En el fondo todos queremos tener alguna aventura sexual y gozarla al máximo, lo que cambia es que a cada edad las experiencias suben de tono.
Quiero contarles lo que me sucedió cuando visité a mi tía Selina, yo los visitó seguido, pero esa vez su marido, un señor como de 40 años estaba tomando licor en la mesa de la cocina, mi tía se fue a dormir. Yo me puse un blusón largo que uso para dormir, sin sostén y un calzoncito minúsculo, como siempre.
Llegué a la cocina y mi tío Alfredo estaba bastante tomado, al verme me sonrió y me jaló e hizo que me sentara en sus piernas, luego me dijo que si quería acompañarlo y me quiso dar de su vaso en la boca, yo le dije que no.
-cómo haz crecido!!, ya eres toda una mujer!- me decía, y yo veía que se le quedaba viendo a mis pequeños senos, lo que sucedía era que el blusón me quedaba pegado a mi torso y eso dibujaba mis pezones que son grandes.
El tema de conversación que salió fue de sexo, el comenzó a decirme cositas, que mis piernas estaban bonitas, que mis pechitos ya estaban creciendo mucho, yo iba sintiendo que debajo de mis pompis donde estaba sentada en sus piernas, crecía un bulto, yo estaba sentada en medio y sobre su pija. En realidad mi tío estaba siendo amigable conmigo, pero de pronto,.
-Dame un beso- me dijo. Yo busqué su mejilla, pero el se volteo rápido a propósito y se lo di en la boquita, yo me avergoncé, pero el me dijo que estaba bien, que no sintiera vergüenza, si era mi tío.
-otra vez!- me dijo requiriendo otro beso. Yo le dije que no. El me jaló y con su aliento a licor, sentí su boca sobre la mía, su lengua recorría la comisura de mis labios que yo aún cerraba, le volví a decir no y me separé.
-Por qué?- me dijo. Si yo te he visto crecer, te acuerdas de todos los juguetes que di, y que también te daba dinero para tu cositas. –Si tío, pero eso no es bueno, y si viene mi tía qué?- le dije. –Tu tía ya estará bien dormida, vamos uno pequeño..- me dijo y me volvió a jalar, -esta bien, pero uno pequeño-, ahora lo besé y poco a poco su lengua fue entrando en mi boca y yo la atrapaba con mis labios, juro que fue un riquísimo beso, mis novios nunca me habían besado así, luego el tomó mi lengua con sus labios y me frotó desde adentro. Yo siempre fui cachonda desde los 14, todo lo que era sexo me interesaba conocer y experimentar, asi perdí mi virginidad y ahora estaba dispuesta a dejarme seducir por mi tío.
Las manos de mi ti no estuvieron quietas, su mano acarició mi entrepierna y lo hacía muy bien. Luego no se en que momento, pero de repente sentí su mano dentro de mi calzoncito tocándome mi panochita, su dedos eran gruesos y agiles, yo solté sus labios, pero el dijo que estaba bien que no hiciera nada, sus dedos hurgaban los labios de mi panochita, me comencé a mojar bastante, y creo que él lo sintió en sus dedos. Sacó su mano solo para bajarme uno de los tirantes de mi blusón, para que uno de mis senos quedara al aire, descubierto.
-Qué cosa más linda- dijo mi tío al ver mi seno. Quise taparme, pero él me lo impidió, es más acercó sus labios y comenzó a lamerlo con la punta de su lengua, luego envolvió mi pezón entre sus labios y lo mamó, yo sentí primero cosquillas, luego me fui excitando, además su mano volvió a estar dentro de mi calzoncito y a acariciar mi panochita. Al rato bajó el otro tirante y siguió comiéndose mi otro pechito. Mi tío tenía tanta experiencia que sentí que estaba por tener un orgasmo solo de masajearme mi cuquita y de chuparme los pezoncitos, él se dio cuenta y puso uno de sus dedos gruesos dentro de mi panochita, allí exploté por primera vez. Sentí mi flujo bajar por mi vagina y lubricarla toda, sentí que me ahogaba de pasión, me faltaba aire, así sentí ese orgasmo.
-Preciosa!, te mojaste toda!- me dijo mi tío, eso me encendió más. Luego, el me puso de pie y bajándose el cierre del pantalón, me tomó del brazo, para que me agachara, era clara la intención, quería que se la chupara, -ven- me dijo y mi boca fue tomando su gran pija dura, no era la primera pija que yo metía en mi boquita, pero nunca la de un hombre mayor y casado. Mi tío me tomaba de la cabeza y me obligaba a chuparla ya meterla bien adentro.
-Que bien lo haces preciosa- me decía mientras cerraba los ojos. Yo seguí engullendo su pedazo de carne, el quería que me la metiera y sacara como más rapidez, como si estuviera follando mi boca.
Sentí que mi tío ya iba a llegar a eyacular, porque empezó a gemir más fuerte, quise soltarme, pero el me atrapó por el cabello y no dejó que lo soltara, sentí su pene eyacular dentro de mi boca, sentí uno, dos y tres chorritos de semen que pararon en mi boca, luego me solté como pude, porque me estaba ahogando, me faltaba aire, su semen era un poco salado y traté de escupir alguna parte de él.
-Eres una chica linda, lo hiciste muy bien- me dijo el tío. Yo estaba un poco molesta por la forma en que me hizo tragarme su venida, pero era mi primera experiencia en cuanto a tragar la venida de un hombre.
-Te voy a dejar a tu habitación!- me dijo él. Caminamos hacia mi habitación, que estaba después de la ducha. Entramos y el cerró con llave mi habitación, su intención era clara y solo de pensarlo me mojaba de nuevo, pero estaba nerviosa.
-Ven, te voy a dar un premio por portarte bien con tu tío- me dijo.
Estando de pie me quitó mi blusón, quedé en calzones, él se sentó en la orilla de mi cama y comenzó a chupar de nuevos mis pechitos. Al mismo tiempo de nuevo una de sus manos me acariciaba la panochita y comenzó a meter de nuevo uno de sus gruesos dedos, yo comencé a gemir.
De pronto que me acuesta en la cama, me quita mi calzoncito y me abre las piernas para darme una chupada de coño, su lengua es muy hábil y pronto me tiene en la palma de su mano, yo me retuerzo sobre la cama de placer, mientras el se come literalmente mi cuquita, no conforme su lengua se desliza hacia mi ano y lo lame como si fuera un delicioso helado de crema. Me hace alcanzar otro tremendo orgasmo, aahhhh ahhhg, siento que me estoy orinando, siento caliente la cabeza y el lame todo lo que sale de mi sexo.
Mientras me come mi panocha, se va quitando el pantalón y luego la camisa, se va subiendo sobre mi y siento como acomoda su pene duro contra mi cuquita, con su propio peso va metiéndola dentro de mi coñito, siento que el interior de mi panochita se va estirando para darle cabida a su carne dura. Apenas lleva metida la cabeza de su pija y él empieza a moverse encima de mi en el clásico mete-saca, eso hace que su pene vaya entrando en mi vagina estrecha.
-Ya no tío, ya no!- le digo, estoy nerviosa, que pasaría si mi tía entrara en ese momento?
Pero el tío ya no se detiene y termina por penetrarme completamente, busca mi boca y nos damos varios besos, luego besa mi cuello, mis orejas y mis senos, al tiempo que su pija se va moviendo lentamente dentro de mi panocha.
Del nerviosismo paso al placer. Sus movimientos son más intensos y duros, la cama se mece con nosotros encima de ella. El mete sus brazos debajo de mis piernas y eso hace que las levante y él aprovecha para ensartarme hasta lo último. Luego nos movemos como amantes. Yo estoy por correrme de nuevo, de nuevo se da cuenta de eso y acelera su penetración para llevarme al cielo de nuevo.
Me pide que cambiemos de lugares, pero mientras nos colocamos, me pide que le de su pantalón, de su cartera, saca un condón, se lo coloca y ahora si, me pide que me monte sobre él, lo hago y el con su mano guía su pija dentro de mi vagina, me toma por las nalgas y me dice que me mueva hacia adelante y hacia atrás, aunque yo he visto esa posición en revistas e internet, me dejo guiar por él. Yo comienzo a moverme como el me dice y ahora es él quien gime y se queja de gusto, pero al poco tiempo a mi también me invade el placer y me dice que lo monte rápido y más rápido, oigo como el tío llega a su venida y yo lo hago casi al tiempo.
Ambos estamos semi sudados y agotados de la joder, el se pone de pie y se quita el condón, se acerca a mi me da un beso en la frente y me dice que ha estado genial, -te ha gustado? Me pregunta, le digo un débil si. Se coloca el pantalón, la camisa sin cerrar y sale de mi habitación con el condón lleno de semen en la mano.
No fue la única vez que lo hice con él, fueron muchas veces, pero un día el tío tuvo un accidente de tránsito, precisamente por culpa del licor. Eso cegó su vida. En el aniversario 5 de ese día, escribo esta nota.
Anónimo
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