Deseo relatar algo que me sucede actualmente, esto es muy delicado, pero brutalmente erótico, si mi familia sabe de esto me echa a la calle, por lo tanto quiero decirles que todos los nombres y lugares han sido cambiados.
Soy Rita de 17 años, soy alta y delgada, aunque no del tipo anoréxico, sino un delgado bonito, llamativo. Mis piernas son bien formaditas, pechos pequeños pero puntiagudos, mi traserito es pequeño pero con mucha carne.
Todo empezó cuando conocí a Rosita de mi misma edad, ella llegó de una ciudad más grande, la conocí en la prepa, nos hicimos rápidamente amigas. Para hacer la tareas ella me invitaba a su casa, allí conocí a Don Rodolfo, su papa, quien era muy joven y bastante atractivo, yo le pregunté porque era muy joven (tendría unos 30 o 32 años), ella me dijo que realmente era su padrastro, además tenía un hermano de tres años (hijo de su padrastro con su mama). En cuanto a su madre, Rosita me dijo que hacía un año se había ido al norte y solo se comunicaban con ella a través del correo electrónico y ocasionalmente llamaba por teléfono.
En ese momento yo tenía novio, con el cual ya había tenido intimidad. Aunque con poca experiencia, mi novio apenas me había sacado un orgasmo por cada relación y en algunas me había quedado insatisfecha.
El papá de Rosita platicaba mucho conmigo cuando yo los visitaba, veía cierto brillo en sus ojos cuando me hablaba. Además noté que era raro que Rosita me diera saludos de su papa en la prepa, me decía que yo le gustaba mucho a su padrastro. Al principio no miraba eso con malicia, pero si me sonrojaba, poco a poco me fue gustando mucho don Rodolfo, yo hasta le coqueteaba en su casa enfrente de Rosita, quien no decía nada. Últimamente acostumbraba a llevar puras minis a la casa de Rosita, rápidamente veía que su papá me comía, con su mirada, las piernas. Todo esto se volvió un morbo, al grado que cierta vez que mi novio me estaba cogiendo, pensé que era Don Rodolfo quien me penetraba y alcancé el mayor orgasmo de mi vida hasta ese momento.
Así llegó el día anunciado. Llegué a la casa de Rosita por la tarde, la puerta me la abrió don Rodolfo, ese día había llegado con mi traje de educación física, un short corto y una playera blanca. Me dijo que Rosita no tardaría mucho en llegar, que la esperara, por ello me sentó en la sala y me sirvió un refresco, él también se sirvió un refresco. Platicamos un rato mientras se aparecía Rosita. Yo estaba muy nerviosa, creo que él lo notaba, ya que se acercaba mucho a mi para platicar, hasta me puso una mano en mi muslo y con sus dedos me acariciaba. De pronto me dijo palabras bonitas sobre mi, fue cuando me empezó a acariciar el cabello, yo tenía el vaso en mis manos y de pronto empecé a temblar, el me quitó el vaso de las manos, tomo mi quijada tiernamente con su mano, me volteo y me besó. El beso fue lento y tierno.
-Te gustó?-me dijo. Yo lo vi a los ojos y solo asentí con la cabeza. Se volvió a acercar y me volvió a besar ahora con más propiedad y tomándome por los hombros. Nuestras lenguas jugaron un buen rato, ese hombre si sabía dar un beso rico. No se cuanto tiempo estuvimos así, pero tuvo que ser un buen rato.
Así sentados besándonos, su mano se abrió camino entre mis piernas, acariciándolo todo y con dirección a mi panochita. Pronto sentí su mano tocándome mi cuquita sobre mi pantaloneta, luego debajo de la pantaloneta sobre mi braguita, un rato más tarde jugaba con mis escasos pelitos vaginales y mis labios vaginales. Yo estaba hipnotizada, mi novio tardó cuatro meses para poderme meter mano en mi intimidad, en cambio el papa de Rosita tardo unos cuantos minutos. Me calenté mucho, sentí fuego en mi cuquita, que solo podía saciarse con las caricias de don Rodolfo. Sentí como uno de los dedos de él se quería colar entre mis labios vaginales con dirección a mi vagina, intenté detenerle el brazo, pero fue mayor su fuerza, su dedo ingresó en mi coñito, luego lo empezó a meter y a sacar causándome un enorme orgasmo, gemí y chillé un poco. Luego el me recostó en el sofá, con toda la experiencia, me quitó mi pantaloneta con mi braga incluida, dejándome desnuda de la cintura hacia abajo (con calcetas y tenis), me separó las piernas y se sumergió en mi sexo, su lengua parecía tener vida, me exploraba toda mi rajita, que rica sensación estaba experimentando, yo abría más mis piernas para que su boca se metiera toda en mi coñito.
-Don Rodolfo!, Don Rodolfo!!- era todo lo que yo podía decir.
El me comenzó a pajear la cuquita con uno de sus dedos. Luego lo sacaba y se chupaba mis jugos embarrados en él. Eso me volvía más loca de placer. Después metió otro dedo para que fueran dos adentro de mi rajita, esto lo hacía mientras se comía mi clítoris, allí tuve mi segundo orgasmo, me retorcí en el sofá, pero don Rodolfo no me soltaba de su boca y dedos. Luego se subió sobre mi y frente a mi cara se lamió los dos dedos que había tenido en mi coñito, estaban llenos de mis jugos íntimos.
Luego subió mis piernas a sus hombros, con su mano guio su verga hacia mi rajita y de un empujón me penetró, su verga dilató mi vagina y se deslizó hacia adentro ayudada por un vaivén que me daba la cintura de don Rodolfo. Gemí de placer, cerré los ojos para sentir ese rico pedazo de carne, que además de grande me llenaba por primera vez mi cuquita completa. La verga de mi novio era mucho más delgada y menos larga.
Don Rodolfo me embistió como quiso, me hizo llegar a otro orgasmo. Chillé y gemí como nunca lo había hecho, por primera vez me estaba sintiendo mujer bien cogida. Pero el papa de Rosita no quería dejar de cogerme. Se salió de mi interior y se sentó en el sofá y me pidió que yo lo montara de frente a él, de modo que me senté sobre su verga erecta, hasta allí pude ver el grosor y tamaño de su musculo. Por la alta lubricación, su verga se deslizó rápidamente a adentro de mi rajita. Luego el me tomó por las nalgas y me pidió que lo cabalgara, así que que con su ayuda comencé a meterme y sacarme su enorme cosa. Ya con un ritmo definido, me fue quitando mi playera, luego mi sujetador y me comenzó a mamar mis pequeñas tetas, su labios jugaban con mis pezones y los apretaban deliciosamente. Nunca había experimentado nada igual, yo casi gritaba allí dentro de la casa. Estaba por llegar a otro orgasmo. El se dio cuenta de eso y aceleró el ritmo de la follada, al parecer el también estaba por venirse. Después de alcanzar otro orgasmo, me preguntó si yo estaba protegida, le dije que no, entonces él aceleró los movimientos de su pelvis y sacó su verga de mi rajita, la puso entre mis nalgas y emitió un quejido, sentí su leche mojarme las nalgas, así que me puse a frotársela con mi trasero, para sacársela toda, eso lo había hecho con mi novio más de alguna vez.
Nos vestimos y como si hubiera sido un pecado, salí casi corriendo de allí. Una parte de mi estaba apenadísima, pero la otra parte estaba muy satisfecha. No se lo dije a nadie, ni a mis padres, mucho menos a Rosita, no sabia como iba a reaccionar. Me había acostado con su padrastro.
Pasaron como dos semanas, y yo no me animaba a ir a casa de Rosita. Lo hice cuando ella me dijo que su padrastro había salido y tardaría en llegar. Esa vez me contó que su novio la había dejado, ya que lo había encontrado con otra. Rosita se echó a llorar, yo la consolé y ante mi asombro, ella levantó la cara y sus labios tocaron los míos, nos separamos y luego nos reímos, después otra vez nos pusimos serias, nos vimos a los ojos y nos volvimos a besar, ahora lenta y tiernamente. Que me pasaba?, primero había cogido con el papa de mi mejor amiga y ahora estaba experimentando mi primera acción lésbica con ella, y se sentía bien. Poco a poco, llevadas por lo caliente del ambiente, nos fuimos quitando la ropa, hasta quedarnos en cueros, primero fue Rosita quien exploró mi cuerpo, beso toda mi piel y se sumergió en mi rajita, apenas la lamió tuve un rico orgasmo. Luego fue mi turno, la besé desde la frente hasta los pies, luego subí para chupar mi primer sexo de mujer, fue exquisito, Rosita se retorcía en la cama mientras yo me comía su coñito, yo estaba hincadita entre sus piernas con mi trasero empinadito.
De repente, siento unas manos fuertes tocar mis nalgas y mi culo y luego antes de darme vuelta siento un pedazo de carne meterse en mi rajita mojada por la saliva de Rosita. Cuando voltee, era don Rodolfo! quien me empezaba a ensartar con su verga, rápido voltee hacia Rosita, para saber como reaccionaría, pero ella me sonreía.
-No te preocupes!, yo lo se todo y estoy de acuerdo!- me dijo. Yo estaba muy confundida, pero allí me tenían ensartada follandome duro, -Sigue mamando!- me dijo su padrastro. Así que mientras yo me comía el coño de Rosita, don Rodolfo me penetraba profundo. Alcancé un tórrido orgasmo, me mojé como nunca, todo era tan excitante, como sacado de una peli porno. Pero la cosa estaba lejos de terminar de ser singular y extremadamente rara. Al rato cambiamos posiciones y ahora yo estaba boca abajo, aun lado tenía a don Rodolfo, a quien le mamaba su verga y tenía a Rosita entre mis piernas chupando mi sexo. De pronto, don Rodolfo retira su verga de mi boca y ante mi asombro se coloca atrás del trasero empinado de Rosita, y la comienza a follar, Rosita empieza a chillar de placer, y yo estoy atónita, asombrada, no doy crédito a lo que veo!!. Don Rodolfo se ve que la esta gozando, cierra sus ojos cada vez que se la hunde en el coño. Que me pasa?, le pregunté a mi cerebro. Eso se llama incesto y yo estoy follando con ellos. El placer y el éxtasis se apoderaron de mi, Esa noche nos cogieron por igual a Rosita y a mi.
Al otro día en la prepa, Rosita me confesó que desde hace cuatro meses tenía relaciones sexuales con su padrastro; sintieron cierto sentimiento el uno por el otro y no lo pudieron detener, pero que siempre anhelaron una tercera persona en su relación y ellos pensaron en mi, o sea que todo fue premeditado. Me sentí utilizada, pero recordar los orgasmos que tuve a su lado me hervía la sangre. Le dije a Rosita que iba a pensar si me convenía ser parte de un trio con su padrastro. Se puede decir que ellos eran padre e hija.
Actualmente he dejado a mi novio y me he entregado de lleno a ese trio, tenemos unas increíbles sesiones de sexo entre los tres. No se si eso es normal o solo una parte negativa de mi experiencia sexual que pasará pronto, pero la estamos gozando como si fuera otro mundo. Don Rodolfo nos desculó a ambas el mismo dia, tuve que ponerme hielo en mi ano por casi todo un día para que se desinflamara, pero me gustó hacerlo por allí.
No se como parara esto, es decir, se corre peligro que alguien lo sepa, mis padres, el cole, amigos, no se si algún día se aparecerá la mama de Rosita. Por el momento estoy viviendo esta encrucijada.
Anónimo
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