Hola, otra vez yo, Lupita:
Si bien al escribir en este Sitio lo que me está pasando, no he encontrado explicaciones ni justificaciones a lo que estoy haciendo, si me siento mucho más tranquila compartiendo mis secretos incestuosos contigo, amable lector y lectora. La pena y el remordimiento que me ahogaban han empezado a ceder. Y aunque sigo teniendo muchas dudas al respecto, ahora lo único que me entristece es haber perdido a mi amor... a mi Fer. Ya me recuperaré.
No me dejo de sorprender de la fabulosa fuerza sexual de mi hijo, Jaime y de la potencia increíble que un joven de 17 años tiene en su deliciosa y espectacular vergota.
En mi relato anterior, terminé platicándote cómo lo había sorprendido en su habitación con una nena de 11 años, vecina de mi hermana, quien vive a algunas calles de nuestra casa, en la misma colonia y cómo después de platicar con ella y con Jaime, supe que ya estaban de acuerdo junto con mi sobrina, Lucy de 20 años, para hacer de las suyas sin riesgo aparente de ser descubiertos. Él me dijo que esta niña, se llama Karla, le había gustado porque notó desde hace tiempo que tenía una boca inusualmente grande en un rostro muy agraciado y sí, es verdad, fijándome es cierto: ella tiene una boca grande para su edad y una carita muy linda. No tiene labios gruesos, tipo negroide, no. Tiene labios normales, pero su cavidad bucal y lo "largo" de su boca son de tamaño inusual, me explico?
Jaime me dijo que hace como 3 semanas que yo fui con mi hermana, su esposo y sus hijos varones un par de días de compras a Laredo, Tx., él fue con su prima a comer a su casa, solos. Después de comer se pusieron a ver televisión y ella diciendo que estaba acalorada se puso un short en color blanco exageradamente corto y delgado de algodón de los que se estiraban cuando te los ponías, como de tela de camiseta, de esos que tenía guardados desde hacía años, cuando era niña, y que se le notaba que no traía calzón, pues se adivinaba perfectamente la forma de su vagina y por atrás se le trasparentaba y no se veía presencia de ropa interior. Lo mejor del cuerpo de Lucy es sin duda sus piernas, increíblemente tersas y bien formadas. Se las cuida mucho, no tiene una sola cicatriz o defecto, no se depila, en la familia no necesitamos rasurarnos las piernas, nos sale un bellito muy leve que ella incluso aclara con productos y cremas que compra para untarse. Su pecho es algo plano, aunque por su postura siempre erguida y espigada se le ven muy hermosas sus tetitas. Es de mediana estatura, un poco más alta que yo, tal vez 1.63 m. Su complexión es normal, sin llegar a ser una gran belleza de cuerpo, es bonita, de esas chicas de pecho pequeño y de trasero y piernas privilegiadas, sí me entiendes verdad?
Jaime al ver esto también se quejó de calor y Lucy desde luego, le sugirió ponerse un corto de su papá, mi cuñado. Él le contestó que traía boxers, que si no le molestaba podría andar así ( cómo cambian las cosas, antes no quería que lo viera así ). Lucy aceptó de inmediato y aquel quedó en interiores en un minuto. Después de un rato en que ella, en el sofá grande no dejó de moverse, acostarse, sentarse, acostarse boca abajo, abrir y cerrar las piernas, sonó el teléfono, Lucy cruzó la sala hacia el aparato para contestar y se quedó de pie hablando con una de sus amigas, a un metro de donde estaba Jaime sentado en un sillón.
Dice mi hijo que ese era un espectáculo increíble, que su prima con esos shorts y con unas sandalias de medio tacón que se había puesto se veía superior, que ella lo sabía porque al tiempo que hablaba por teléfono, giraba, se paseaba, se paraba en una sola pierna, etc., que él ya estaba muy excitado y la veía descaradamente. Que notó que Lucy ya no ponía atención a la conversación con su amiga sino que observaba atenta cómo Jaime le devoraba con la vista las piernas, la cosita y el trasero, mismos que no dejaba de modelarle.
Jaime se estiró en el asiento del sillón y echando la cintura adelante dejó a su prima ver la inigualable imagen de su animal despierto dentro de sus apretados boxers, Lucy sin dejar el teléfono, abrió bien sus grandes ojos como para convencerse de lo que éstos veían.
Él al notar el asombro de ella, ya no quiso perder tiempo y como ya sabía que a Lucy le gustaba ver penes- ya antes la había sorprendido espiando a su propio papá y al de él- se lo sacó confiado de que ella no había visto nada igual y se lo empezó a jalar descarado ante la pálida cara de su prima, que sin colgar el teléfono lo contemplaba encantada. Jaime se levantó y se sentó en el descansa brazos del sillón zarandeándose el fierro con los calzones hasta las rodillas a medio metro de Lucy. Así se estuvo masturbando unos minutos hasta que atrajo a su prima hacia él y la abrazó por la cintura metiéndole la vergota entre las hermosas piernas, que al estar sentado y ella parada el pene le quedaba a la mitad de sus suavecitos muslos, mismos que ella apretaba y movía uno contra el otro para sentirlo. Después volteó a Lucy de espaldas a él y se puso de pie y desde allá pasó otra vez su inflamado animal entre las piernas de su prima mientras ella seguía al teléfono mirando hacia abajo sorprendida como la vergota de su primito salía bastante por delate de ella. Él le tomó la mano desocupada y la llevó a su verga para que ella la tocara. Debe haber sido todo un espectáculo presenciar aquello: Lucy, con ese pantaloncillo de cuando tenía 12 años, embarrado a sus sinuosas caderas de 20, "montada" como si fuera a caballo, en el descomunal miembro de mi hijo, masturbándole más de la mitad de la verga que se asomaba por entre sus bonitas piernas sin dejar de hablar por teléfono con su amiga.
Mientras mi hijo me contaba esto y yo me imaginaba el cuadro, mi cosita estaba ardiendo, me sentía muy caliente mientras apretaba mis muslos sintiendo la viscosidad de mi juguito que ya me había escurrido en la parte interna más alta de mis piernas.
Por fin Lucy colgó y con sus dos manos masturbaba el fabuloso garrote de su primo por entre sus propias piernas. Debió ser una escena surrealista el ver a esta guapa muchacha, sobar lo que parecía su propio pene, el cual emergía de sus divinas y bien cuidadas piernas. Después de un rato Jaime la volteó hacia él y se besaron y agasajaron un buen rato mientras él desnudaba a su prima completamente. Dice que le estuvo chupando sus pechitos, que se los metía completos en la boca, que los tiene muy firmes y sabrosos, también muy cuidaditos.
Que sentó a Lucy en el sillón y le pasó la vergona por toda la cara, pero que tampoco se la pudo meter en la boca, somos de boca chica en la familia, pero que tiene la lengua más larga que la mía y que le dio muy bien con ella a lo largo de todo el tubo del miembro y que sentía muy rico cuando ella le lamía los huevitos con esa lengua tan larga. Después de un rato él se sentó en el mismo sillón y ella hincada, le estuvo chupeteando la cabezota y lamiendo el fierro un buen rato hasta que se vino en grande en la cara de Lucy, que ella sabía cómo hacerle para comerse la lechita y para limpiarle todo el pene y el abdomen con su juguetona lengua sin dejar ni una gota de semen , pero que no le quiso contestar dónde y con quién aprendió, cuando él le preguntó después que estuvieron platicando cuando terminaron. Yo sólo me hice la desentendida, no le quise comentar que ella también tenía relaciones incestuosas con su papá.
Comentaron que era difícil meterse la cosota de él en la boca, que la tenía demasiado grandota. Que era difícil encontrar a una chava que le cupiera semejante vergota. A lo que Jaime le dijo que él pensaba que sólo a algunas compañeras de su clase les calculaba que sí les cabría y divertidos empezaron a descartar.... hasta que él mencionó a Karla. Lucy le contestó divertida que no jodiera, que sólo era una niña de 11 años, pero él le respondió que si no se había fijado en su boca. Lucy, meditando, respondió que tal vez, pero que no creía. Jaine le dijo también que esa niña era muy fisgoncilla, que siempre andaba viendo a la parejas de novios del barrio cuando fajaban y que varias veces la había sorprendido embebida mirándole a él, el bulto; que incluso en una ocasión se la había enseñado ahí en la casa de Lucy, dejando la puerta del baño entreabierta, sabiendo que ella iría a espiarlo, como lo hizo, pero la niña al ver semejante bestia se echó a correr y se fue a su casa.
En eso estaban, platicando, cuando tocaron a la puerta. Era Karla, su vecinita a quien Lucy le ayudaba con sus tareas de matemáticas por las tardes. Lucy se vistió rápidamente y Jaime se puso el boxer y se tumbó en el sillón haciéndose el dormido. Karla entró y no le extrañó ver a mi hijo acostado en la sala, pero si le sorprendió ver a mi sobrina vestida con ese short tan chiquito. La niña se sentó en la mesa del comedor y abrió su libreta, mientras Lucy parada a su lado, revisaba la tarea que le habían encargado, viendo como Karla veía de reojo a escasos centímetros de su cara, como se le notaba la vagina perfectamente a través de la delgada tela del pantaloncillo. Para esto Jaime ya se había "despertado" y sentado en la sala observaba lo que hacían. Lucy dejó la libreta y le empezó a acariciar los cabellos a Karla mientras se pasaba los dedos por la visible rajita de su cosita, preguntándole si le gustaba, a lo que la nenita contestaba que si como autómata, hipnotizada por la belleza de esa parte del cuerpo de mi sobrina. Por el conjunto que formaban sus impresionantes piernas, sus caderas esbeltas y la lujuriosa vista de su vulva, todo enfundado en un short de suave tela desgastada, el que hasta la misma Karla hubiese batallado para ponerse.
Lucy se recargó semi sentada en la mesa y le dijo a Karla que le tocara las piernas para que viera lo suaves que estaban y la niña le pasó las manitas por sus muslos algo nerviosa, afirmando que era cierto. Mi sobrina no dejaba de acariciarse la vulva descaradamente a los ojos de la nena, hasta que logró que ella solita le empezara a pasar la mano por allí.
Mientras, Jaime, observaba el show desde la sala, a espaldas de Karla, que pensaba que todavía estaba dormido, y de frente a Lucy recargada en la mesa disfrutando de las caricias de la nenita en la preciosa parte media de su cuerpo. Mi hijo con el miembro otra vez a tope, quiso ir al comedor a unirse a la "fiesta", pero su prima lo detuvo con una seña, como si todavía no estuviera segura de avanzar a ese nivel, recordando que él ya había asustado a esta niña la vez que le enseñó su macana en el baño, y le indicó sin palabras que esperara.
Lucy, en un movimiento arriesgado, se desabrochó el pantaloncillo y lo deslizó por las lindas curvas de sus caderas, ante la mirada atenta de Karla que no tenía ojos para otra cosa.
Ni siquiera se había dado cuenta de que Jaime se masajeaba sus 24 cms de miembro tumbado en el sillón y que era esa vista la que a Lucy la tenía tan caliente como para seguir avanzando en esta encuentro lésbico-desigual. Dice mi hijo que, estaba que le explotaba la cosona y que era imposible controlar el flujo de baba que le salía del pene, mismo que se untaba por todo lo largo y ancho del garrote, lo que observaba su prima atentamente. Ella quedó desnuda de la cintura hacia abajo y se sentó en la orilla de la mesa, poniendo sus piernas en la silla vecina y en la de la nena , quedando expuesta a escasos centímetros de la cara de Karla. Sin perder tiempo tomó de la nuca a la nenita y la hundió en su entrepierna, diciéndole cariñosamente cómo debía usar la lengua y sus labios y que eso era secreto entre ellas, a lo que Karla respondía afirmativamente, sin separarse de su "dulce", como que no quería que se lo quitaran.
Jaime notó en la cara de Lucy una mueca de sorpresa al ver como Karla le exploraba la vagina con su boca. Mi hijo llamó la atención de su prima con su mano para preguntarle qué pasaba, aquella lo miró y con cara de sorpresa con señas le hizo entender que la niña tenía la lengua muy larga; Jaime ya no aguantó estar al margen de aquello y guardándose como pudo la cosota en los cortos, se fue al comedor. Al llegar a un lado de ellas, Karla se separó sorprendida de la ingle de mi sobrina y miró algo desconcertada al muchacho, él pudo ver cómo la niña tenía toda su carita empapada y brillosa por las secreciones de su prima. Entre los dos la calmaron, hablándole cariñosamente, y mi hijo la tomó de la nuca y la invitó a seguir disfrutando de la, si es herencia, deliciosa rajadita de mi sobrina. Ella se metió de nuevo entre las piernas de Lucy y continuó saboreando aquello. Jaime miraba encantado el momento y Lucy le dijo a la nena que sólo usara la lengua, alejándola por la frente de su vagina.
Mi hijo no pudo menos que sorprenderse al ver la longitud de la lengua de Karla. Dice que era increíblemente larga y esbelta, que su prima entre más la separaba adrede de ella, a la nenita más le salía la lengua de su boquita, recorriendo como un látigo preciso los pliegues del chochito de Lucy. Que eran fácil 10 cms de carnita coloradita que se movía con fruición a todo lo largo y ancho de la cosita de mi sobrina. Después de unos minutos, Lucy tuvo un excitante orgasmo, metiendo a la nena lo más que pudo entre sus piernas y desde luego a su lengua lo más que pudo en la profundidad de su útero.
Al separar a la niña de la entrepierna de su prima, Jaime no pudo resistir la tentación de probar la lengua de Karla y se hincó ante ella sentada todavía en la silla, pidiéndole un beso y ella callada sólo puso cara de "no sé cómo". Él con paciencia la fue enseñando y me dijo que es una delicia besar a esa pequeña, que se siente muy rico como su lengua recorre toda su boca hasta tocarle la campanilla, que es increíblemente flexible y puede hacer movimientos de meter y sacar e incluso enrollarla mientras la tiene dentro de su boca, convirtiendo sus besos en una delicia.
Ya con la confianza de la pequeña, entregada ésta a los juegos lujuriosos de los adolescentes, sólo quedaba intentar lo imposible... invadir una boca por primera vez con el portentoso miembro de Jaime. Sería posible que un glande de 6.5 cms de ancho cupiera en la boca de una niña de 11 años, sin desfigurarle la carita dislocándole el maxilar?
Dice mi hijo que después de la sesión de besos se puso de pié y se quedo parado ante Karla con el monstruo saliéndose por una de las perneras del boxer, que Lucy ya repuesta, se lo agarró y se lo acercó a la nena diciéndole que mirara que cosa tan bonita, que si le gustaba, a lo que la niña contestó – lo tiene muy grandote- Lucy le dijo que no le temiera que no hacía nada mientras le sacaba todo el calzón a su primo. Él se recargó en la mesa como lo había hecho su prima al principio con la nena y expuso lo más que pudo su cosota ante los ojos de la niña quien lo miraba atenta. Lucy lo masajeaba muy lentamente sin dejar de hablarle a la pequeña de lo rica que se sentía y de lo grandota que estaba hasta lograr que ella la cogiera con ambas manos y sintiera, tal vez, por primera vez un miembro masculino en sus manitas, y vaya miembro!!!
Así estuvo jalándole la vergota a mi hijo hasta que de la cabezona salió la baba viscosa que en cantidad le sale cuando está muy caliente, ahí aprovechó Lucy para arrebatársela y pegarse a la punta del cañón y del agujero beber con decisión el jugo aquel que mi niño aporta seguido a la boca de su cariñosa Madre, o séase: YO.
Haciendo frases como: "Uyy, qué rico, Qué sabroso!!" Karla observaba encantada como Lucy saboreaba aquello que salía del animal que ella había tenido en sus manitas momentos antes. Lucy dejó el glande de mi niño y ofreciéndoselo a la pequeña se lo acercó a la boca y sin decirle nada sólo mi sobrina abriendo su propia boca en silencio como telepatiándole lo que debía hacer, Karla se acercó y poco a poco se fue introduciendo la hombría de mi hijo.
Dice Jaime que de la impresión de ver cómo la cabezona se perdía entre los labios de la mocosa y sus dientes inexpertos punzándole , perdió un poco de erección, pero que mi sobrina le dijo a Karla que los dientes no se usaban y mejoró, y al sentir la lengua de la nena masajeándole el glande y la mano de su prima masturbándolo se le puso durísima y se la siguió metiendo. Cuando sintió que había invadido ya toda la boca de la nena empezó a meter y sacar y que fue algo exquisito sentir como una boca por fin le daba una mamada completa, por lo menos a su cabezona y parte del tronco, ya que metersela toda era imposible. Se acordó como a la nenita se le formaba una generosa espuma en los labios, tal vez por la saliva de la niña combinada con la miel que le sale a Jaime del pene y la fricción.
Dice que se fueron al cuarto de su prima y allá se desnudaron, que él les comió su cosita a las dos y ellas se la estuvieron mamando y jalando toda la tarde, que le dio una buena cabeceada a su prima, pero que ella nunca se dejó que se la metiera, que le tiene mucho miedo a su garrote. Lo más seguro es que mi cuñado ya haya desvirgado a su hija, Lucy, y esto me convence de que si aquel esta "bien armado, el huey" como me dijo Fer, nada que ver con mi niño, este sí, DEVERAS, está bárbaro!
Al final de la platica con mi nene, yo estaba que chorreaba y le dije que si su mensa prima no quería que ella se lo perdía, pero que aquí estaba su madre, nomás que tuviera cuidadito, por favor, y me diera quedito... Y así fue, quedito, quedito, me la metió durante lo que quedó de la noche, ya que la platica se había extendido hasta la madrugada, incluso me quedé dormida boca abajo y él me siguió poseyendo desde atrás, metiéndomela despacito, tratando de no despertarme. Yo despertaba cuando lo oía bufar como toro, descargándome toda su leche y pensaba que ya se iba a dormir y nada... iba al baño por una toalla húmeda para limpiarme lo mejor que podía, comerme la cosita y mi culito así boca abajo y de nuevo abrírmela toda mientras me la mete despacito, besándome la espalda y el cuello para arrullarme. Así lo hizo 3 veces!! Delicioso, que más podía pedir. Amiga: has dormido encajada en una buena verga, pero buena verga, no fregaderas, como decimos acá, mientras sientes, supongo que por la somnolencia como está sensible tu coñito, resbaloso e inchadito...Uf, qué delicia!
A las 5:30 AM se vino por ultima vez, creí yo... y me voltee boca arriba porque ya me había cansado de estar boca abajo. Regresó del baño y al verme así se tiró sobre mis tetas a comerme delicioso, se fue a mi abdomen y me besó tan rico allí que mi puchita se inundó de nuevo, muy quedito le dije: "todavía no se te para, hijito?, Mami ya durmió y ya quiere, ya no puedes?" No me contestó, se irguió y se montó en mi pecho y ahí estaba, desafiante, obsceno, orgulloso después de hacérmelo 3 veces. Me senté y me recorrí en la cama para recargarme en la cabecera y le dije que prendiera la lucecita de noche para ver su longitud, su grosor, sus venas, su color, su cabezota morada por la excitación. Se la estuve acariciando un rato, me la acomodaba entre mi cuello y mi oreja y le hacía arrumacos, diciéndole perversamente que me volvía loca su tamaño, que la tenía gigantesca, que la tenía muy pesada. Así de lado, se la recorría todita desde la base hasta la cabezona con mi boca abierta llenándosela de saliva, me llenó el pelo y los oídos de su baba preseminal, ya supe cómo se llama, le lamí el glande sorbiendo ese juguito tan delicioso y con carita y voz de niñita le dije: " Ya me la metes, por favor". Y adentro! La vergona de mi hijito... la vergona del hijo del diablo".
Anónimo
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