrió.
— Como estas? Me llamo Vanessa y tu?.- me acerque extendiendo mi mano para saludarlo.
— Bien, me llamo Luis.
— Mucho gusto Luis.- se había puesto rojo de pena.– Y que edad tienes?.
— Tengo 9 años.- viéndolo de cerca parecía de más edad.
— Que bien, te puedo pedir un favor?.- afirmo con la cabeza, quería cortar la conversación. Me sentí rara haciendo eso, yo no era así y acababa de pasar un susto fuerte como para ponerme a inventar.– Podrías buscarme un poco de papel para las manos en el baño de caballeros que aquí no hay.
Mentira si había pero quería buscar un pretexto para haberlo saludado por si comentaba algo o si venía alguien.
Entro y salió con un poco de papel:
— Gracias lindo.
— De nada.- y salió rápido camino a su mesa se notaba que estaba nervioso.
"Voy a ser profesora, tendría mi propio harén" pensé siendo me sola.
Llegue a la mesa y ahora me reía con el chiquito más a menudo, su mama también me sonreía y le hacía bromas diciéndole que yo le gustaba y cosas así refiriéndose a mi.
Esa tarde terminamos de cenar y nos fuimos en carro a comprar unas cosas para la casa. Justo a una lado del supermercado donde entramos había un Farmatodo, es una cadena de farmacias que hay en casi toda Venezuela. Pensé que sería buen momento que todos están distraído para ir a la farmacia y comprar las pastilla anticonceptivas.
Revise en mi cartera si tenía suficiente efectivo, habían una cantidad como para comprar algo así.
— Ya vengo mami voy al lado.- le dije para que no se preocupara.
Salí rápidamente y fui a comprar las pastillas. Eran las que había tomado anteriormente y me habían funcionado perfectamente.
Estaba decidida a sentir como sería hacerlo con un chico tan joven y quería que fuera sin ningún riesgo, además para hacerlo con completa libertad.
Esa misma tarde al llegar a casa comencé a tomar las pastillas. Actuamos como si nada hubiese pasado ese día, Rubén se fue como a las 7 de la noche pues lo vinieron a buscar sus padres.
Pasó el domingo y el día transcurrió normal, pero en la tarde y la noche me masturbe pensado he imaginando como sería enseñarles a penetrarme. Lunes y martes fue igual, al levantarme y en la noche me masturbaba pensando en eso.
El jueves en la tarde salí de clases temprano pero debía ir a casa de mi amiga Janeth para preparar unas laminas para la exposición del lunes.
Janeth era mi mejor amiga, nos conocíamos desde pequeñas, nos confiábamos todo, estudiamos desde primaria juntas. Acostumbramos ir a su casa para hacer los trabajos de clases, pues vive en una casa grandísima y súper cómoda.
Su familia es de mucha plata, vive con sus dos padres, su hermano mayor Andrés de 24 años y su hermano menor Angel de 7 años.
Mientras que estábamos en su carro camino a su casa, me preguntaba si debía contarle sobre lo ocurrido. Siempre nos contábamos todo, pero creo que esta vez debía hacer una excepción. Es que mis experiencias con niños en estos días pasados se pasan de la línea de lo habitual, jamás había escuchado de alguien que hiciera algo así y me imaginaba el grito de "TE VOLVISTE LOCA" de mi amiga cuando le contara lo de mi hermanito y ni hablar cuando le contará sobre mi hermanito y su amiguito.
Me comentaba cosas mientras manejaba pero mi mente estaba en otro lugar.
— Vanessa que te pasa?
— Porque?.- volví al raro donde me encontraba después de viajar por mis pensamientos.
— Tengo rato hablándote y estas ida en otro planeta.
— Si es que estaba pensado en otras cosas pero te estaba escuchando.
Llegamos a su casa, su mama como siempre nos recibió con todas las atenciones, acomodamos nuestras cosas en su cuarto y bajamos a la cocina a servir algo para comer y llevarlo al cuarto para trabajar.
Mientras guardaba las cosas en la nevera, su hermano menor entro en la cocina para dejar un plato en el que estaba comiendo sobre la mesa.
Comenzaron a discutir, le reclamaba que debía lavarlo y que había dejado cosas tiradas en su cuarto. Mi mente se detuvo un segundo para preguntar si quizás mi amiga se atrevería a hacer algo como lo que yo hice o si en algún momento ha visto algunos de sus hermanos desnudos. Estaba imaginando si ella sería capaz de escuchar algo así, pero después de conocerla durante años, no me parecía que ella sería de las personas que se atrevieran, seguramente si yo le contará lo que he hecho, ella pensaría que le estaría mintiendo pues tampoco creo que ella me creería.
Quizás ha visto a alguno de los dos desnudos, el problema está en que quizás no lo vea como yo lo veo ahora. Como comentarle eso a ella sin que suene feo o se ofenda, creo que no existía manera.
Intente olvidarme de la idea de contarle y subimos a trabajar en su habitación. Pasaron unas horas normales trabajando y cuando entro a saludar su hermano mayor, volvieron los pensamientos, pero esta vez imaginando lo mismo pero con un hermano mayor, en este caso era el hermano mayor de mi amiga. Me imaginaba hasta Janeth mi mejor amiga haciéndolo con su hermano mayor, creo que ya estaba perdiendo la cabeza.
— Ya Vanessa tienes que decirme que te pasa que te quedas como n las nubes.- detuvo lo que estaba dibujando en la lámina para presionarne.
— Nada nada son tonterías.- quería intentar persuadirla para que no siguiera preguntado.
— Entonces si es una tontería porque no me las dices.
La mire a los ojos por unos segundos pensando en tocar el tema de ver a un hermanito desnudo sin que sonara sexual.
— Tu alguna vez has conseguido a alguno de tus hermanos masturbandose?.- arrugue las cejas y toda mi cara esperando un grito llamándome loca.
— Eso eso es todo?.- dijo soltando una carcajada.– Así que Daniel esta haciendo hombrecito, que paso lo conseguiste haciéndolo?.
— Si algo así.- mi risa era más de alivio, que el hecho de haber tocado el tema.– Es que es raro, jamás lo había visto así ni me esperaba, ni lo imaginaba.
— Ay! Vanessa por dios, como si no conocieras a los hombres, ya desde pequeños sólo piensan en sexo.
Su justificación era suficiente para dar el tema por terminado, pero tenía un nudo en la garganta que me tenía mal por contarle a alguien lo que había hecho y que me dijera que no soy una pedofilia o loca.
— Pero es que lo vi, entiéndeme que lo vi completamente.- abriendo mis ojos le dije mostrándole la alarma que había en mi cabeza.
— Lo viste que? Como?
— Masturbandose Janeth por dios no te lo acabo de decir.- me puse roja de la pena.
Le estaba diciendo una mentira para desahogarme, no sólo lo había visto masturbarse, lo había dejado acabar sobre mi, de la chupe, me trague su semen, deje que me metiera los dedos dentro de mi, y para rematar había hecho todo eso con otro niño más, el amiguito de mi hermanito.
Decir todo eso así era demasiado aún teniendo una amistad de tantos años.
La verdad a pesar de haberme atrevido a muchas cosas, siempre he sido una chica penosa y recatada, pero estos últimos días me habían transformado completa.
— Quieres decir que lo viste hasta que acabo?, es decir que te quedaste a verlo hasta el final.- afincandose sobre la mesa se acercó a mi como para exigirme una respuesta.
— Ósea si y no. Es que es complicado.- ahora pensaba que no debí haber dicho nada.– Cuando lo vi a los segundos acabo.
— Y te excitaste al verlo?.
— No!! POR FAVOR QUE ASCO.- ya no quería hablar del tema con ella.
— Vanessa me vas a decir que viste acabar a tu hermanito y no sentiste nada?.
Al decirme eso me hizo dudar, parecía que Janeth intentaba saber más porque en el fondo le agradaba el tema.
— Por favor Janeth, tu me vas a decir que si vez a tu hermanito masturbarse y acabar te excitaría?.
— No lo se quizás, lo que pasa es que Ángel apenas tienes 7 añitos.- su rostro cambio de pronto, su mirada perdida imaginaba una situación.
— Eso no tiene nada que ver, seguirá siendo tu hermanito con la edad que sea.- ahora hablamos de incesto disfrazado.
— Chama no lo se.- reía imaginando su situación.– Es que debe tener un pene chiquito, ni pelitos debe tener.
Comenzamos a bromear sobre el tema y continuamos trabajando mientras lo hacíamos. Me había escapado de sus preguntas, pero había dejado la puerta abierta al tema y conociendo a mi amiga, ese tema saldría nuevamente en alguna oportunidad.
Luego de un rato me castigaba a mi misma por haber hablado sobre algo que paso con mi hermanito con alguien más, tanto que le insistí a el que no debía contarle a nadie y yo en pocos días por poco cuento todo a mi mejor amiga.
Terminamos casi a las 5 de la tarde de trabajar, recogimos todo y salimos de su casa para que me llevara a la mía. Ya en el carro yo me encargaba de buscar la música en iPod para ir escuchando en el camino y de pronto Janeth volvió con un una pregunta:
— Y que estaba viendo tu hermanito para masturbarse?.
— Te quedaste pegada con el tema.- le respondí riendo.
— Pero es que a esa edad sin experiencia un niño que puede imaginar, tiene que ver algo que lo motive.- dijo riendo.
— Bueno la verdad es que tiene revistas y películas porno escondidas en su cuarto.- trate de sonar lo más natural posible.
— De verdad!!.- le sorprendió mucho que supiera eso.– Tan chiquito tu hermano de donde saca todo eso?.
— Me imagino que algún amiguito se las presta o quizás de mi padrastro.-Las dos nos reímos al mismo tiempo.
A menos de una cuadra de la casa hay un parque pequeño y las personas de la zona se reúnen en las tardes ahí. Casualmente pasábamos nosotros en el carro de mi amiga y mi hermanito estaba ahí con 4 amiguitos más que vivían en el mismo edificio.
— Mira quien esta ahí, tu hermanito.- dijo Janeth con un doble sentido.
— Janeth no vayas a hacerle ningún comentario por favor porque se va a dar cuenta.
— Estas loca amiga no sería capaz de hacer comentario de eso a nadie.
Me baje frente a mi edificio, nos despedimos y al abrir la puerta mi amiga arranco de vuelta a su casa.
En la parte de abajo del edificio hay un pasillo camino a los ascensores con una pared llena de espejos. Hoy realmente me veía bella. No es que sea narcisa, pero hoy estaba vestida muy sencilla pero me veía muy provocativa.
Tenía puesta una camisa tipo top blanca que se ajustaba a mis senos y dejaba todos mis hombros al aire y se pegaba a mi cuerpo, mis vaqueros preferidos azul claro, desgastados, bien ajustados y a la cadera, me encantaban porque hacía que se viera mi culo muy llamativo y como mis muslos son musculosos, hacia que mi vientre se viera chiquito y metido hacia atrás, unas sandalias bien bajistas tipo playera blancas. Muy básica, pero se me veía una excelente figura.
Decidí que iría a buscar a mi hermanito delante de sus amiguitos con el pretexto de que estábamos cerca de la hora de cenar. Quería ver su reacción y la de sus amiguitos, muchos de los cuales siempre me daba cuenta que me veían cuando nos encontrábamos en algún lugar de las residencias. Era algo que antes me parecía de lo más normal, pero ahora me encantaba la idea de provocarlos.
Salí por el estacionamiento para ver si estaban los carros de nuestros padres y no podía ser más perfecto, no estaban ninguno de los dos.
Al llegar a la cancha de bascket yo era la única chica, todos hicieron silencio a mi llegada. Habían 6 chicos, todos viéndome detenidamente, era excitante tener tantos ojos detallando mi cuerpo.
— Daniel vente conmigo para que me ayudes porfa.- me pare por unos segundos para que me contemplaran por completo.
— Y tiene que ser ahora?.- estaba interrumpiendo su partido de bascket.
— Te conviene.
Le sonreí, había decidido que si nos daba tiempo, hoy sería el día de "su primera vez dentro de mi". De inmediato agarro su cohala que estaba en un rincón de la cancha mientras que yo me di la vuelta lentamente para retirarme. Los ojos de todos sus amiguitos estaban en mi cuerpo y ahora en mi trasero.
Al entrar en el ascensor de inmediato me pregunto:
— Y en que te tengo que ayudar?
— Lo primero que vas a hacer apenas entres a la casa es entrar al baño y bañarte rápidamente, te vas a lavar tu pene muy bien y sales a mi cuarto de una vez.
— Ok.- su cara se convirtió en la más alegre del mundo, ya sabía que jugaríamos.
Teníamos varios días sin hacer nada y sólo abriendo la puerta de la casa ya estaba excitada pensando en lo que venía.
Entro al baño de inmediato, yo fui a mi habitación y de inmediato llame a mi mama a su celular para saber por donde estaba.
— Hola mami donde estas?,
— Camino a cada hija pero hay una cola terrible, porque?
— Era para saber si los esperábamos para comer o hacia algo yo para Daniel y para mi.
— Llego como en 40 minutos, si me quieren esperar chevere, si no pueden calentar algo, hay comida en la nevera.
— Tranquila te esperamos mami y Raúl?.- preguntaba por mi padrastro.
— Va a llegar más tarde porque esta fuera de Caracas.
Termine la llamada y de inmediato me desvestí completamente. Me senté en la orilla de la cama abriendo un poco las piernas y comencé a tocarme suavemente.
Estaba nerviosa, muy nerviosa, sería yo la primera vez de mi hermanito. Pensaba en como sería, en que tenía que ir guiándolo y de pronto entro en mi cuarto, estaba también completamente desnudo y su pene aún no estaba completamente duro, pero al verme podía ver como se comenzaba a llenar por dentro poniéndolo erecto poco a poco.
Le hice señas para que se acercara, separe mis piernas más para que se colocará de pie frente a mi, lo acerque más, pegando su cuerpo contra el mío, su pene quedaba a la altura de mi abdomen y podía sentir lo duro que estaba, apreté mis senos contra su pecho, nos abrazamos unos segundos y sujete su cabeza por detrás y lo bese en la boca como si fuéramos novios, metía mi lengua y jugaba con la de el en su boca, mordía sus labios, de los chupaba.
— Así se besan los novios.- le dije mirándolo cerquita de su cara.
— Y somos novios?.- asombrado abrió los ojos.
— Si tu quieres que sea tu novia, esta bien, pero tiene que ser en secreto porque somos hermanos y no es correcto. Así que tiene que ser algo entre tu y yo nada más súper secreto.
Me subí a la cama y lo tome de la mano subiéndolo conmigo, lo acosté boca arriba y me puse a su lado. Sujete su pene con la mano y comencé a moverlo suavemente, no hacía falta hacer mucho esfuerzo para calentarlo, su erección era inmediata.
Solté su pene y me puse sentada de rodillas a su lado, sólo lo vi pensando en lo que quería hacer, estaba demasiado nerviosa, parecía que era yo quien tendría su primera experiencia sexual en ese momento, mi hermanito veía mi cuerpo desnudo de arriba para abajo y separe mis piernas un poco para que viera la parte de mi que más le gusta.
Me incorpore y me subí sobre el, mi vagina quedo justo sobre su pene. Deje que mi cuerpo se apoyara sobre el suyo y sujete su pene para que se colocará entre mis labios vaginales, su glande salía un poco y sentía como latía erecto al máximo justo en mi entrada.
Comencé a frotarlo moviendo mis caderas suavemente para mojarlo con mis líquidos, se ocultaba entre mis labios y volvía a salir nuevamente. Me daba corrientes de placer que su pequeño pene se deslizará entre mis labios vaginales rozando todo incluso mi clítoris, era como tener un dedo grueso y largo tocándome.
— Te gusta?.- le pregunte viendo su rostro que estaba inclinado viendo como mi cadera se movía sobre el.
— Si.- dijo tan suave que casi ni lo escuche.
— Esto seguramente te va a gustar más.
Subí un poco mi cadera y sujete su pene hacia arriba apuntando a la entrada de mi cuerpo. Lo tome por la base para que se mantuviera firme y lo coloque justo en la entradita de mi vagina, gire a ver su cara y poco a poco comencé a meterlo dentro de mi.
Cerró los ojos al sentir como estaba entrando y podía ver como su boca se abría de puro placer. Pude sentir cuando término de entrar la punta y mi vagina lo apretó para pasar el escalón que separa la punta del resto de su pene.
Lo saque nuevamente sin haberlo metido completo, lo sujete con fuerza y pase la punta abriendo mis labios hasta llegar a mi clítoris y de vuelta hasta la separación entre mi vagina y mi culo.
Estaba súper mojada y mi hermanito estaba petrificado dejándome hacer todo a mi. Le indique que mirara y de un sólo movimiento metí todo su pene dentro de mi.
"Mi hermanito estaba dentro de mi".
Lo sujete por la nuca para mantener su cara viendo mis piernas abiertas sobre su cuerpo como se comían su verga dentro mi. Comencé a subir y bajar metiéndolo y sacándolo. Estaba cogiendome a mi hermanito, en ocasiones lo metía completo hasta que mi clítoris quedara pegado de su abdomen y movía mis caderas adelante y atrás frotándome contra su piel, al moverme así, su pene hacia un ligero movimiento que me arrancaba gemidos de placer.
Solté su cabeza y puse mis manos en su pecho y comencé a frotarme contra el con fuerza, sentía sus pequeñas bolas como tocaban mi ano con mis movimientos. Su cara era indescriptible, me veía fijamente y sus ojos saltaban viendo mi cara y mis senos como se movían mientras me cogía.
— Te gusta?.- volví a preguntarle, quería más morbo.
— Si hermanita me encanta.
Sujeto mis brazos con sus manos apretando con fuerza.
— Que paso te molesta algo?.- pensé que algo estaba haciendo mal al sentir que me apretaba así.
— Nooo me gusta.
Eso en encanto y ahora subía y bajaba mi cuerpo metiéndolo todo dentro de mi, con cada embestida mis labios pegaban de su cuerpo haciéndome sentir placer intenso. Su pene me abría por dentro, no era muy grande pero se sentía divino sentir a mi hermanito dentro.
— Creo que voy a acabar hermanita.- me dijo cerrando los ojos con fuerza.
— Acaba quiero que lo hagas.
— Adentro?!!.- abrió sus ojos asombrado y con miedo.
— Si Daniel, acaba dentro de mi tranquilo.
Sentí como su cadera se movió hacia arriba empujandome un poco y metiéndolo casi hasta sus testículos.
De inmediato sentí la primera contracción de su pene dentro y seguido una sensación caliente que me recorría por dentro. Mi hermanito estaba eyaculando dentro de mi, me estaba llenando de su semen de niño por dentro.
Comencé a frotar mi clítoris con los Dedos mientras veía como se tensaban sus músculos con tanto placer. Abrió sus ojos y nos quedamos fijamente viéndonos sin decir nada, su semen se derramaba fuera de mi vagina y se mojaban mis dedos con la combinación de mi agüita y su leche.
Era demasiado morbo verlo acabar dentro de mi y no aguante más. Me recorrió una descarga eléctrica por la espalda y sentí como mi cuerpo se contrajo. Mi vagina empezó a apretar su pene dentro de mi en espasmos, apreté mi clítoris hundiendolo y dejando que se pusiera inmenso entre mis dedos.
Estaba teniendo un orgasmo, llena de semen por dentro y con mi hermanito dentro de mi. Duró casi un minuto mi orgasmo, caí exhausta sobre el, no tenía fuerza ni para respirar.
Esos 10 minutos más o menos que estuvimos haciéndolo fue casi en silencio, si pene aún duro se salió de mi vagina y quedo afincado sobre mi ano. Podía sentir como estaba caliente, su semen y mis líquidos se derramaban sobre su entrepierna y los dos nos quedamos así un minuto recobrando el aliento. Lo abrace y el me rodeo con sus brazos poniendo sus manos sobre mi espalda.
— Te gusto hacerlo?.- le pregunte suavemente en su oído.
— Si fue lo máximo.
— Ya no eres virgen hermanito.- dije riéndome.
Me incorpore y lo bese en la boca con ternura. Al levantar mi cadera un poco salió un montón de semen que estaba dentro de mi cayendo sobre su pene y su vientre.
— Acabaste muchísimo Daniel, mira todo lo que salió.- el simplemente se reía con mi comentario.– Menos mal que tome pastillas anticonceptivas porque si no, seguro quedaba embarazada.
— Si yo acabo dentro de ti así puedes tener un hijo mío?.
Me causo risa pero era verdad y con semejante eyaculación seguro que así sería, aunque a los 10 años no se si podía hacerlo.
— Bueno si acabas dentro de una chica y ni tu mi ella se protegen es posible que si.- debía explicarle las cosas.– Cuando estés más grande debes ponerte un condón para que cuando acabes dentro, tu esperma no se salga o tu novia debe tomar pastillas.
— Y puedo usa condón ahora?.
— No creo, porque aún tu pene es pequeño, pero se pondrá mucho más grande y así si podrás.- dije acostándome a su lado.
— Y a ti te gusto?.- dijo girando su rostro y mirando mi cara.
— Fue lo más excitante que he hecho jamás, me encanto.- y realmente era así, fue lo más morboso tener una experiencia de incesto así.
Nos quedamos así acostados uno al lado del otro, hablando de los detalles de las cosas que sentimos cuando lo hacíamos, le indicaba como se hace en otras posiciones y cosas así. Le mostraba como mis muslos se mojaban aún con los líquidos que salían de mi vagina. Nos besamos un rato y nos levantando de la cama.
El desastre de sexo que teníamos en nuestros cuerpos nos causo risa.
— Ven vamos a bañarnos.-sujetándolo de la mano nos fuimos a la ducha.
— Nos vamos a bañar juntos?.- me pregunto mientras entrabamos al baño.
— Claro que si.
Al cerrar la puerta gire al verlo y su pene nuevamente comenzó a levantarse, se puso duro en cuestión de segundos.
— Que impresionante hermanito, tanto te gusta que se te pone duro el pipí tan rápido.- realmente estaba asombrada, el estaba listo para el sexo en cualquier momento.
— Si me gusta mucho.- se puso rojo riendo al responder.
— Eso no te tiene que dar pena, al contrario eso a las mujeres nos encanta.
Le indique que entrara a la ducha y colocara el agua tibia, mientras que el lo hacía, tome un poco de papel de baño y seque un poco mis muslos y la entrada de mi vagina que estaba llena de nuestros líquidos secos y húmedos.
Tocarme con los dedos entre los labios para limpiarme se sentía intenso, estaba muy sensible después de ese inicio de sexo de hacía unos minutos.
Entré en la regadera con el y los dos nos mojamos bien abrazados, su pene rozaba mi muslo suavemente. Tome el jabón y cerré la regadera para enjabonarlo, me coloque detrás de el y lo llené de jabón con mis manos, pasaba por todo su cuerpo, llegue a su trasero y metí mi mano entre sus nalgas pasando por su ano, pude sentir como apretó sus nalgas y llegue hasta sus bolas, seguí enjabonandolo por sus muslos hasta sus pies donde le di la vuelta para que quedara frente a mi. Estaba en cuclillas frente a el, su pene apuntaba directamente a mi cara, lo mire sonriendo mientras continuaba enjabonando su cuerpo hasta llegar a su pene.
Solté el jabón y se lo di a el, tome su pene con mis dos manos y llene de espuma frotándolo muy rico. Lo agarraba desde las bolas y lo apretaba hasta la punta, los espasmos de placer hacían que su cadera se moviera brincando sutilmente.
Le indique que abriera la ducha y lo coloque bajo el agua mientras con mi mano ayudaba a quitar el jabón del cuerpo. Me puse de rodillas y sin avisarle apreté sus bolitas entre mis dedos y me metí todo el pene en mi boca, lo succione suave pero profundo. El agua que bajaba desde su pecho hasta su abdomen me llenaba la cara y al sacarlo mojaba su pene nuevamente y lo volvía a meter hasta el fondo, mis labios tocaban sus bolas y saque la lengua aún con su pene hasta el fondo de mi boca y lamí sus bolas suavemente. Sentía en mi paladar como su verga se tensaba haciendo pequeños pálpitos en el cielo de mi boca empujando suavemente.
— Que rico es chuparte la verga hermanito.- le dije sacando su pene de mi boca y dejándolo lleno de saliva.
— Y se siente divino Vane.
Me coloque de pie y le dije:
— Te toca enjabonarme tu a mi ahora.
Nuevamente estaba excitada al máximo, esto de que el fuera mi hermanito me causaba un morbo terrible y me estaba dando cuenta de que el hecho de que fuera un niño tan pequeño me calentaba aún más, estaba disfrutando realmente todo esto.
Me preguntaba en mi cabeza si los amiguitos que tenían más o menos la misma edad me verían con esas ganas que el y su amigo Rubén me tenían. Será que podía excitar a cualquier chico así.
Siempre me pasaba que los hombres mayores me miraran con morbo, me detallaban el cuerpo, me decían cosas en la calle, en la playa o la piscina del club siempre era fácil captar a un hombre mirando mi cuerpo al pasar, no me consideraba una modelo, pero realmente cuidaba mi cuerpo y me sentía bella. Pero un niño no, era algo que sólo estaba en su mente y que no sería capaz de decirlo al menos que yo diera el paso.
Mientras me enjabonaba le pregunte:
— Hermanito, no te molesto que lo hiciéramos la vez pasada con Rubén?.
— No, porque?.
— Bueno porque quizás pensé que te daría celos.- le dije riéndome.
— Bueno si me dio celos cuando lo besaste en la boca.
Estaba siendo celoso conmigo y eso me gustaba, pero también me encantaba la idea de tenerlos a los dos para el sexo.
Me gire y sus manos recorrían todo mi cuerpo enjabonandome completa, me tocaba toda ahora sin pena, sus manos se metían entre mis muslos y llegaban hasta mi vagina, subía por mi abdomen hasta mis pechos. Era lo máximo que me tocara así.
— Pero no te tiene que dar celos, te amo sólo a ti, y sólo a ti te voy a besar.- lo sujete por la cabeza y lo bese nuevamente metiendo mi lengua en su boca y esta vez el metió la suya en la mía.– Mmmm que rico ya me sabes besar.
Continuábamos besándonos y me metí bajo el agua sin dejar de hacerlo. Deje que el agua se metiera entre nuestras bocas unos seguros y me separe, termine de quitarme el jabón y me coloque frente a el.
Nuevamente me moría de ganas de que me metiera su pene de niño en mi cuerpo y darle placer.
Coloque mi espalda contra la pared de la ducha y flexione mis piernas separándolas y abriéndolas hasta que mi vagina quedara a la altura de su pene, era como si estuviera sentada en el aire. Mi vagina estaba completamente abierta frente a el.
Le indique que se acerara y mirándolo a los ojos le dije:
— Metemelo.
Se acerco colocando sus manos en mi cadera y el primer contacto fue la punta de mi clítoris en su pene, con mi dedo lo empuje para que su pene bajara un poco sintiendo como pasaba entre mis labios hasta llegar a la entrada.
— Ahí esta, mételo dentro.
Movió su cadera hacia adelante y su pene entro completo, estaba mojada pero en esa posición se sentía más estrecha mi vagina y podía sentir lo duro de su pene como me abría por dentro.
— Ahora muévete como en las películas.- tenía una mano en su nuca y la otra sujetándolo por su trasero.
— Así?.- me pregunto mientras me embistió tres veces.
Su pene estaba como el acero y apuntaba hacia arriba con fuerza y cada vez que lo metía frotaba la parte superior de mi vagina. Era perfecto, daba justo en mi punto G que esta por dentro y detrás de mi clítoris.
"Dios mío" pensé al sentir eso tan divino, lo sujete yo con las dos manos por sus cadera y lo movía con fuerza metiendo y sacando su pene en mi vagina. Hacía que me cogiera duro, el sonido de su cuerpo mojado chocando contra el mío era divino. En ocasiones su pene se salía de mi vagina y el rápidamente repetía el movimiento de empujarlo hacia abajo y metiéndolo nuevamente.
Movía a mi hermanito con fuerza, nos estábamos cogiendo tan rico, sus dedos se clavaban en mi cadera y mis nalgas.
Aprendió rápido y era ahora el quien se movía sólo, ahora si podía decir que mi hermanito me estaba cogiendo como un hombrecito.
Me sujete de su hombro y con la otra mano me comencé a frotar el clítoris masturbandome como loca, me abría en ocasiones los labios de mi vagina para sentir más y continuaba dándome en mi botoncito.
Sin esperarmelo un temblor me recorría el cuerpo, tenía pequeños orgasmos seguidos, jamás había sentido eso.
— Te gusta cogerme hermanito? Te gusta meterla a tu hermana?.- estaba llena de morbo, ya no controlaba lo que decía.
— Si me gusta.- decía sin parar viendo mis senos brincar y mi vagina abierta.
— Quieres darme leche?
— Si quiero.- el también estaba hipnotizado por el placer.
Podía ver como la punta de su pene casi se salía por completo de mi y volvía entrar hasta el final. Su pene estaba rojo por la fuerza con la que lo hacía.
— Avísame antes de acabar, avísame.- le indique apretando las uñas de mi mano en su hombro y dándome dedo en el clítoris con la otra.
— Ahora ya.- su cabeza subió y cerró los ojos con fuerza.
Me deje caer suave deslizandome contra la pared sacando su pene de la vagina y quede sentada en el piso justo antes de que acabara y mi cara quedo justo a la altura de su verga.
De inmediato salió disparado un chorro de líquido caliente de su pene que llego a mi frente y me tomo por sorpresa, abrí mi boca rápido y metí su pene hasta la mitad, mi boca se llenó de semen caliente en un segundo, mis manos en sus nalgas lo sujetaban para que no se cayera, la punta de su pene estaba más grande que antes y derramaba dentro de mi boca todo el semen.
Lo deje unos segundos eyacular sólo mientras movía mi lengua suave sobre por su verga y al sentir que ya estaba en sus últimas contracciones comencé a chuparlo con fuerza extrayendo cada gota de semen que quedaba dentro de el.
Su pene estaba sumergido en mi boca en una laguna de semen y saliva, cada chupada hacia que temblara de tal forma que casi se caia, le salían gemidos que eran casi gritos de placer.
Subí la mirada y estaba viéndome con la boca abierta, casi babeando sin aliento.
Saque su pene y abrí mi boca para que viera todo lo que había acabado dentro de mi, que aún no lo había tragado. Jugué con mi lengua y su leche y se escapó un poco fuera llegando a mis pechos y cerré tragandome todo lo que había ahí. Era una cantidad grande de líquido, sentía como bajaba tibió por mi garganta.
— Así lo hacen en las películas.- le dije sonriendo y abriéndole mi boca para que viera que lo había tragado todo.
— Eres la mejor del universo hermanita.- apoyado de la pared me veía casi a punto de desmayarse.
— Demasiado sexo hoy.- me levantaba del piso de la ducha.
— Ojalá todos los días fueran así.
Nos reímos los dos y nuevamente nos bañamos pero cada uno se enjabonó.
Nos apuramos porque quizá mama estaría por llegar. Al salir de la ducha le dije que fuera rápidamente a vestirse y me quede cepillando mis dientes, aún sentía el sabor de su semen en mi boca.
Me veía al espejo y ahora ya no me sentía rara al hacer esto con mi hermanito, ahora era divino y hoy había sido más de lo que había imaginado.
Pero aún tenía más ideas y fantasías nuevas que hacer. Cada vez que pasaba algo entre los dos, se me ocurrían nuevas ideas morbosas.
Por Vane
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