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miércoles, 6 de octubre de 2021

Mi tía me inicio sexualmente


Hola a todos. Me llamo Damián y al ver tantas páginas de relatos eróticos me decidí y por fin voy a contra una experiencia que tuve hace mucho y que me marco para toda mi vida. No soy muy bueno escribiendo pero voy a tratar de hacerlo lo mejor posible.

Esto me paso hace tiempo, era jovencito, 13 anos. Hoy tengo 32 y me encanta recordar esta experiencia. En esa época yo tenía que ir los sábados a clases de ingles. Las clases eran por la mañana de 8 a 12. Tenía los jueves por la tarde y los sábados por la mañana. Teníamos una quinta en la zona de Pilar, en realidad en un country que se llama Miraflores. Mis padres se iban los viernes a la tarde por lo que yo tenia que quedarme los viernes a la noche con mi tía, hermana de mi padre y el sábado, después de ingles, me tomaba un colectivo que me dejaba en la puerta del country. Mi tía, en ese entonces tenia alrededor de 37 o 38 años.

Era muy linda, 1.60, pelo castaño claro lacio, y en ese entonces tenia un lindo cuerpo. Muy buena posición económica y muy fina. Separada y sin hijos, por lo que yo no molestaba en lo más mínimo al quedarme en su casa. Siempre tuvimos una lindísima relación. Cada vez que yo me quedaba los viernes en su casa, ella al ser separada, salía con amigas y de vez en cuando con algún novio.


Regresaba a eso de las 2 o 3 de la mañana, por lo que tenia toda la noche, la casa para mí. En casa de mi tía, me aburría bastante por lo que empezaba a revisar todo, me encantaba y más que nada le revisaba el placar a ver que tenía y que encontraba. Empecé como un juego y aprovechando la soledad, a ponerme ropa de ella, la cual me quedaba bastante bien porque teníamos la misma altura y un cuerpo bastante similar en contextura. Lo que empezó como un juego, los viernes siguientes se convirtió en algo cotidiano.

Cada vez que escuchaba que ella se iba, corría a su placar a usarle la ropa. Me encantaba usarla, me sentía muy cómodo. Su ropa era muy juvenil y también muy sexy. Tenia de todo. Vestidos, jeans, camisas, remeras, botas, zapatos, etc. Entre las cosas que acostumbraba y más me gustaba ponerme, estaba su lencería. Tenia de todo un poco. Pero lo que más me gustaba eran sus conjuntos sexys que los tenía guardados en unas cajitas bien atrás en sus cajones. Tenía conjuntos negros, blancos, con bombachas colaless, comunes, pero los que más me impactaban y gustaban, eran dos. Uno era un corsé con porta ligas negro, que venía con su bombacha colaless negra y sus respectivas medias y el otro blanco de corpiño, bombacha y medias pero sin porta ligas. Así pasaron varios viernes en los que jugaba a ser una chica sexy.

Me encantaba verme en un espejo de pie que había en la habitación. Hacia poses, me acariciaba, etc. Y a eso de las 12 de la noche, me sacaba todo porque yo sabia que ella nunca llegaba antes de la 1 de la mañana.

La noche que les cuento, y en donde todo comenzó, me puse el conjunto negro.

Como todas las noches de viernes me puse el conjunto y arriba una bata de seda negra que también creo que era del conjunto porque era medio trasparente. En ese entonces yo usaba el pelo largo hasta los hombros por lo que me hice también una colita tipo cola de caballo. La verdad, estaba re linda. Así estuve esa noche. Como siempre, sabía que mi tía no regresaba nunca antes de la 1 de la mañana. Pero esa noche, no sé por que me recosté en su cama así vestidita a ver televisión y ¡ME QUEDE DORMIDO! En eso siento que alguien pronuncia mi nombre ¡Damián! ¡Damián! ¡despiértate!- Cuando logro abrir los ojos, no podía creer ver a mi tía a mi lado.

Enseguida me di cuenta que llevaba puesta su ropa interior, por lo que salte de la cama, y me fui corriendo al baño y comencé a llorar. Mi tía me golpeaba la puerta del baño y me pedía que salga así charlábamos. Me decía que no me haga problema y que hablaríamos al respecto. Al rato salí del baño pidiéndole perdón por lo que ella había visto. Yo ya me había sacado la ropa y solo tenia la bata negra. Me abrazó, me beso la frente, seco mis lágrimas con su mano y me sentó en su cama. Empezamos a hablar del tema. Me pregunto hace cuanto hacía esto y si me gustaba. Yo le decía que si, que me gustaba, pero que no lo iba a hacer más. Ella seguía preguntándome si me gustaba vestirme como mujer y que sentía sexualmente. Si me atraían los hombres o las mujeres. Yo le dije que me gustaban las mujeres, que era lo que sentía en ese momento, pero que también sentía mucha curiosidad por sentir lo sentía una mujer al estar con un hombre. Esto basándonos en las revistas y películas condicionadas que pude ver a esa edad. Me preguntó si ya había tenido relaciones sexuales y le dije que no. Entonces me dijo que no me preocupara que esto iba a quedar entre nosotros y que no iba a contar nada a mis padres. Esa noche no pude dormir nada de los nervios que tenía.

Al viernes siguiente tuve que volver a lo de mi tía, cosa que yo no quería porque no sabía con que cara mirarla. Al llegar a su depto. Me recibió como si nada. Comimos, sin hablar del tema, después yo me puse a ver tele en el living mientras ella acomodaba todo en la cocina y después cada uno a su cuarto a dormir.

Al rato escucho que me llama y ya en su cuarto retomo el tema en cuestión. Me volvió a preguntar si me gustaba ponerme ropa de mujer y le dije que si, que había empezado como un juego pero que me sentía muy cómodo con su ropa. Entonces grande fue mi sorpresa al escuchar de sus labios, si me quería poner nuevamente la lencería que llevaba puesta la noche del viernes anterior, que a ella le gusto verme dormido con esa lencería y que me quería ver bien a ver como me quedaba. Yo la verdad que no entendía nada. Pensé que la charla se convertiría en flor de reto, pero no. Ella me ayudo y me puse todo nuevamente, me recogió el pelo y me hizo una colita. Me decía que me quedaba muy lindo y me preguntaba si me sentía cómoda así vestida. Yo le decía que si y que estaba con mucha vergüenza en ese momento. También me pregunto si tenia algún nombre de chica cuando usaba esa ropa. Le dije que si, que me imaginaba una chica de nombre Laura. Entonces me dijo que me iba a llamar Laura. Agarró y me presto una polera tubo gris y una camisa blanca de ella y me vistió bien de mujer.

Me maquillo, me pinto los labios y me llevo a la cocina, preparo un café y charlamos por un rato largo. No me acuerdo bien pero lo que si me acuerdo fue que ella me dijo que no le importaba como era yo y que con ella me podía sentir libre y ser quien yo quería ser y que este juego quedaría entre nosotras dos. Lo que más me gustaba era que me hablaba como si fuera yo una mujer, una amiga, ya que todo lo terminaba con a, Si me sentía cómoda, que no me sienta avergonzada, etc. Todo terminaba con a. Empecé a relajarme, a sentirme realmente cómoda. Me pregunto que hace cuanto sentía esos gustos, si en mi casa también lo hacía, etc., etc. Tuvimos una charla de amigas realmente. Esa noche, después de la charla y de que yo le devolviera la ropa, me presto una bombacha y un camisón y me dijo que me sienta libre de pedirle cuanta ropa me quisiera poner y que ese camisón y esa bombacha eran mías para dormir.

La semana posterior a ese viernes, estuve contando las horas para volver a lo de mi tía ya que desde ese día, me sentía mejor que nunca. Pasaron un par de viernes en los que ella salió con sus amigas y en los que yo me quedaba usando su ropa. La condición era que deje todo como lo había encontrado y que siempre que quisiera me ponga para dormir, el camisón y la bombacha que ella me había regalado.

Si bien ese viernes fue espectacular, lo que paso al viernes posterior fue lo que realmente arco mi vida.

Ese viernes como los anteriores, al llegar a su Dpto., me recibió con un Hola Laura y me presto ropa suya. Creo que era una mini de jeans y una remera blanca. Me hice la colita y nos pusimos a charlar. Esta vez la charla fue más directa a lo sexual. Me preguntaba si me masturbaba, si veía películas o revistas pornográficas. Yo le conteste todo con la verdad. Y en la charla me pregunto si alguna vez había visto a una mujer desnuda en vivo y en directo, a lo que respondí que no y ella me dijo que ya llegaría ese momento algún día. En la comida fui yo el de las preguntas. Le consulte sobre las relaciones sexuales, si le dolió la primera vez, que se siente al ser penetrada, etc. Me respondió todo sin dejar nada de lado.

Terminamos de comer tarde. Me bañe, me puse mi camisón y me fui a mi cuarto pensando en toda la charla que habíamos tenido. Al rato me llamo a su habitación. Me recibió con su bata negra y me pidió que me ponga el conjunto negro de ropa interior con porta ligas del otro día que me lo había preparado y estaba sobre su cama. Yo acepte su pedido, me fui al baño y me puse todo. Me pidió que me pinte los labios y así lo hice. Al salir del baño, encontré a mi tía recostada en su cama con un conjunto de ropa interior blanco hermoso. Me dijo que yo estaba re linda y me pidió que me recostara al lado de ella y me pregunto si quería que ella me bese. Las luces estaban bajas y había una vela prendida sobre la mesita de luz. Empezó a besarme despacio y a acariciarme el pelo, la cara, el cuello, la espalda, todo muy suave. Yo hacia lo mismo, pero era ella quien tomaba la iniciativa de todo. Yo estaba nervioso, tenso hasta que pasaron los minutos y logre relajarme. Nos paramos al lado de la cama y seguimos besándonos. Ya sus caricias empezaron a bajar hasta mi cola. Sus besos eran húmedos, deliciosos, suaves. Su lengua jugaba con la mía y empecé a gemir de placer. Me pidió que le saque el corpiño y fue entonces la primera vez que tenia uso pechos de mujer frente mío.

Me pidió que los toque, que no tenga miedo, que los toque despacio, que los sienta, que note como se le ponían duros los pezones. Me preguntaba si me gustaba tocarlos, le dije que si. Me pidió que se los bese a lo que respondí con muchos besos en sus pechos. Me pidió y enseñó a chuparle los pezones, que lo debía hacer despacio y succionando como si fuera un bebe. Yo no lo podía creer. Lo que estaba pasando era un sueño, algo único. Yo estaba recontra excitado. Nos arrodillamos en la cama uno en frente del otro. Me preguntaba si estaba bien, si me sentía cómoda. Yo respondía que si. Al estar frente a frente, me tomo una mano y empezó a acariciarse los pechos, Sentía entre mis dedos, sus pezones bien erectos, duros, su suavidad y redondez de sus pechos. Siguió y llevo mi mano hasta su bombacha y me la hacía acariciar con mi mano. Note como estaba húmeda de su excitación. Me saco mi corpiño y empezó a besarme los pechos como si fuesen dos tetas de mujer, Jugaba con su lengua en mis tetillas como si fueran hermosos pezones y yo seguía acariciando su bombacha. Se levantó, se puso frente mío y me pidió que le baje y saque la bombacha. La tome con mis dos manos y despacio se la baje y enseguida se la saque. Tenia en frente mío una mujer desnuda con su vagina enfrente de mi cara. Tomó mi mano y la llevo directo a su vagina. Me pidió que la acaricie despacio, sin apuro. La tenia bien depilada con solo una franjita de pelo por sobre los labios. Note como se empezaba a agrandar esa vagina y a notarse que los labios cada vez se salían más.

Estaba bien mojada y mientras yo acariciaba su vagina, ella se acariciaba los pechos, el cuerpo, su cola. Me pidió que le bese la vagina y que juegue con mi lengua. Yo accedí e hice lo que pude, mientras ella me indicaba lo que tenia que hacer, como besar su vagina, como jugar con mi lengua. Que pase mi lengua de una punta a la otra de la vagina, que despacio separe los labios y pase mi lengua por dentro de la vagina. Yo escuchaba sus gemidos y las cosas hermosas que me decía, como ser, – si, mi amor, ¡así hermosa! Así Laurita ¡que lindo! Como juegas con mi vagina, si, mi amor así. Yo estaba totalmente ido.


Luego se recostó boca arriba, abrió sus piernas y me pidió que siguiera jugando con mi lengua en su vagina. Me indico el lugar preciso en donde me tenía que concentrar con mi lengua (su clítoris). Empecé a jugar con mi lengua en su clítoris y me pidió que le introduzca un dedo. Aso lo hice. Siempre me pidió que haga todo con suavidad. Besaba, chupaba, jugaba con su clítoris mientras la masturbaba con mi dedo hasta que note que tuvo su primer orgasmo. Ahí me pidió que me recostara junto a ella y ella empezó a besarme nuevamente, bajo por mi pecho y al llegar a mi bombacha empezó a besarme la bombacha. Mientras me besaba, empezó a desprender los botoncitos del portaligas que agarraban las medias. Una vez que estaban los cuatro desprendidos, empezó a bajarme la bombacha y me la saco completamente y prendió nuevamente los botones del portaligas a las medias. Comenzó a besarme los genitales. Mi pene estaba erecto. Me lo empezó a acariciar suavemente y se lo llevo a la boca. Me empezó a hacer sexo oral y al segundo no solo me estaba chupando el pene sino que también bajaba con su lengua hasta mi cola y jugaba con su lengua en mi ano. Eso me volvió loco. Una vez que logro lubricar bien mi cola con su lengua, siguió chapándome el pene y a jugar con uno de sus dedos en mi ano, hasta que de a poco lo fue introduciendo hasta que logro suave y deliciosamente meterlo todo. Fue así como mientras me chupaba el pene (que a esa edad no era muy grande que digamos) me metía y sacaba suavemente su dedo en mi ano. Así estuvo un rato en donde yo no reconocía quien era, que hacia ni quien estaba conmigo. La locura era tal y el placer era tanto que ya no sabia mi nombre.

Entonces me pidió que me de vuelta y me ponga de rodillas (en cuatro) y fue ahí que siguió un poco más jugando con su lengua en mi ano y masturbándome con su mano. Luego se acomodo detrás de mí y empezó a apoyarme su vagina en mi ano y a hacer movimientos tales que lograba frotar su vagina en mi cola. Fue entonces después de un rato que note que tenía su segundo orgasmo. Nuestros gemidos se confundían. Ambos estábamos gozando. Más ella, creo, ya que yo estaba realmente conmocionado por semejante momento. Una vez que acabo, se recostó boca arriba y me pidió que la penetre. Le dije que no tenia un pene grande como el de un hombre mayor que yo, pero me dijo que no importaba, que ella quería que yo sienta lo que era penetrar a una mujer. Así lo hice, me dispuse arriba de ella, abrió sus piernas y guio con su mano mi pene dentro de su vagina. Me pidió que me quede quieto unos segundos y que después empezara a moverme. Como les dije, mi pene no era muy grande pero si, logro entrar un poco más de lo que yo creía que podía entrar. Apenas empecé a moverme, ella cero sus ojos y empezó a gemir de placer. Me decía cosas hermosas. – ¡Si Laura hazme el amor así! Si mi vida, ¡penétrame así! Ami me encantaba todo eso y mientras la penetraba le empecé a besar y a chupar los pechos y pezones, a lo que ella respondía con gemidos de alto placer. Al rato de penetrarla logre o logro ella llegar a su tercer orgasmo. Al finalizar su tercer orgasmo, me recostó nuevamente boca arriba y empezó a chuparme el pene tratando de hacerme llegar al clímax del orgasmo, pero lamentablemente, no se si por los nervios o que, no logre acabar esa noche.

Al ver que no acababa, se recostó al lado mío y empezó a besarme, acariciarme y a preguntarme si me había gustado esa experiencia. Yo no tenía palabras para agradecer y explicar lo que sentía. Nos fuimos juntos al baño, nos bañamos juntos, lo cual también me fascinó. Sentir como ella enjabonaba mi cuerpo, mi cola, mi pene, todo. Yo sentir su cuerpo en mis manos llenas de jabón. Fue espectacular. Nos pusimos nuestros respectivos camisones (sin bombacha esta vez) y luego compartir agradecimientos mutuos por lo hecho esa noche, nos dijimos buenas noches con beso incluido, y nos dormimos juntas en su cama.

A la mañana siguiente me acopando a Ingles y me despidió hasta el próximo viernes.

Esa semana estuve en otro planeta. La llamaba a mi tía para agradecerle lo que había pasado. Ella me decía que esto quedaba entre nosotras y que nadie se tenia que enterar. Que era nuestro secreto y que el próximo viernes me esperaba para repetirlo.

Pasaron varios viernes en donde repetimos nuestros encuentros sexuales, creo que 3 o 4 hasta que lego el mejor viernes de mi vida.

Ese viernes al llegar a su Dpto. me recibió con un hermoso beso, me presto ropa como siempre pero esa noche me hizo poner un vestidito hermoso negro cortito, y debajo un conjunto de lencería negra. Me presto unos tacos altos, me enseño como pudo a caminar con tacos y me hizo otra como los tacos levantaban mi cola. Ella se puso también un vestidito hermoso color crudo y me maquillo con todo. ¡Labios, ojos, mejillas!. Todo. Estaba realmente hermosa y ella también. Parecía que íbamos a una fiesta. Le pregunte a que se debía la ocasión y me dijo que esperara a después de cenar. Preparo una comida bien liviana con postre incluido. Una vez que terminamos de comer, me llevo al living y sobre la mesa ratona había un paquete. Un regalo para mí me dijo. Estaba muy bien presentado. Me dijo que no lo abra hasta que ella no este conmigo. Preparo un par de café y se sentó junto ami. Me dijo que abra el paquete. Cuando lo abrí, mi cara se transformó. Era como a quien le regalaban por primera vez una bicicleta, solo que dentro del paquete había un consolador en forma de pene de tamaño mediano, un consolador de dos puntas y un lubricante. Mi sonrisa era de oreja a oreja. Mi felicidad desbordaba. Me dijo. Esto es para que lo usemos juntas y no te preocupes, que yo se como hacerlo.

Nos confundimos en un beso me tomo de la mano y me llevo a su habitación. Nos sacamos los vestidos, los zapatos y quedamos ambas en ropa interior. Empezamos a besarnos y acariciarnos. Nos recostamos nos besamos y de a poco fuimos sacándonos los corpiños y las bombachas. Quedamos desnudas las dos. Me pidió que me ponga arriba de ella pero al revés. Ósea haciendo un 69. Me pidió que le besara y chupara la vagina y mientras ella hacia lo mismo pero con mi cola y ano. Yo chupaba su vagina que esa noche y como regalo también la tenia toda depilada. Su clítoris estaba bien durito. Yo sentía como su lengua rozaba mi ano y sus dedos jugaban también. Con su saliva lubricaba mi cola y entonces empezó a introducir un dedo que al rato y sin sentir ningún dolor, fueron dos y al rato tres. Ella sabia bien lo que estaba haciendo ya que lo único que yo sentía era placer absoluto. Al rato me dijo que esa noche era para mí y que iba a saber que sentía una mujer al ser penetrada. Me recostó boca arriba, me separo bien las piernas y me pidió que las tenga arriba con mis manos. Veía yo que estaba abierta a recibir algo hermoso en mi cola. Tomo el lubricante, se puso una buena cantidad en su mano, lo unto bien en mi cola mientras me decía cosas muy lindas. Tomo el consolador en forma de pene, lo coloco en mi ano y empezó a jugar con él. Lo movía de a poco para que fuera penetrando mi virgen cola. Veía como mientras ella movía el consolador tratando de penetrarme, se empezaba a tocar con la otra mano y a masturbar. Me preguntaba a cada instante si sentía algún dolor y si era así que le avise. Yo lo único que quería era tener ese pene artificial dentro mío. De a poco fue logrando introducir el consolador dentro de mi cola y yo me excitaba tanto con el sentir eso en mi ano como también de los gemidos de placer de ella mientras se masturbaba. No voy a mentir, pero si sentía un poco, pero muy poco dolor de vez en cuando mientras me penetraba el consolador, pero era más el placer que otra cosa. Y sin darme cuenta, escuche como mi tía me decía que ya tenia todo el consolador metido. Gracias al lubricante ella empezó a meterlo y sacarlo. Siempre despacio y con dulzura. Yo gemía de placer y a ella le encantaba verme y escucharme. Me preguntaba si me gustaba y si quería que siguiera. Yo le pedía por favor que no pare. Hasta que ella que mientras me penetraba con el consolador, se masturbaba, llego a su primer orgasmo. Sin parar siguió penetrándome. Tomo un poco más de lubricante, se lo puso en la mano y con ella empezó a masturbarme. La sensación era muy placentera. Por un lado sentía placer en el ano al sentir ese pene penetrándome y por otro lado sentía placer en mi pene mientras me masturbaba. Sin sacarme el consolador del ano, me hizo dar vuelta y ponerme en cuatro. Siguió sus movimientos de penetración en mi cola y de masturbación en mi pene. Me saco despacio el consolador, me dijo que no me moviera y vi por sobre mis hombros como untaba el consolador de dos puntas para que lo usemos juntas. Primero se lo metió ella, se arrodillo detrás mío y luego me lo metió a mi bien despacio y de a poco hasta tener nuevamente un pene en mi ano. Entonces si creo que fue el momento mas lindo de la noche. Ver a ella haciéndome el amor por atrás mientras ella también era penetrada. Logró ahí su segundo orgasmo. Yo a todo esto no había podido acabar nunca en mi vida, pero no me importaba porque lo que estaba sintiendo era algo que no se puede explicar con palabras.

Cambió su posición y al igual que yo se puso en cuatro, enfrentando nuestras colas. Se metió la punta del consolador y ella sola empezó a moverse y lograr que solo con nuestros cuerpos logremos penetrarnos mutuamente. Ahí escuche su tercer orgasmo. Saco el consolador de ambos, ella se recostó boca arriba, se metió una de las puntas del consolador doble y me pidió que me meta la otra punta en la boca y haga como si estuviera chupando el pene de un hombre. Lo hice sin mediar palabras y metí esa punta, ya limpia, en mi boca y empecé a chuparla como una lo había visto en alguna película. Mi tía me decía. ¡Si mi amor! ¿Como sabes chuparla así? Después de haber chupado y ensalivado el consolador, me pidió ella que me sentara arriba del consolador. Lubrique muy bien mi ano y la punta del consolador, me dispuse sobre mi tía y mientras ella sostenía el consolador que tenia una punta dentro de ella, yo acomode mi ano en la otra punta y empecé de a poco a lograr metérmelo. Por suerte y por la excitación que yo tenia, no pasaron ni diez segundos que ya tenia todo el otro extremo dentro mío. Empecé a subir y bajar y sentir como entraba y salía ese consolador de mi cola. Mi tía con una mano sostenía el consolador y con la otra me acariciaba los pechos y metía sus dedos en mi boca. Logro ahí su cuarto orgasmo. Yo quería sentir lo mismo. 

Entonces mi tía me dijo si quería penetrarla a ella por el ano con mi pene ¡Le dije que Sí!. Se puso en cuatro, lubrico su ano y con su mano apoyo mi pene en su cola. Despacio muy despacio logre penetrarla. Me decía ¡así Laura, cógeme! ¡así! ¡hazme la cola! Luego de un rato de cogerla por el ano, le pedí por favor que me haga acabar. Que quería sentir eso que tanto escuche que era como tocar el cielo con las manos.

Entonces me recostó boca arriba, me penetro con el otro consolador y empezó a masturbarme más rápido que de costumbre. Empecé a sentir cosas que nunca había sentido. Mi tía me decía, ¡así Laura! ¡vente, ten tu primer orgasmo! ¡dale mi vida! ¡vente conmigo! ¡vengámonos juntas! ¡dale mi amor vente! y yo decía – ¡si cógeme más por favor que me vengó! y por suerte y gracias a mi tía, tuve mi primer orgasmo. Esa noche estuvimos casi cuatro horas teniendo sexo. Cuando terminamos y descansamos un rato, nos fuimos a bañar y mi tía me confeso que ella nunca había estado con una mujer pero después de eso lo pensaría seriamente, pero que nunca antes la habían excitado y hecho acabar tanto como yo.

Después de esa noche se repitieron varia, muchas, muchísimas. Casi 3 años. El ultimo año quizás no tan seguido ya que mi tía empezó a salir con quien es hoy su marido.

Pero compartimos muchísimas cosas con mi tía. Hasta hemos llegado a salir juntas en el auto yo vestida con ropa de ella y la gente nos decía piropos A LAS DOS ¡!!!!..

Ya paso mucho tiempo de esto. Me encanto compartirlo con ustedes. Hay muchos detalles y anécdotas más para contar pero creo que esto fue suficiente.

Hoy vivo en Santa Fe capital y de vez en cuando me pongo alguna lencería y juego con mi consolador. Con mi tía nos vemos cada vez que voy a Bs.As. y siempre recordamos nuestra aventura. Con mucho amor.

Después de tanto tiempo y de experiencias malas que tuve estoy buscando alguna mujer que le guste el intercambio de roles y que simplemente quiera jugar conmigo. Sexualmente todo lo que se lo debo a mi tía. 

Anónimo

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