Hola a todos. Por obvias razones todos los nombres de este relato verídico, han sido cambiados. Bien dicen que la realidad es más impactante que lo ficticio y ustedes lo juzgaran más adelante.
Llámenme Carmen, ahora con 24 años, pero cuando todo sucedió tenía 16 años. Tengo una hermana, Silvia de 23 años, en ese entonces tenía 15 años. Venimos de una familia que era conservadora, granjera, dedicada a la crianza de ganado y de cultivos agrícolas. Viviamos como es normal para una familia campesina, en el campo con una vida tranquila y sin muchos sobresaltos.
Sucedió que durante el invierno llegó a vivir con nosotros Fabían, hijo de una prima hermana de mi padre, o sea que es mi primo en segundo grado. A pesar de que este primo tenía unos antecedentes muy malos, inclusive estuvo seis meses en un correccional para menores, mi padre lo aceptó debido a que era hijo de su prima preferida, creyendo que en casa lo compondría y trabajaría a su lado. Gran error!.
Fabían, mi primo, tenía en ese entonces 19 años, más o menos de 1.80 de estatura, delgado pero fuerte, con poca barba, ojos profundos y dominantes. Era vicioso, fumaba y tomaba mucho, al decir fumaba quiero decir que consumía hierba frecuentemente, yo lo sabía porque a veces ingresaba a su habitación y se sentia el olor desagradable de la marijuana.
Al inicio todo bien. Fabian se levantaba temprano con mi padre y se iban a trabajar al campo, el trabajo era duro y regresaban a la hora del almuerzo, luego se volvía a ir y regresaban como a las 5 o 6 de la tarde la mayoría de los días.
En nuestro caso con mi hermana Silvia, somos de casi 1.60 mt de estatura, o sea de talla pequeña, con cabello castaño oscuro, ella tiene ojitos color miel y yo café oscuro, yo tengo más bubis que ella, el año pasado empecé a ensanchar mis caderas, mi hermanita tiene menos que yo, nuestros rostros son bonitos dicen los que nos conocen y lo más importante, hasta ese momento eramos vírgenes, apenas con experiencia de algun agasajo pequeño con nuestros novios de turno, que no pasaba de tocarnos nuestros sexos sobre nuestras ropas, besos húmedos y que algunas noches nos masturbabamos en nuestras camas tocándonos el clítoris con los dedos. O sea que, casi cero de experiencia sexual a pesar de nuestra edad.
Nuestro primo Fabian tenía más experiencia mundana, nos comenzó a ver como mujeres y no como su familia. La ducha que estaba fuera de las habitaciones (solo la habitación de nuestros padres tenía ducha adentro) como solía ser en las casas antiguas de campo. No sabía desde cuando Fabian no espiaba cuando nos bañabamos. Lo averigüé cuando bañandome noté que había un agujero en el techo de la casa y por allí nos fisgoneaba él. Esa vez, me propuse excitar a mi primo y comencé a tocarme los senos y los pezones, luego bajé con mi dedos y me acaricié mi vulva, al mismo tiempo emití unos gemidos de placer; cuando salí de la ducha vi que la habitación de Fabian estaba cerrada con pasador, seguramente se estaba pajeando alli adentro, después de observarme desnuda y masturbándome en la ducha. En ese momento lo crei divertido.
Después de eso, Fabian ya no nos miraba como sus primas, sino como objetivos de conquista, entabló más amistad con nosotras, era más atento y compartía más su tiempo charlando con nosotras. Y a nosotras nos gustaba eso.
Esa noche que empezó todo, Fabian llegó a nuestra habitación después de que mis padres se fueron a acostar. Ya lo había hecho otras veces, pero en ésta en particular, llevó una botella de vino, nos dijo que era inofensivo, que su origen era las uvas y que era delicioso. Nos la tomamos de la boca de la botella, como no teníamos costumbre nos mareo un poco y nos desinhibió. Fabían rapido tocó el tema de los novios y las novias. Primero nos pidió que hablaramos de que cosas prohibidas habíamos hecho con nuestros novios.
Alli conocí que a mi hermanita su novio anterior le había acariciado su cuquita sobre sus braguitas y que un chico que no era su novio le chupó sus tetitas unos segundos. En mi caso, confesé que un chico me había tocado mi cuquita con sus dedos dentro de un automovil y que yo solo había tocado un falo masculino sobre un pantalón.
-Chicas….primas!, o sea que no han visto una pija?-, las dos asentimos negativamente con la cabeza.
-Yo les voy a mostrar una- diciendo eso, Fabian se paró frente a nuestras camas y bajandose el pantalón y luego su boxer, sacó aquella larga y musculosa verga frente a nosotras, estaba semi-erecta, señal que nuestros historias lo habían calentado. –Uyyy no!- dijo Silvia, -yo pensé que eran más pequeñas- completó.
-La mayoría son pequeñas, pero la mia es de 22 centimetros- dijo Fabían orgullosamente. En otra situación hubieramos impedido llegar hasta ese punto, de que el primo nos mostrara su maculinidad, sin embargo con el efecto del vino estabamos desinhibidas y atrevidas.
-Tócala Carmencita!- me dijo Fabían. Estiré mi mano y mis dedos empezaron a recorrerla desde la cabezota hasta casi sus huevos.
-Es suave!- dije, no encontrando otro calificativo. Al decir esto también Silvia estiró su brazo y se puso a acariciarla como si se tratase de una mascota. En eso Fabian tomó mi mano y la puso alrededor de su tronco, me agarró para que le hiciera hacia arriba y hacia abajo en una clara chaqueta. Me soltó y me quedé haciendoselo sola. Su verga se fue endureciendo en mi mano, tomó la posición casi vertical. Luego tomó la mano de Silvia y también la puso en su falo, ella hizo lo que yo estaba haciendo.
-Quieres darle unos besitos?- le dijo a Silvia. Ella se río creyendo que era un broma, pero Fabian se lo volvió a preguntar. Silvia me vió, yo no dije nada ni lo impedí. Asi que ella acercó sus labios a la enorme erección. Le dio varios besitos en el glande y luego bajó a darselos a todo el tronco. Fabian se mordía el labio inferior de la boca, gozando lo que Silvia le hacía en su falo.
-Métela en tu boca!- le dijo Fabian casi ordenándole, presa de la excitación.
Como pudo Silvia abrió su boquita y apenas pudo engullir la cabezota de la verga. Luego instintivamente la comenzó a chupar como si fuera un bombon de dulce. Fabian gemía –assi Silvita, assii chupamela bien!-. Silvia seguía chupando con mucha devoción la gran pinga de Fabian. Yo que estaba en la otra cama viendolo todo, terminé por excitarme y me comence a tocar mi cuquita sobre mi braguita. Me di cuenta que ya la tenía mojadita.
Fabian gemía y decía, -que rico la mamas Silvita!, dame más, chupamela toda!-, se notaba que estaba a mil revoluciones. También ya excitada, me bajé de la cama y me puse al lado de Silvia, como si fuera una perrita esperando su parte. Fabian se sonrió, retiró su pija de la boca de mi hermana y me la puso en los labios, yo abri y la aprisioné con mi boca, era enorme y dura, también me costó ponerla adentro de mi boca, después de hacerlo comencé a succionarla y a lamerla. Me atrevo a decir que senti placer mamarle la pija a Fabian, mi braguita estaba muy mojadita.
La habitación se llenó de un ambiente cachondo, de morbo; Fabian sacaba su pija de una boca para colocarla en otra, asi nos turnabamos con Silvia para darle una rica felación a Fabian, la primera de nuestra vida. Nuestra boca estaba llena de la verga de nuestro primo en ese momento.
Tenía yo la verga de Fabian en mi boca, la estaba chupando toda, cuando siento sus manos aprisionandome la cabeza, luego me mete toda su verga en la boca, siento que me estoy ahogando, pero el placer impide que yo la retire. En eso siento algo caliente en el interior de mi boca, al mismo tiempo Fabian emite un quejido y comienza como a convulsionar. El ha alcanzado su climax y me ha echado un gran chorro de esperma dentro de mi boca, al soltarme la cabeza sacó su pija de mi boca, aún sale alguna cantidad de semen de su glande. Fabían ahora le pone su verga en los labios de Silvia y le pide que se la chupe y se la limpie, su verga tiene semen impregnado en su tronco, viene mi hermana y sin más le chupa su falo hasta dejarlo totalmente limpio.
-Qué les parecio su primera mamada de pija?- nos preguntó Fabian, después de reponerse un poco de su corrida.
Con Silvia no respondemos nada, solo nos limitamos a reir picaramente. Fabian se subió el pantalón y se retiró de la habitación, no hubo comentarios entre mi hermana y yo, ambos habiamos sentido una rica excitación y me masturbé esa noche y creo que mi hermana lo hizo también sin hacer ruidos.
Los días continuaron y nadie comentó nada de lo sucedido. En el fin de semana, estuvimos viendo videos en la TV, mis padres se fueron a dormir primero, luego mi hermana se retiró y me quedé con Fabian, pero luego a los diez minutos el se fue también, me quedé sola, terminé de ver la pelicula, tal vez pasaron unos quince o veinte minutos desde que Fabian se había retirado.
Apagué la televisión, entre al baño a lavarme los dientes, luego me dirigí a la habitación que compartía con mi hermana. Al abrir me encontré la siguiente sorpresa, Fabían sentado en la cama mi hermana en cuatro mamandole la pija, no estaba entre sus piernas sino perpendicular al cuerpo de él, y Fabían con su mano dentro de la braguita de Silvia manoseandole su cuquita. Las chupadas de mi hermana eran feroces en la verga de Fabían, quien gozaba y a la vez tocaba la vulvita y el culito de ella. Yo entré y me acosté en mi cama viendo aquel espectaculo.
La verga de Fabian estaba erecta al máximo, sus gruesas venas rodeaban el tronco, la boquita de mi hermana tragaba y sacaba la enorme pija, creo que ni siquiera se había percatado que yo había entrado. A los pocos minutos, Fabian se levantó y se puso acostado boca arriba, le dijo a Silvia que se subiera encima y que le pusiera su cuquita encima de su boca. Mi hermana lo hizo y Fabían corriendole su braguita a un lado para dejar descubierta su rajita se la empezó a mamar. Los gemidos empezaron a salir de la boca de Silvia, cada vez más intensos, prácticamente Fabian se comía toda la chuchita, yo tenía una posición privilegiada para ver como los labios y la lengua de él saboreaban los labios vaginales de mi hermanita.
Cuando sentí mis dedos ya jugaban con mi clítoris, me estaba excitando mucho, viendo como Silvia convulsionaba encima del rostro de Fabían, emitió un chillido y su cuerpo empezó a contonearse, posiblemente se estaba corriendo encima de la boca de nuestro primo. –Carmen, chupame la verga!- me dijo Fabían mientras dejaba de chupar la rajita de Silvia por un momento. Yo no sabía que hacer, si hacerle caso o no, pero como estaba excitada, me puse entre sus piernas, tomé su verga entre mi mano, tenía unas gotas que salían de su glande, y lo metí dentro de mi boca y comencé a mamarsela.
Yo chupaba ese rico tronco y a la vez miraba como la lengua de Fabían intentaba penetrar el orificio vaginal de mi hermana, todos gemíamos en esa habitación.
-Ahora cambiense de lugar!- ordenó Fabían. Mi hermana se desmontó de la boca del primo, dándome lugar para que me sentara en la boca de él. Como había hecho con ella, hizo a un lado mi braguita y comenzó a comerme la rajita. A la vez, Silvia tomó su pija y comenzó a chuparla con vehemencia, dándole varias succiones fuertes.
Sentí como lengua de Fabían se internaba en mi cuquita y se movia para todos lados, lamía, chupaba, besaba, de todo me daba en mi chuchita. Yo me mojaba como nunca lo había hecho y todo lo tragaba mi primo. Sentí como un calor bajaba por todo mi cuerpo y luego regresaba a la cabeza, era un orgasmo intenso, gemí y me quejé, me corrí en la boca de Fabían. Mientras tenía esa rica venida, restregue mi cuquita en el rostro de él, llenándolo todo de mi brillosa eyaculación. Pero Fabían no dejó de mamarme un solo rato. Al rato, mi hermana Silvia logró llevar a Fabían a su orgasmo con su boca, lo supe por los gemidos que daba el primo, luego vi el rostro de Silvia llenó de leche de macho. Fue nuestra segunda gran noche. Nuestro primer sexo oral.
Tres noches seguidas fueron. Fabían entraba de noche, como un ladrón, a nuestra habitación, en las tres noches nos hizo sexo oral, en distintas posiciones. Nos mamó nuestras rajitas a placer, nos hizo tener varios orgasmos y nos hizo tragar su esperma las veces que quiso. Quiero confesar que la primera impresión de saborear su esperma fue de salado, no me dio asco, y era excitante tenerlo en mi boca.
Sucedió un domingo, Fabían se fue con sus amigos a libar al pueblo, con dinero que le había dado mi padre de sus jornales de la semana. Eran las 10 de la noche y él aún no había regresado, quiero indicarles que con mi hermana, no hacíamos más que hablar de nuestro primo, decíamos que nos gustaba lo que nos hacía y que era tremendamente apuesto y que sería suertuda quien se quedara con él, no sabíamos todo lo que una persona tan viciosa como él podía causar.
Esa noche entró a la habitación, estaba ebrio, hablaba recio, tuvimos miedo que papa se levantara y lo viera en ese estado y con nosotras, asi que lo empezamos a callar, él se bajó los pantalones y nos pidió que le comieramos su falo, con tal de tenerlo callado vine yo y me puse a mamarsle la verga, luego me quitó de allí y me acostó, me quitó la playera de dormir y mi braguita, quedé desnuda, el se metió entre mis piernas y comenzó a mamarme la rajita, sus lamidas eran agresiva y fuertes, yo gemía mucho.
En eso me dijo –te voy a desvirgar el coño!-, dejó de mamar mi cuquita y quitándose la ropa completamente, se subió encima de mi, me abrió las piernas, yo le rogue que no lo hiciera, Fabían no oía nada en ese momento, estaba ebrio, sentí como su verga se fue metiendo en mi chuchita, grité cuando me sentí desgarrada, el siguió empujando con fuerza, su tronco se coló adentro y fue abriendo mis mojadas paredes vaginales, me fue ensartándo toda, mi primera sensación fue de dolor, no era tan intenso como me habían contado mis amigas, talvez porque yo había lubricado bien mi vagina.
Fabían se empezó a mover encima de mi, clavándome su dura carne, entraba y salía, el dolor dejó de ser un inconveniente, empecé a sentir placer rápidamente, Fabían buscó mis labios y nos besamos mientras me hacía el amor. Instintivamente lo aprisioné con las piernas para que nos movieramos juntos, me sentía llena de su pija. No aguanté las ganas y comencé a gemir descontroladamente mientras él bombeaba su verga en mi rajita. De pronto sentí que desfallecía allí, le clavé las uñas en su espalda, él sabía que me estaba corriendo, entonces bajó sus labios a mis tetas y las chupó enérgicamente, eso hizo más intenso mi orgasmo, las piernas me flaquearon.
Fabían siguió cogiendome sin parar, ahora nuestros gemidos se confundían unos con otros. Se quitó de encima de mi y me levantó una pierna y la puso en su hombro, ahora sus bombeos eran más secos y profundos, en menos de cinco minutos tuve otro orgasmo intenso, y a los pocos segundos Fabían se quejó, sacó su verga de mi chuchita y me comenzó a echar su esperma en todo mi cuerpo, me cayó en el vientre, los senos y la cara. Recogío su ropa y asi como entró se retiró, yo quedé allí acostada, con las piernas y la raja abierta. Asi perdí mi virginidad.
Mi hermana Silvia, que había presenciado mi desfloramiento, me increpó que yo quería a Fabían solo para mi y que era una ramera, una cualquiera. Nos peleamos esa noche.
Dos noches después, aún no nos hablabamos con Silvia después de la noche de mi iniciación. Me fui a dormir, alli estaba Silvia, quien apagó la luz al nomás verme. No se porque, pero desperté al poco tiempo, no vi a Silvia en su cama, tuve un presentimiento y me paré y salí de la habitación, tomé rumbo a la habitación de Fabian, oí ruidos afuera, sonaba a quejidos, eran de Silvia, abri la puerta lentamente y vi a mi hermana desnuda, se sentaba sobre la verga de Fabían, se quejaba de dolor, él la animaba a meterse su nabo en su cuquita virgen, ella decía que no le entraba que le dolía. En eso Fabían la toma de las caderas y la obliga a sentarse completamente en su verga, se oye el quejido de dolor de Silvia, Fabían no la suelta hasta que la penetra en su vagina. Yo estoy en la puerta viendo todo eso.
-Ya, ya, no seas tan chillona, ya se te quitara el dolor y luego te gustará!- le dice Fabían a ella. Ambos se quedan quietos unos instantes, mi hermana ya ha sido penetrada hasta el fondo de su cuca. Mientras ella aún se queja, Fabían le acaricia sus senos y los comienza a chupar por turnos. Al poco rato entran en un ritmo lento, ella se mueve arriba de él un tanto. Poco a poco el vaiven de sus cuerpos va aumentando, unos minutos después Silvia comienza a gimotear, pero de placer. El falo de Fabian entra y sale rapido de su coñito. Yo la oigo quejarse y pronto llega a su corrida. Voy cerrando la puerta y me retiró para mi habitación. Lo que empezó como una travesura, ahora, nos hemos convertido en las putitas de mi primo.
Luego de habernos desflorado, los siguientes días fueron una competencia descarada con mi hermana Silvia, nos acostabamos con Fabian cuando el quería y con quien quisiera. Nosotras dejamos la moral a un lado, solo queriamos experimentar, o bien que él experimentara en la cama con nosotras.
Al poco tiempo él me penetró por el ano, ese día mis padres no estaban y Silvia había salido con sus amigas. Asi que tuvimos todo el tiempo para follar. Mienteras me hacía el amor, me dijo que me enseñaría algo nuevo, que ni con Silvia lo había hecho, eso llamó mi atención. Me colocó en cuatro y puso crema de manos en mi orificio, luego me acaricio con sus dedos mi culito, metió un dedo y lo metía y sacaba con facilidad por la crema, cuando yo me ponía tensa, me decía que me relajara. Después puso su pija en la entrada de mi culito y empujó, su carne se metió en mi recto lentamente, metió hasta la mitad, luego la fue meciendo en mi orificio despacio, hasta que me tuvo toda adentro, el gimia como nunca.
Luego me folló duro por allí. Al principio no le encontré ningún placer para mi, pero conforme iba pasando el tiempo me fue excitando, debe ser el mismo placer que sienten los homosexuales, no cabe duda. Me la metió en mi ano en varias posiciones, hasta que lo oi correrse y lo hizo dentro de mi recto. Luego de eso, siempre me pedía hacerlo por el mismo lugar, cuando teníamos relaciones. Sé que se lo hizo a mi hermana posteriormente. Pues mi hermana nunca le hubiera negado algo en esos momentos.
Como logramos quitarnos a nuestro primo?. La verdad es que fue fortuito, mi hermana salió de nuestra habitación para reunirse con Fabían, era de madrugada, a los pocos minutos Silvia entró casi gritando, me jaló del brazo y me llevó a la habitación de mi madre, se oían gritos de una mujer haciendo sexo y bastante excitada, mi hermana entreabrió la puerta y pude ver a mi madre teniendo sexo con Fabían. Habíamos aceptado que Fabían nos follara a ambas, pero meterse con mi madre era otra cosa, sentimos repudio y resentimiento, tanto que le cerramos las piernas de allí en adelante. Más tarde, con Silvia retomamos nuestra vida y tuvimos nuestros propios novios.
FIN.
Anónimo
No hay comentarios:
Publicar un comentario