Hola a todos los lectores de éstas paginas. El contenido de este relato es fuerte sexualmente hablando y de larga lectura, no es aburrido lo prometo, por lo que he cambiado nombres de las personas que tuvieron que ver con lo sucedido.
Soy Martha de 48 años, pero mi edad en ese momento era de 14 años. Era una inexperta y tímida adolescente, allí por el año 1,986. Mi hermana Vivian tenía 16 años y era la mayor. Mi madre se embarazó de un extranjero que visitó el país, venía con el Cuerpo de Paz, que era una misión internacional, nunca conocí a mi padre biológico. De repente mi padre abandonó a mi madre y la dejó con mi hermana de 8 y yo de 6. Algunos años vivimos con mi abuela, ya que mi madre se volvió una cabra loca y tuvo amantes por montones, según he oído hablar a algunos tíos míos.
En 1,985, mi madre se juntó con un hombre que conducía tráiler que iban a varias partes del país. A este hombre le llamaremos Richard. El le alquiló una casa grande a mi madre, tenía dos niveles, arriba estaban las recamaras y abajo la sala, la cocina y un cuarto de servicio. Mi madre nos llevó a vivir con ella y su ahora marido. Richard era el típico chofer de equipo pesado, era tosco, con brazos fuertes, utilizando pantalones jeans apretados que hacían lucir su bulto en el pantalón, bebedor de cerveza y algo machista, sobre todo cuando estaba ebrio. No era feo, no, al contrario, tenía una barba tipo candado en el rostro y tenía su atractivo masculino.
En el caso de nosotras con mi hermana, por la sangre de nuestro padre pues éramos güeritas oscuras, en mi caso ojos oscuros, pero mi hermana tiene ojitos claros, para nuestra pequeña edad éramos más grandes de altura y de talla, que la mayoría de nuestras amigas de la escuela, mi hermanita tenía senos pequeños, con bonitas nalgas y piernas. En mi caso, tenía bubis más grandes que las de mi hermanita, a pesar de ser más delgada que ella, mi traserito era paradito muy bonito.
El primer año viviendo con mi madre y Richard fue bueno, él cuidaba de nosotras tres, no estaba todos los días cuando viajaba lejos, pero siempre regresaba y a veces nos traía dulces o juguetes.
Cierta noche, estaba lloviendo con tempestad, había truenos y relámpagos, a mi me dio miedo, sabía que mi padrastro Richard había salido con sus amigos y no sabía si había regresado, normalmente llegaba hasta tarde, era como la media noche o más tarde, pensé en ir al dormitorio de mi madre para buscar su protección. Mi hermana dormía profundamente, abri la puerta y vi que había luz en la sala de abajo, empecé a bajar las gradas, de pronto oí gemidos alla abajo, me detuve y me agaché, en eso comencé a divisar figuras en la sala, vi el trasero y la espalda de mi madre desnudas, ella gemía y saltaba sobre las piernas de Richard, mientras que él le apretaba con sus enormes manos las grandes nalgas de mi madre y le decía con voz fuerte –vamos putita, que te gusta que te coja, ..ayy que buen coño tienes!-, a mi madre parecía gustarle que la tratara asi, ya que cada vez más gemía como loca, sin dejar de moverse como una muñeca de trapo sobre el pene de Richard.
Nunca había visto algo parecido a mi temprana edad, alguna vez una revista porno, pero no más que eso. Acuerdense que a mediados de los ochenta el Internet estaba en pañales. Me agaché para seguir observando, puse más atención, cuando levantaba las nalgas de mi madre pude observar por primera vez la enorme pija de Richard, no puedo decir tamaño o compararla, porque nunca había visto una, pero era grande. Las dos carnes golpeandose emitían un sonido –plop, plop- y los gemidos de mi madre apenas se escuchaban en la casa por los truenos y relámpagos. Richard también le apretaba los senos y se los metía en la boca o los lamía con su lengua. Yo me sentí rara, me comencé a calentar con lo que miraba, sentí cosquillas en mi cuquita, y mis pezones se empezaron a poner duritos debajo de mi blusón para dormir. Pero no podía apartar la vista de todo eso.
Luego, mi padrastro Richard la bajó de sus piernas, ahora pude ver bien toda su pija parada, si era muy gruesa, luego pusoa mi madre hincada sobre el sofá y luego de darle un par de nalgadas, le metió su pedazo de carne en el coño de mi madre, Richard se movía como endiabladamente metiendo y sacando su cosota dentro de ella. Mi madre gritaba, pero no era de dolor, estaba descontrolada, porque le pedía más y más duro. Yo sentía calor en todo mi cuerpo, mi cuquita la sentía mojadita por primera vez en mi vida.
A pesar que mi padrastro se lo hacía con mucha fuerza mi madre se quejaba de placer. Ahora no puedo recordar las veces que se corrió en esos momentos, pero tuvieron que ser varios.
Ya era suficiente para mi de estar viendo, mi cuquita estaba muy mojadita y mi respiración se empezó a elevar. Pero, en eso oigo que mi madre le dice, -que haces papi, me la quieres hacérmelo por atrás, métela mi rey cógeme por el culo por favor-, en ese entonces las relaciones anales no eran tan comunes como lo es ahora, asi que vi como mi padrastro le cogía el culo a mi madre, se la metió hasta que desapareció su pija entre las nalgas de ella. Para mi eso era una aberración, era sucio, pero me quedé asombrada de que mi madre gemía y gritaba que le gustaba y le pedía más adentro. Eso terminó de mojarme, no estoy segura si llegué a un orgasmo, porque nunca había tenido uno, pero sentí que la sangre iba y venía de mi cabeza.
A gatas me fui subiendo las gradas, antes de entrar a mi habitación oí un estruendoso gemido de mi madre, como si la estuvieran torturando, no cabe duda que llegó a un brutal orgasmo alla abajo. Me metí en las sabanas, casi no pude dormir, se me repetía lo que había visto, el pene de Richard entrando y saliendo del coño abierto de mi madre y luego la culiada que había visto. Mi manita se fue metiendo entre mis piernas y por primera vez me masturbé en mi cama, tocándome toda mi vulvita tierna y el botoncito de mi clitoris. Asi me quedé por fin dormida.
Nunca me hubiera imaginado la desgracia que acaecería en mi casa. Estaba en el colegio absorta en mis clases, cuando de pronto se abre la puerta, es la secretaria del cole y le pide a la maestra que me de permiso para ir a la dirección, cuando llegué allí estaba mi hermana, que habia llegado antes que yo, además estaba mi abuela materna, nadie dijo nada, solo nos fuimos a la casa de mi abuela y luego allí nos comunicó que mi madre había tenido un accidente, el colectivo donde viajaba tuvo un choque con otro auto y al parecer el colectivo se descontroló y cayó en un barranco. Entre lagrimas mi hermana y yo pedíamos que queriamos ver mi madre.
Mi madre estuvo inconciente varios días ya que tenia muchas lesiones internas. Se pensó que podía morir. Mi madre tardó más de 40 días en ese hospital nacional, solamente porque mi padrastro tenía seguro pudimos soportar los gastos médicos adicionales.
Pero aquí viene la parte sexual fuerte del relato. Mi padrastro empezó a quedarse más en casa y menos salidas por estar con nosotras. Cierta noche me despertó el ruido de la puerta de la habitación al cerrarse, sería como la media noche, vi la cama de Vivian y estaba vacía, ella era la que había salido, al principio no me importó, talvez iría al baño de abajo o a la cocina por un vaso de agua. Seguí dormida, no sentí cuando ella regresó. No le di mucha importancia.
Pero la situación se volvió a repetir, lo hizo el lunes, luego el miércoles, cuando lo repitió el viernes, la oí quejarse de dolor en su cama, le pregunté que le pasaba, ella me dijo que se dolía su pancita. Le pregunté si quería que le trajera algo, me dijo que en la cocina, en la gaveta de arriba había aspirinas, que le trajera dos con un vaso de agua. Se las dí y eso parece que le fue quitando el dolor. Pero al siguiente día, como siempre nos levantamos para bañarnos, yo fui la segunda en meterme a la ducha, me di cuenta que el calzoncito que estaba tirado en el suelo, que era de Vivian tenía sangre, inocentemente, pensé que ella tenía su periodo o bien que se había cortado posiblemente con la rasuradota, ya que ella se depilaba piernas, las axilas y aveces su cuquita. No le pregunté nada, pero hasta ahora sé que fue esa noche había perdido su virginidad.
Las salidas de Vivian continuarón a la siguiente semana, la curiosidad llegó al máximo y estuve atenta a la siguiente noche. Ella como siempre se levantó tratándo de no hacer ruido por mi. A los quince minutos, que di de tiempo para ver si volvía, me levanté sigilosamente, no prendí luces ni nada, abri con cuidado la puerta de mi habitación y oí voces abajo, me acerqué a la varanda de las gradas, asomé la cabeza y lo que vi aún está grabado en mi reserva de memoria y lo estará por siempre.
Vivian en las piernas de mi padrastro, quien le hablaba con susurros, que yo no podía oir, pero a la vez le tocaba sus piernitas con sus manos, luego le tocaba sus tetitas sobre su camizón flojo de dormir, luego vi a Richard, mi padrastro besarle los labios, y lejos de oponerse mi hermana Vivian respondía a los besos. El metió su mano dentro de las piernas de Vivian, ella las abrió, pero algo lo molestó, le dijo que por que aún tenía su calzoncito puesto, mi hermana se bajó de sus piernas y frente a él, se quitó el calzoncito, -oye, ahora también quitate el camisón!- le ordenó, ella también se lo quitó, quedando en cueros ante los avidos ojos de mi padrastro, luego se fue a sentar sobre sus piernas.
Mi padrastro la volvía a besar en boca, luego en los brazos, en los hombros, al parecer eso le daba cosquillas a Vivian. Las manos de Richard hurgaban todo el cuerpo de ella, y Vivian no se oponía, él le tocaban sus pequeños senos turgentes, la espalda y sobre todo su cuquita, con la que jugaba con sus toscos dedos. Mi hermana, lejos de ponerse incomoda o quitarlo, se reía y le decía coasa que daban a entender que se sentía bien. Yo no podía creerlo!. Mi hermana dejándose tocar por el marido a mi madre. Y yo era testigo de todo.
A pesar que sentía asco, no podía despegar los ojos de todo, me quedé un rato más. Richar comenzó a jugar con los senos de mi hermana, los chupaba dulcemente y apretaba con delicadeza sus pezoncitos. Mi heramana cerraba los ojos y ponía una cara de excitación. Yo nuevamente me metí la mano dentro de mi braguita y puse dos dedos sobre los labios de mi cuquita que se empezaba a calentar sin remedio.
Luego, mi padrastro la puso en cuatro sobre lo largo del sofa, el se puso atrás y comenzó a darle besitos a las nalguitas de Vivian, poco a poco los besos se fueron tornando en pequeñas mordiditas, que hacián quejarse de gusto a mi hermana. Luego Richard abrió con sus manos las nalgas de mi hermana y los besos se convirtieron en chupones fuertes y su boca se fue internando entre las dos pequeñas colinas de carne buscando su ojete de culito, de donde yo estaba no podía verle la cuquita y la colita a mi hermana, pero yo sabía que ella se la depilaba todita. Al rato mi hermana gemía como si estuviera doliendose de algo, pero su quejido era diferente. En mi caso mis deditos jugaban con toda mi cuquita y sentí que un liquido viscoso bajaba por mi vagina. Fueron liquidos de lubricación que toda hembrita caliente segrega.
Al rato, los chupones de Richard se intensificaron, él abría las nalgas de Vivian como si quisiera separarlas a cada lado, para los dedos de su manos jugaban con su cuquita, mientra el lamía su culito. Era muy caliente todo esto. Yo me seguía mojando de abajo, mis dedos estaban mojados de mi juguitos.
En eso, vi que mi padrastro se puso de pie, pensé que subiría las gradas y me puse tensa de preocupación, pero no, se puso frente a Vivian se bajó el pantalón corto que usaba para dormir y sacó su pija que estaba empalmada, se la puso cerca de la boca de Vivian, -ojala que Vivian no la acepte- pensé, pero nunca me hubiera imaginado lo que ella haría. Se sentó en el sillón y la tomó con sus dos manitas, lo hizo delicadamente como uno levanta un cachorrito, y luego abrió su boca para recibirla, la mamó como si estuviera comiendo un chocobanano o una paleta. Mi padrastro era ahora quien cerraba los ojos y le decía cosas -que rico mamita lo haces bien, uyy ya eres toda una experta, umm ummm rico!-.
Como un pedazo de carne, por donde los hombres orinan podía ser tan delicioso para Vivian? Pensaba yo entre mi inocencia. Lo mejor estaba por venir. Richard la tomó por la cabeza y comenzó a moverse y a mover adentro y afuera su pija en la boca de Vivian, al rato grito algó como -No la vayas a sacar!-, él se movió más fuerte y empezó a quejarse como si tuviera dolor, gritó y se puso tenso, mi hermana movió la boca y garganta como si tragara algo, en ese momento supe que lo que vivian se tomaba era una ración de esperma, que le brindaba Richard.
Después se sentaron y se empezaron a besar en el sillón, los dos se decían palabras dulces. Alli me fui retirando de nuevo a mi camita, a los diez minutos entró Vivian y se metió entre las sabanas de su cama. Yo no pude cerrar los ojos esa noche, yo temblaba de lo que había visto, mi hermana con el esposo de mi mamá desnudos en la sala jugando con sus partes intimas. Mi hermana con el pene de Richard en su boca, chupándolo como si fuera un sorbete. Y peor aún mi cuquita había mojado hasta mi calzoncito.
Pasaron dos días, mi hermanita no salíó, por un momento pensé que ella había recapacitado y ya no se iba a ver con Richard, pero no fue asi. El tercer día, estabamos los tres viendo una peli en la cama de mi padrastro, la peli terminó y le dije a Vivian que nos fueramos a dormir, que teníamos colegio al otro día. Ella me dijo que al rato iría, Richard le dio la razón y me dijo –tu hermanita llegara al rato, solo dejala ver un rato más televisión!-, entonces me fui para mi habitación y los dejé solos.
Me quedé despierta un rato, pero el sueño me venció un rato. Cuando me desperté, posiblemente habia pasado una media hora. Me levanté y me fui descalza sin hacer ruido, la habitación de Richard estaba a dos cuartos de allí. La puerta estaba cerrada, pero era del tipo que usa una llave grande (ahora casi ya no hay de esas), por lo que el agujero de la llave es grande. Me acerqué a la puerta, oi ruidos de adentro, era la voz de Vivian y ella gemía como la vez pasada, -otra vez deben estar jugando!- me dije a mi misma. Puse mi ojo en el agujero de la llave, había luz dentro de la habitación, lo cual ayudaba a ver bien.
Alli estaba Richard desnudo encima del cuerpecito de mi hermana, ella estaba con las piernas abiertas y sus pies casi sobre las nalgas de él. Hasta ahora sé que la posición se llama del misionero. Richard se movía rítmicamente sobre Vivian, quien gemía y gritaba de excitación, sus gemidos me pusieron rapidamente la piel de gallina y mi cuquita se mojó el doble que antes.
Richard se movía lentamente pero le ponía mucha fuerza a cada envión que le daba la cuquita de Vivian, a ella parecia gustarle, se abrazaba de pies y manos al cuerpo de mi padrastro, al tiempo que gemía de gusto cuando la ensartaban. Puse mi mano sobre mi vulvita y mis dedos comenzaron a jugar con mi cuquita mojada.
En eso, Richard la cambio de posición, en lugar de boca arriba la voteó para colocarla boca abajo, le abrió las piernas y se colocó encima del cuerpo de Vivian, en ese momento tuve una inmejorable vista de la pija de Richard pentrando la cuquita de mi hermana, parecía difícil de creer que el tamaño de cosota de él entrara en la pequeña vagina de Vivian, pero asi era, por momentos toda entraba en el cuerpecito de mi hermana y ella casi gritaba de placer diciendo que se la siguiera cogiendo asi. Más tarde me asustó un quejido que dio ella cuando creo que llegó a su climax, Richard aceleró sus movimientos y emtió otro gemido casi igual. Yo que había estado observando todo, me invadió un calor en todo el cuerpo, acompañado de toques electricos en mi cabeza, ahora sé que había tenido un orgasmo.
Apenas pude volver a mi habitación antes de que saliera Vivian, quien como siempre llegó y se metió entre las sabanas.
A partir de ese día, ya no podía ver a Richard como mi padrastro, sino lo comencé a ver como hombre, con ojos de mujer, sus brazos fuertes, sus manos asperas, el paquete que tenía entre sus piernas, mis hormonas se estaban acelerando por todo lo acontecido. En ese fin de semana, Richard nos llevó a una piscina privada, alli pude ver bien el tamaño de su bulto, ya que su traje de baño era apretado y se dibujaba bastante bien, además me percaté que mi hermana Vivian ahora tenía sus senos más grandes y se desenvolvía con más propiedad frente a los muchachos.
Mi padrastro estuvo jugando con nosotras dentro de la piscina y no pude evitar rozarle su paquete varias veces, además el me tocó en más de una ocasión mis nalguitas y mis bubis, antes de salir me dijo –como haz crecido Martita!, eres toda una mujercita y muy bonita!-, yo me sentí halagada, pero mi hermana hizo un gesto no muy amigable.
A partir de ese día de la piscina, mi padrastro se fijó más en mi, sus atenciones crecieron hacia mi, ante los celos de mi hermana. No es falta de modestia, pero mis facciones, mi cuerpo y rostro eran más atractivos que los de mi hermana, mi cabello guerito, mis ojos oscuros, mis bubis más desarrolladas que las de Vivian, mis piernas que eran más llenitas, me hacían una monada y Richard estaba conciente de eso.
La atracción de mi padre hacia mi llegó a su limite, cuando cierta vez que yo me estaba bañando y mi toalla se cayó al suelo de la ducha, se mojó toda, le grité a mi hermana que me llevara otra toalla, oí cuando entró al baño, hizo a un lado la cortina de baño, yo estaba de espalda, pasaron dos o tres segundos y no me daba la toalla, me voltee y mi sorpresa fue que allí atrás de mi, estaba Richard observándome desnuda, -Richard que haces?- le dije cubriendome mis senos y mis cuquita, pero él ya me había visto desnuda. –No te pongas asi, total soy tu padrastro, y te veo con otros ojos-, me contestó. –Es cierto!- dije y me destapé, mostrándole mis encantos a Richard, me voltee y el me puso la toalla. Luego se retiró. Yo me quedé con una sonrisa picara. Esa noche tuve un sueño húmedo con Richard, por lo sucedido en la ducha.
Se preguntaran que pasó con mi madre?. Salió del hospital y su convalescencia la fue a pasar a la casa de la abuela, ya que no había nadie que pudiera atenderla, ya que nosotras dos estudiabamos toda la mañana y Richard salía a trabajar manejando su trailer, por sus fracturas en el fémur necesitaba cierta atención, ella no se podía valer por si misma y no se tenía recursos para contratar a tiempo completo una enfermera. Asi que la visitabamos una o dos veces por semana en casa de la abuela.
Como mencioné la relación con mi padrastro pasó de pasar inadvertida a una lluvia de atenciones y piropos, yo veía que el me miraba mis ponpis y mis bubis cuando le daba la espalda,y cuando podía me toqueteaba. En ese entonces me gustaba tener su atención, el era el hombre de la casa. Mi hermana Vivian aún solía salirse de la habitación con rumbo a la recamara de Richard algunas noches, y yo sabía que hacían el amor.
Hubo un dia que regresó de su viaje de trabajo Richard y comenzó todo entre él y yo. Llegó de madrugada e iba ebrio, entró a nuestra habitación, nunca lo había hecho, yo abri los ojos, pero la oscuridad solo me dejó ver poco en la penumbra y me hice la que dormía. Vivian también se despertó y le dijo –Richard que haces?-, Richard que iba ebrio se subió a la cama y la empezó a besar y tocar, -estate quiteto!- le decía ella, yo viendo todo de reojo, fingiendo que dormía. Vivian prendió una pequeña lampara que teníamos en la mesita que separaba nuestras camas. Vivian correspondió sus besos y se dejó quitar la ropita, incluyendo su calzoncito, Richard le abrió las piernas y comenzó a besarle y lamerle su cuquita, mi hermana se tapaba la boca para no hacer rudio con sus gemidos, luego él se bajó los pantalones y su calzoncillo hasta las rodillas, Vivian abrió más sus piernas para recibir la pija de Richard, no sin antes decir, -silencio, que Martha está dormida!-, él se acomodó sobre ella y la penetró con fuerza, luego comenzó a moverse sobre ella como solía hacerlo, los gemidos de Vivian eran reprimidos, pero cada vez se oían más y más, yo abri los ojos, porque me moría de ganas de ver como follaban, cuando abri los ojos, me di cuenta que mi padrastro me veía fijamente a mi!, él se dio cuenta que estaba despierta, por lo tanto, no había porque cerrar los ojos de nuevo.
Richard bombeaba y bombeaba su pija dentro de la cuquita de Vivian, pero sus ojos estaban clavados en mi, yo también lo veía, me sonreía y yo le sonreía, era algo loco todo. Quité la sabana de mi cuerpo y le mostré mi cuerpo cubierto por el camizón y mi calzoncito, el aceleró su follada viendome el cuerpo, Vivian solo gemía y no estaba viendo todo lo que sucedía a su alrededor.
Metí mi mano debajo de mi camisón y entre mi calzoncito y comencé a tocarme los labios de mi cuquita, lo hacía frente a mi padrastro, quería que me viera y lo estaba logrando, él no quitaba la vista de lo que yo hacía, me masturbaba. Nuestros ojos se miraban fijamente, parecía que el follaba a mi hermana imaginando que era yo. El verme masturbarme lo enloqueció y empezó a follar duramente a mi hermana que ya había llegado a su orgasmo. En eso lo vi quejarse y empezar a convulsionar sobre ella. Era obvio que estaba viniendose adentro de su cuquita.
Cuando terminó yo me tapé de nuevo y cerré los ojos. El apagó la luz de la mesita de noche y se fue de la habitación. Fue muy excitante lo sucedido, mi cuquita estaba mojadisima y llegué a un orgasmo con mis dedos más tarde.
Al día siguiente, lo sucedido anoche me tenía muy cachonda, las miradas con mi padrastro eran con mucho morbo y parecían flechas. Esa siguiente noche como solía suceder ocasionalmente, mirabamos televisión los tres en la habitación de Richard. Cuando iba a terminar la peli, me hice la dormida, apagaron la televisión y Vivian me quiso despertar, pero lo impidió Richard -déjala!, está bien dormida, que duerma aquí un rato-. Así que Vivian se marchó no muy convencida y yo me quedé en la cama con mi padrastro. Yo estaba nerviosa. Oí a que él se levantó para cerrar la puerta con llave.
Luego regresó a donde yo estaba, se sentó a mi lado, comenzó a acariciar mis pies, los besó, luego subió a mis pantorrillas y sentí su lengua deslizarse por mi piel. Sus manos acariciaban con mucha morbosidad y deseo. Yo abrí los ojos y lo vi. El me sonrió, como si hubiera sabido que yo fingía dormir. –Te gusta?- preguntándome acerca de sus caricias a mis piernas. Yo moví la cabeza positivamente, sabía que esa noche me iba a estrenar como amante de mi padrastro y que me desfloraría mi cuquita.
Sus hábiles manos tocaban todo, subieron a mis muslos y abriendo mis piernas un poco me acarició mi cuquita sobre mi calzoncito delgado, luego me besó los muslos, los lamió con su lengua, una sensación única, diferente recorrió mi cuerpo. Sus dedos ejercían fricción sobre mi cuquita aún cubierta por la delgada tela de mi calzoncito, lo cual ocasionaba que se me fuera mojando poco a poco.
Richard me quitó la ropa interior y su juego con sus dedos se intensificó en los labios de mi cuquita. Su lengua ahora comenzó a jugar con mi sexo, yo sentía cosquillitas, pero eran diferentes, me hacían gemir y vibrar allí con las piernas abiertas. No sabía donde me tocaba su lengua, pero lo sentía muy rico, luego sus labios me chupaban haciéndome perder casi el conocimiento, me estremecí entre las sabanas. Llegué a un orgasmo, lo sentí como si me estuviera orinando, pero no era eso, era mucho más fuerte que cuando me tocaba en la cama. Estaba fatigada y mi respiración acelerada. Entonces Richard se quitó su pantalón de dormir y me dijo que si alguna vez había chupado un pene, yo le dije que nunca lo había hecho. Richard me fue enseñando como quería que se lo hiciera, así que me metí la cabeza de su pija en mi boca, apenas cabía, la empecé a succionar como si fuera una paleta de helado, Richard cerraba los ojos y decía que lo estaba haciendo bien, eso me emocionó, darle placer a él, así que seguí chupando y lamiendo su dura carne, la besaba, la apretaba, todo por darle placer.
Luego de eso me acostó, me quitó mi camisón y quedé completamente desnuda a su merced. Su pija estaba durisima y apuntaba hacia el techo. Me abrió las piernas, me dio vergüenza abrirle mis piernitas y enseñarle mi cuquita completa y mojada por su saliva. Después él me dijo que me dolería al principio, pero conforme pasaran los minutos me iba a gustar lo que él me iba a dar. Vista de cerca, su pija era mas gruesa que el agujerito de mi cuquita, pero la tomó con la mano y la frotó contra mi vulvita, yo estaba muy nerviosa, la piel de su pija era suave, mi cuquita se abrió como flor ante la sobada que me daba Richard con su carne.
De pronto él la coloca en la entradita de mi cuquita, y con un poco de vaivén la empuja hacia adentro, yo siento que la lubricación ayuda a que la cabeza de su pija me penetre un poco, yo grito porque parece como si me cortaran un pellejito allí adentro, grité que no a Richard, que me duele, él se hace oidos sordos y sigue empujando su pija dentro de mi, para eso me tiene tomada las piernas, para impedir que las cierre. De repente, el da un empujón seco y mete la mitad de su pija en mi cuquita. Siento dolor y ardor, le pido que ya no siga, pero sigue empecinado en meterla toda en mi cuerpo. Por fin, la mete casi toda, yo me muerdo los labios para no seguir gritando. El se detiene un rato, se agacha para besarme mis senos, los mama uno por uno, cuando se agacha, sigue metiendo su pija y comienza a moverse dentro de mi. Yo estoy sudando, no se si por el calor o por los nervios.
Ahora empieza un lento mete-saca dentro de mi cuquita, -ya, ya, vas a ver que la empiezas a gozar!- me dice mientras chupa mis pezoncitos.
Richard tiene razón mientras me coge lentamente, la sensación de dolor pasa a segundo plano, ahora siento excitación, su pene moviéndose en mi cavernita, me empieza a provocar delirio y placer. Busca mi boca y yo lo recibo con un húmedo beso de lengüita, que bien besa mi padrastro, y su pija ahora me está volviendo loca. En pocos minutos me empiezo a estremecer, siento que me ahogo y empiezo a gemir de pasión, he tenido otro orgasmo, que sensación tan rica siento, y me lo está causando su pija dentro de mi.
Al rato, me la saca solo para cambiarme de posición ahora quiere que me ponga en cuatro como perrito, veo que el se va al baño a lavarse la pija, yo me quedo sin moverme en la posición que me dejó. Ahora sé que fue quitarse la sangre de su pene, sangre de mi himen desgarrado. Regresa pronto y se pone atrás de mi y tomándome de las caderas me la mete lentamente de nuevo, ahora puedo sentir todo el recorrido de su pija en mi vagina, otra vez empiezo a gozarla. El también la está gozando, pues oigo su respiración acelerada, como cuando lo he visto con Vivian. En esa posición en cuatro patas, puedo sentir la inmensidad de su pija entrando y saliendo de mi cuquita. A los pocos minutos estoy de nuevo corriéndome. A los pocos minutos de eso, Richard saca su pija y me lanza su semen sobre mi espalda y otra parte en mis nalgas.
Luego de cogerme, me dice que me vista y me que regrese a mi habitación, no vaya a ser que Vivian sospeche algo, me dice. Antes de llegar a mi habitación me voy a asear al baño de abajo, me lavo mi cuquita y el agua aparece con algunos destellos rojos, es mi sangre, sangre de mi cuquita desflorada. Ese día me he convertido en mujer.
Eso solo fue el inicio, entre mi ignorancia y falta de experiencia, como buena chica de pueblo, llego a creer que Richard me ama y hacer el amor con él es lo mejor que ha pasado. Soy una estúpida por eso, lo sé. El me utilizó para saciar sus instintos sexuales de varón. Cuando Richard está en casa, hacemos el amor en cualquier lado de la casa, hasta cuando tomó una ducha, el se mete conmigo, me levanta y me hace el amor prendida de su cuerpo, el casi ya no se fija en Vivian.
En alguna ocasión Vivian le ha llegado a reclamar porque ya no se fija en ella. Para evitar eso, el ya no quiere cogerme en casa, Richard me comienza a llevar a moteles baratos, un cuarto pequeño y una cama a veces sucia. Pero yo lo siento como si fuera el cielo y las nubes, Richard me enseña como complacerlo en la cama, me enseña como darle placer a su pija con mi boca, le gusta que yo me trague su semen, cosa que al principio me daba asco, más adelante me penetró por atrás, le encanta meterme los dedos mientras me chupa mi cuquita. Siempre dice que soy más bonita que Vivian para halagarme. Debo confesar que al principio el me da pastillas, me dice que para no quedar embarazada. Las pastillas me dan nausea y dolor de cabeza, entonces me lleva al hospital con un su amigo y me ponen una inyección para no salir preñada por varios meses.
Al mes de haber iniciado todo aquello con Richard, de ser ahora su pequeña amante. Vivian molesta, se va a vivir con mi madre a la casa de la abuela. No sin antes, escuché que Richard la amenazaba de no contar nada de lo que sucede en esta casa. Allí me pareció que lo que hacíamos no era tan bueno como yo pensaba. Sin embargo, seguí entregándome a Richard cuando él estaba en casa, me dijo que ya no tenía que dormir en mi habitación, sino que debía hacerlo con él en la misma cama.
En lo personal, a mi me gustaba hacer el amor con Richard, me llevaba al cielo cada vez que tenía un orgasmo. Mi cuquita no podía estar sin su pija moviéndose por dentro. Me volví casi adicta a él. Igual me podía coger a la hora y el momento que el me lo pidiera, yo lo complacía en todo. Asi que una noche, estando un poco pasado de tragos, me dijo que me haría algo nuevo, luego de chuparme mi cuquita y mi culito, me puso en cuatro, me untó cremita en mi culito y lo hizo también en su pija, me abrió mi culito con su pija, apenas cabía su cosota en mi culito, me dijo que no me pusiera tensa, que eso haría que me doliera más, entonces traté de no hacerlo, él siguió empujando y fue alli que me desfloró mi ojete del culito. No de gustó nada, pero yo quería complacerlo en todo, el era mi amor en ese momento, además él estaba loco de emoción por adueñarse de mi hoyito chiquito, asi que por satisfacerlo a él, le di mi hoyito con frecuencia. Confieso que al cabo de unos días de ser penetrada por allí, me empezó a dar placer también.
Íbamos a visitar siempre a mi madre sin problema. Al parecer Vivian no había dicho nada, y lo hizo por que también ella tenía parte de la culpa y había sido amante de mi padrastro, ahora lo era yo. Yo llegué a estar enamorada de Richard, al menos eso pensaba. Yo lo atendía como si fuera su esposa, le cocinaba la cena, le lavaba la ropa que el necesitaba, etc.
Pero cierta noche, que por cierto agradezco que haya sucedido. El llegó con una pareja, una tipa de gran busto, toda pintada de ojos y labios, con un vestido corto, algo vulgar, con un señor que al principio creí que era su marido, algo tosco igual que Richard, alguna vez lo había visto con mi padrastro. Se embriagaron en la casa, yo les servía de comer. De pronto, Richard jaló a la mujer y la sentó en sus piernas y entre risas, él la empezó a besar, frente a mi!, luego le bajó el escote un poco y los labios de Richard comenzaron a mamarle las tetas, ante la risa y quejidos de la mujer. Yo me enojé, y me puse de pie, le grité –Richard, que estas haciendo?-, el no puso atención siguió succionando los pezones de ella.
-Ven aquí!- me dijo el otro amigo, de nombre Rudy, jalándome del brazo y obligándome a sentarme en sus piernas. Luego intentó besarme, yo no lo permití, sus manos ya estaban debajo de mi falda y me tocaban las piernas.
-Richard!, Richard!- le grité, él al oírme gritar se puso de pie se acercó a mi y chazzz!! Recibí una bofetada de Richard, -por qué ofendes a mi amigo!!-, me gritó, -Rudy, es mi amigo y si el te quiere tocar, te dejas, oíste!-, yo empecé a llorar después de oír eso.
Richard regresó a los brazos de la otra mujer, quien ya tenía las dos tetas por fuera y se las ofrecía a el. En mi caso, el amigo de mi padrastro me volvió a sentar en sus piernas y aún viendo que yo lloraba y le imploraba que me dejara, me siguió tocando en todos lados, su mano se metió ahora con más confianza dentro de mi calzoncito y sus dedos se metieron dentro de mi cuquita, me masturbaba con ellos, yo le arañe la mano, pero él no dejaba de meterme su dedo. Lo quise morder y chazz!!, Rudy me lanzó otra bofetada y me dio en la boca, me hizo sangrar el labio. Casi me noqueo su golpe, luego tardé en volver en si, me había bajado la blusa y tocaba mis senos con sus labios, rompió mi calzoncito para poder tocarme toda con sus manos.
Al rato vi que Richard subía a su habitación con la mujer. Yo me quedé con Rudy en la sala. El me acostó en el sillón, me abrió las piernas, me sujetó las piernas y me penetró con su asquerosa pija, me dolió porque no había lubricado nada mi vagina, pero su fuerza hizo que su pija se metiera hasta el fondo de mi cuquita. Estuvo moviéndose encima de mi por varios minutos, yo miraba hacia el techo de la casa, pidiendo que acabara rápido, por fin lo oí vociferar cosas, luego me dio bombeos secos, yo sabía que ya estaba expulsando su semen dentro de mi, hasta que se quedó encima de mi unos segundos, su pija dejó de palpitar dentro de mi cuquita. Luego se retiró a tomar otra cerveza de la refrigeradora.
Yo me compuse mi vestido y mi blusa, excepto mi calzón, que estaba hecho pedazos tirado en el suelo.
Subi corriendo a mi habitación y me encerré adentro. Me metí llorando en la cama, me toqué la cuquita y aún tenia la viscosidad del semen de Rudy, el amigo de mi padrastro. Agarré algunos pañuelos y me la estuve quitando de mi chuchita.
Me quedé llorando hasta que me dormí. Al otro día temprano, yo tenía que ir al colegio, bajé las gradas al baño para ducharme y vi a Rudy, la mujer y Richard, semidesnudos aún durmiendo en la sala, todo olía a sexo y alcohol. Ya no me atreví a ducharme, salí sin desayuno hacia mi colegio. Regresé a la hora del almuerzo, solo estaba mi padrastro, le recriminé lo sucedido y le conté que su amigo me había violado. El casi no me puso atención, aunque me vio llorarle.
Abandoné la casa de mi padrastro, 45 días después de mi hermana. Llegué a la casa de la abuela, pero al igual que Vivian no confesé nada de lo que había sucedido en esa casa del pecado. Mi padrastro ya no se apareció en la casa de mi madre, y nosostras tampoco lo visitamos. Cuando mi madre, estuvo mejor, dos meses después, nos obligó a acompañarla a la casa de Richard, la sorpresa fue que la casa estaba vacía, abandonada, como era alquilada, la dueña que vivia en la misma cuadra, llegó con nosotras y nos comunicó que Richard la había dejado hacía unas tres semanas.
Nunca más volvimos a saber de Richard, hasta que dejamos el hogar. Aún en mi memoria se repite toda esa experiencia, que para Vivian y yo fue nuestra primera experiencia sexual.
Ya no hablamos de eso con mi hermana, quien está casada y con dos hijos.
Anónimo
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