Capitulo 1 Mi cita con el Radiólogo
Siempre me ha gustado el sexo. Desde muy pequeña me masturbaba e incluso llegué a jugar con algunas amiguitas desnudas y nos besábamos y tocábamos nuestras partes íntimas. Cuando podía le sacaba a mi padre las revistas pornográficas que siempre tenía escondidas en su cuarto y que un día sin querer se las descubrí y desde ese día esperaba un descuido de su parte para entrar y deleitarme con las revistas.
Fui creciendo con ese gusto por el sexo y aunque dejé de ser virgen a una edad adulta, siempre que tuve novio me dejaba manosear por ellos, me dejaba hacer el sexo oral y que me masturbaran.
La primera vez que un hombre me tocó de una manera sexual explícita, fue un radiólogo. Yo contaba con algo más de 15 años y me tuve que tomar unas radiografías en la columna, así que tomé mi cita y el día que me tocaba fui acompañada por mi mamá, pero cuando llegó mi turno solo pasé yo y mi mamá se quedó en la sala de espera.
Cuando entré me recibió un hombre bien parecido me saludó con un "hola bonita", me pedió que me desvistiera, y me mandó a recostar sobre una especie de mesa algo extraña pensé en ese momento, pero igual hice lo que me dijo, luego el me pidió que me relajará y me empezó a sacar conversación sobre lo que hacia, si tenía novio y toda la cosa, me preguntó la edad y me dijo que aparentaba más edad de la que tenía y mientras me decía todo esto se me fue acercando y me dijo viéndome a los ojos que era muy guapa y seguidamente me beso, aunque lo hizo con suavidad como tanteando el terreno, al ver que yo no decía nada y no lo rechazaba profundizó el beso y me tocó un pezón el cual ya estaba duro primero por el aire acondicionado y luego al verme desnuda frente a un hombre eso me excitó y por eso no dije nada cuando el tipo me besó.
Al contrario abrí me boca para sentir su lengua, el me preguntó si era virgen y yo le dije que sí, entonces me dijo que no me preocupara que cuando saliera de ahí seguiría siéndolo pero que quería enseñarme unas cositas nuevas para mí y que si estaba de acuerdo con eso, por supuesto le dije que sí,, así que me beso los pechos, me chupo ambos pezones por un rato y metió uno de sus dedos entre mis piernas hasta conseguir mi rajita húmeda, lo hundió y lo tuvo sacando y metiendo un buen rato y sobando mi clítoris con su pulgar, mientras me chupaba los pechos, y yo disfrutando de esa masturbación como loca, hasta que me preguntó si alguna vez me había tocado un chico como el lo hacía y yo le dije que era el primero que lo hacía, que solo había jugado con mis amigas, pero nunca con un chico, me dijo voy a chupártela y lo dejé hacer, me saco el dedo y me arrimó al borde de la mesa, me abrió las piernas y me empezó a darme la primera mamada masculina, estuvo genial, el tipo tenía una lengua algo gruesa y lamía divino me chupó el clítoris, lo sorbió como si fuera una almeja y me penetro con su lengua, sentía que me iba de puro placer hasta que no aguanté y acabé con un orgasmo delicioso y con su lengua lamiendo todos mis jugos.
Cuando me hizo acabar me dio otro beso me levantó, y me preguntó como me sentía le dije que algo débil, pero que muy bien, el sonrió y me dijo que era una buena zorra, le pregunté si no quería que hiciera algo por él y me dice que sí, que yo podría prestarle mi boca para acabar en ella y yo le dije que estaba bien y que me enseñará a mamarle una verga a un hombre, así fue que por primera vez tuve el pene de un hombre en mi boca y la verdad que me encantó sentir ese pedazo de carne dura y venosa en mi boca. Me dijo como hacerlo y con sus manos en mi cabeza dirigió los movimientos y penetraba mi boca como si fuera una vagina hasta que sintió que había agarrado el ritmo, entonces me soltó y dejo que yo lo hiciera sola, empezó a pellizcarme los pezones, estaba como loco y me susurraba cosas como "que rico mamas" "eres mi putita" "te quiero coger como a una perra", esas cosas me excitaron y me empecé a tocar con una de mis manos, hasta que sentí como empezó a salir un liquido viscoso y calientito de su pene y me pedía que lo tragara que no dejará manchas en ningún lado, así que lo hice, lamí toda su leche, me sentía eufórica, y saber que me estaba comportando como una putita no me preocupaba para nada, más bien me encantaba. Por último me levantó y me limpió con mi sujetador las pocas gotas que se escaparon de mi boca, me lamió los pechos y me acaricio entre las piernas para hacerme acabar de nuevo y me dijo que estaba bien, se acomodó su pene ya flácido entre su pantalón, me tomó las placas, me ayudó a vestir y me dijo que esperaba poder tomarme otra radiografía algún día. Lástima que nunca más se me presentó la oportunidad.
Capitulo 2 Mi Primo y yo
A los 15 ya había tenido mi primera experiencia sexual con chicas y un hombre y definitivamente me gustaban más los hombres así que empecé a relacionarme más con éstos de manera de poder tener más oportunidades de repetir lo que había hecho con el radiólogo, incluso llegar más allá del sexo oral y sentir una penetración que por demás está decir que me cargaba al borde de la obsesión. Empecé a tener buenos líos pero ningún chico me satisfacía como para llegar más lejos de los besos y toqueteos acostumbrados. Así que llegué a las 18 años sin haberme deshecho de mi molesta virginidad. A esa edad me antojé de estudiar en otra ciudad, no muy lejos de donde yo vivía, pero al fin y al cabo otra ciudad, quería irme a otro sitio y conocer a otras personas y tener nuevas experiencias.
Mis padres no estuvieron muy de acuerdo, pero decidieron dejarme ir con la condición de que viviera con una de mis tías y acepté. La verdad a la final fue toda una experiencia. Mi tía tiene 5 hijos de los cuales 2 son varones uno menor que yo 4 años y otro de mi edad, este estaba estudiando en otra ciudad cuando yo llegué a vivir con ellos. Por vivir en ciudades distintas no teníamos mucho contacto y pensé que a lo mejor no les caería muy en gracias a mis primos la nueva integrante de la casa, pero todos me recibieron muy bien, en especial mi primo "Antonio".
"Antonio" estaba muy desarrollado para su edad que en ese entonces era 14 años, ya tenía buena estatura y unos ojos verdes preciosos, enseguida quedé prendada de él, había crecido mucho desde la última vez que nos habíamos vistos y al parecer a también le gustaba los cambios que se habían producido en mi cuerpo. Tenias los pechos más grandes y las caderas más redondas y mi trasero redondo y duro invitaba a ser tocado. Pronto él y yo entramos en confianza, siempre aprovechábamos las oportunidades de quedarnos solos y charlar de cualquier nadería y me daba cuenta que cualquier excusa era buena para tocarme, pero no se decidía a ir más allá. Así que decidí tomar el toro por los cuernos y propiciar un encuentro de manera que me viera con la menor cantidad de ropa posible y se animará a hacer algo más que mirarme con cara de bobo y no tacarme más allá de lo correcto. Ese día llegó más rápido de lo que imaginaba él salió al cine con unos amigos mis tíos habían salido a una reunión de su iglesia y mis primas habían salido cada una con sus respectivos novios. Una de ellas me invitó a que los acompañara, pero no quise, yo sabia que de todos ellos el primero en regresar sería "Antonio", y no quería perder esa oportunidad. Así que decliné la invitación alegando que estaba muy cansada por lo ajetreado del día en la Universidad, todos se marcharon y yo empecé a prepararme para la ocasión, me duché y me puse algo de perfume en sitios estratégicos de mi cuerpo, me vestí con una bata muy ligera y casi transparente y me senté en el salón a ver la tele y a esperar que él llegara. No tardó mucho y como era de suponer a no ver a nadie en las áreas comunes de la casa se acercó al salón a ver quien estaba en casa.
<Hola> me dijo y como siempre me saludó con un beso en la mejilla.
<Hola, pensé que llegarías más tarde> le dije.
<Ya ves que no, donde están los demás?> me preguntó
<Todos salieron y no creo que regresen tan temprano>
<Y tú por qué no saliste de farra hoy?>
<Estoy cansada, estuve muy ocupada en la Universidad, recién llegaba cuando todos estaban por salir, así que preferí quedarme a descansar, pensé que iba a tener la casa para mi sola más tiempo> le dije. Para ese momento la sangre ya me hervía y notaba como sus ojos no se apartaban de mis pechos y ya deseaba que me tocara no quería pensar en que fuera a llegar alguien antes de tiempo e interrumpirnos.
<Te gusto?> le pregunté a boca de jarro. El se quedó sin habla por un momento.
<Por qué lo preguntas?>
<Porque no dejas de ver mis pechos, te gustan los senos grandes?> se puso rojo como un tomate maduro pero me contestó
<Sí, y tú los tienes muy bonitos, disculpa si te ofendo al mirarte, pero tu bata no tapa mucho que digamos>
<No me importa que me mires, a mi me gusta que me mires, porque tú me gustas a mi> le dije.
<Pero si soy menor que tú> me dijo
<Y qué importa eso, tú eres guapo y tienes cuerpo de chico más grande de 14 años y me gustas>
Diciendo esto me levanté del sillón para que el se diera cuenta de que debajo de bata no llevaba nada, no pudo evitar mirarme y pude ver como le brillaban los ojos a medida que acercaba a él. Me recliné sobre él de manera que mis pechos se pudieran apreciar mejor y me le fui acercando más y más a su cara.
<Quiero besarte, me dejas?> le pregunté
<Somos primos, balbuceó> yo no le contesté nada a eso sino que lo tomé y lo besé con hambre, para que se diera cuenta que lo deseaba, así que mientras lo besaba sentí como ponía sus manos en mi cintura y me sentaba sobre su piernas, al instante sentí su erección, eso me dio fuerzas para seguir, así que me separé de su boca y le dije
<Quiero tener sexo contigo, hoy y cada día que pueda mientras viva en esta casa> mientras decía esto me quité la bata y quedé desnuda frente a él. No hablamos más, bajó su cabeza y tomó uno de mis pechos y empezó a lamerlo y mientras que con la otra mano masajeaba el otro seno.
<Que rica tus tetas, desde que llegaste, he soñado con tocártelas y mamarlas como estoy haciendo ahora, esto es mi fantasía hecha realidad> me decía entre chupada y chupada.
<Son tuyas desde ahora, quiero que me las chupes y las toques siempre que quieras, yo nunca te diré que no, pero ahora quiero que hagas algo por mí> le dije
<Lo que quieras>me contestó
<Me levanté y fui al otro sillón y me senté en el borde, abrí mis piernas, de manera que el pudiera ver mi sexo en todo su esplendor.
<Desnúdate y ven gateando hasta mí, quiero que ver tu cabeza entre mis piernas> le dije
<Claro, primita, lo que quieras, por comerme ese coño hago lo que quieras>me contestó.
<Ya veo que estás agarrando confianza> le dije. Y sin más se desnudó. Cuando quedó completamente desnudo, no pude evitar suspirar de deleite, mi querido primo tenia una buena tranca, lo cual quería decir que por fin me iba a deshacer de mi molesta virginidad.
<Te gusta lo que ves?> me preguntó <me encanta, pero ven y haz lo que te pedí> mi coño ya estaba más que anhelante por su lengua y dedos, moría por sentir su boca comiendo mi sexo.
El se agachó se colocó en cuatro patas y se acercó a mí, subió con besos lentos por mis piernas y empezó a jugar, que rico fue sentir su respiración en mi coñito caliente y ansioso. Besó mis labios vaginales, los recorrió con la lengua, pero no tocaba ni mi clítoris ni mi entrada húmeda, jugaba conmigo y me decia:
<Quieres que te coma el coño? ¿quieres que te coja con mi lengua? Dime que quieres que te haga>
<Cómeme el coño, con tus dedos y con tu lengua, hazme acabar en tu boca> le dije y así empezó a comerse mi sexo, con su lengua y sus labios.
<Chúpame el clítoris> le decía mientras yo me agarraba los pechos. Estaba delirante y me hacia gozar con sus mamadas, me di cuenta que a pesar de sus 14 años y su timidez inicial conmigo, ya se había comido más de un coño. Lo hacia riquísimo, me metía su lengua entera y sentía como la movía, a ratos me chupaba el clítoris y mientras lo hacia me metía un dedo.
<Sigue, no te detengas, méteme la lengua, quiero correrme con tu lengua adentro.
<Que cuca más rica, es la cuca más rica que me he comido>me decía, me corrí de lo más rico sintiendo sus labios en coño ardiente tomándose todos los jugos que me había arrancado con sus caricias.
Se levantó y me dijo <vamos al cuarto, no quiero que alguien llegué y nos encuentren en esto>
Así que recogimos nuestras ropas, y nos fuimos a su habitación. Allí nos tendimos en la cama y empecé a besarlo por todo su cuerpo hasta llegar a su verga dura y hermosa ( De hecho es la más hermosa que he tenido el honor de comerme). Su pene estaba duro como una roca, lo lamí en toda su longitud, delineándolo con mi lengua, lamiéndolo hasta que lo metí entero en mi boca.
<Uhmmmm, que pene tan rico tienes, primito> < Me lo voy a comer entero> y acto seguido empecé a mover mi boca de manera que entrara y saliera de ella como si fuera mi vagina.
Sentí como se contraían sus huevos y me preparé para recibir su descalga en mi garganta.
<Quiero acabar en tu boca, primita> < Quiero dejar toda mi leche en tu garganta de putita, uhmmmm.
Y mientras me decía esto, sentía como se descargaba su verga dentro de mi boca y como niña buena me chupaba toda su leche.
Por un momento no hablamos, solo suspirábamos por el goce recibido. De pronto sentí su mano subiendo por mis glúteos y apretándolos suavemente.
<Es la mejor mamada que me han hecho hasta el momento, prima>
<Y te han hecho muchas?
< Algunas, pero me la han hechos mis novias del colegio, nada comparadas contigo>
<Bueno si eres el primer chico a quien le hacen una mamada, por supuesto que no serán igual a las mías, pero no te preocupes que con la practica se aprende pronto>
<Creo que a partir de ahora solo me interesarás tú, prima>
Su mano se mudó a mi entrepierna y empezó a jugar con mi raja, que ya se estaba humedeciendo de nuevo.
<Ahora viene la mejor parte, querido Antonio>
<Si prima, quiero clavarte hasta el alma con mi verga>
Me subí arriba de él y empecé a besarle, jugaba con su lengua mientras sus manos jugaban con mis senos, me separé de su boca y me incliné hacia arriba para meterle mis pechos en su boca.
<Muérdelos, Antonio, cómete mis tetas, son tuyos, ricura> ya me sentía a millón.
<Que rico, uhmmmm, así, primito que buen niño eres, cómete las tetas de tu primita, uhmmmm>
<Bájate prima y ponte en 4 patas que te voy a dar duro> En ningún momento le dije que era la primera vez que me penetrarían, solo quería que lo hiciera.
< Sí, Antonio, cógeme como a una perrita>
Me puse de espalda a él y en 4 patas, se me acercó y con sus dos manos tomó mis caderas y me sujetó con firmeza mientras su miembro jugaba con la entrada de mi coño. Me restregaba su glande por el ano y luego bajaba hasta mi coño, pero sin penetrarme, solo jugando y sosteniéndome fuerte.
<Cógeme primo, no juegues más, mételo todo, de un golpe> Le pedía casi sollozando.
<Suplícame, prima, pídeme que te lo meta>
<Hazlo, Antonio, cógeme rico, anda cariño, quiero correrme con tu verga dentro de mí, por favor, primito, uhmmmm>
Y sin mediar más palabras me lo clavó de un golpe, solo sentí un fuerte tirón y ardor que solo duró un minuto, porque él no se detuvo a preguntar por grité, sino que empezó a bombearme soltando mis cadera y subiendo sus manos hasta mis pechos y agarrándolos fuerte, me cogió fuerte, muy fuerte, perdido en su gocé y yo me dejaba hacer porque también lo estaba gozando. Me gustaba la forma que me lo hacía y las cosas que me decía.
<Dale, Antonio, no te detengas, dame duro, cógeme así, uhmmm, que rico, primito, cógeme toda que soy tuya>
<Sí, ya veo que te gusta que te cojan como a una perrita, prima. Desde hoy serás mi puta, mi putita particular y yo seré tu primito consentido><uhmmm, te voy a llenar de leche prima, te llenaré entera con mi leche>
<Sí, dámela toda, toda, uhmmmm,>
Y así seguimos por una hora más, teniendo sexo como animales hasta que se acercó la hora de que llegaran los demás. Nos bañamos juntos, luego nos vestimos y nos fuimos al salón a esperar al resto de la familia.
Capitulo 3 Mi Profesor de Química
Las cosas entre mi primo y yo marchaban sobre ruedas, ya teníamos cierta rutina para nuestros encuentros sexuales, que dicho sea de paso eran unas sesiones extraordinarias. No lo hacíamos tan seguido como hubiésemos querido, a lo sumo 3 veces a la semana. Pero a pesar de que me gustaba estar con él, empecé a buscar en la Universidad a alguien que me gustara tanto como mi primo para llenar esos días en los que no podía estar con él.
Así, que un día en mi clase de química reparé en el profesor. Él era bastante elegante, de buen porte y su pelo ya pintaban algunas canas. La verdad que al inicio de clases no le había prestado mayor atención de la que se le presta a un profesor de muy buen ver, pero que al fin y al cabo es un profesor. Sin embargo, ese día estaba particularmente atractivo.
Me encapriché con él y, a medida que pasaban los días, empecé a fijarme en el profesor, él tenía pequeñas atenciones conmigo, y eso que yo no era la más guapa del salón, más bien soy bastante normalita. En fin, el profesor se hizo buen amigo de todos los de mi grupo y así resultó invitado a la celebración del cumpleaños de mi Amiga Romina.
Esta fiesta fue por todo lo alto, y había que ir de gala. Por supuesto fueron todos los de mi grupo con ganas de pasarlo genial, en especial yo, sobre todo después de haber visto llegar a mi profesor. El siempre fue muy correcto, se acercó a nuestra mesa y nos presentó a su esposa, una señora bastante atractiva para ser sincera, y a sus hijos, que por cierto no estaban nada mal, estuvo charlando con nosotros un rato más y se despidió diciéndonos que bailaría una pieza con cada una de sus hermosas alumnas en cuanto su esposa se lo permitiera, todos le reímos el comentario y ellos se retiraron a su mesa. La fiesta estaba muy bien y nosotros estábamos pasándola bomba. De vez en cuando echaba un ojo hacia donde el profesor estaba y lo veía pendiente de lo que acontecía en nuestra mesa, aunque bailó una que otra pieza con su esposa, no sé acercó a invitarnos a bailar como había dicho cuando llegó.
Él estaba vestido muy elegante y yo no me quedaba atrás, tenía puesto un vestido negro de caída muy suave y tirantes muy finos, estaba hecha toda una tentación.
Yo estaba en grupo hablando cerca de la pista, cuando sentí que alguien me tocaba el hombro, cuando me giré para ver quien era vi que era mi querido profesor de química, me tomó la mano y sin decir nada me llevó a la pista. Una vez en la pista él me abrazó y soltó un suspiro muy profundo y me dijo:
No sabes lo ansioso que estaba de que llegará este momento.
¿Por qué? – Le pregunté yo.
Si te lo digo te puedes molestar conmigo.
Por supuesto que no, profesor, dígamelo, yo quiero saber.
Quería que llegara este día para poder invitarte a bailar y así poder hacer lo que estoy haciendo, es decir, abrazarte y poder oler tu aroma.
¡Vaya!, parece que yo le gusto mucho, profesor. Lo que no entiendo es el por qué.
No veo porque no me puedes gustar. Eres joven, llena de vida, alegre y tiene una mirada sensual y pícara que me vuelve loco y una boca llena con labios provocativos no sabes las veces que me he tenido que contener en clase para no acercarme a ti y besarte.
Profesor, la verdad es que me halaga mucho gustarle a un hombre maduro como usted.
Me sonrió y me apretó un poco más, la música se fue haciendo más lenta e íntima y hasta bajaron las luces de manera que quedó casi en penumbras el salón de baile. Tan pronto esto sucedió, mi profesor me acercó más a él y mi cuerpo quedó literalmente pegado al suyo. Empezó a acariciarme con la mano que tenía en mi espalda, muy suavemente, la subía y la bajaba lentamente, hasta que llegó a mis caderas y a medida que hacía esto yo sentía que su entrepierna iba aumentando de tamaño, y por instinto empecé a mover mis caderas de manera que lo frotaran.
¿Quieres que salgamos un momento al jardín? - Me preguntó con la voz un poco ronca
¿Crees que sea buena idea? - Le pregunté.
Una cosa era dejarme manosear por él en la penumbra y otra muy diferente era estar a solas y expuestos a que nos descubrieran. Eso era peligroso tanto para él como para mí, por aquello de la ética y todo el rollo de la Universidades y de que un educador no se puede liar con un (a) alumno (a). Aunque para ese momento ya estaba excitada por el bulto que había estado frotando con la parte baja de mi cuerpo.
No pasará nada que no quieras, pero necesito besarte y si lo hago en la pista, nos pueden ver y eso sería un problema para los dos. Será que no quieres seguir con lo que empezamos con el baile? - Me preguntó.
Claro que quiero, y claro que quiero que me beses, es solo que aquí hay mucha gente. ¿Y si nos buscan? ¿Además, dónde metiste a tu mujer?
Todos están bailando, nadie se darán cuenta, tus amigos pensarán que andas por ahí y mi mujer la envié a casa con mis hijos. Ellos mañana salen de viaje y no se querían desvelar demasiado. Yo me quedé solo para poder estar un rato contigo y poder hablarte en un sitio diferente al aula de clases. Vamos un momento al jardín, por favor.
Me decía todo esto mientras empujaba sus ingles contra las mías y me tomaba de la cintura mientras nos movíamos a ritmo de la música. Ya sentía mis pezones duros, y la verdad si que quería seguir. Giré mi cabeza y me fijé en las demás parejas, todas estaban abrazadas, algunos hasta se estaban besando aprovechando la oscuridad, entre ellos varios de mis compañeros de curso. Entonces me decidí y le dije:
Vamos
Me tomó de la mano y salimos al jardín, nos alejamos hasta que la música se escuchaba lejana. Entonces paró de repente entre unos setos y me abrazó con fuerza y sin decirme nada me besó con fuerza, como desesperado y yo me dejaba hacer. Me recorría el cuerpo con sus manos, como si no supiera donde tocar primero, hasta que se decidió por mis pechos y me los apretó suavemente. Se separó de mi boca y me dijo:
Te quiero besar los pechos ¿Me dejas?
Claro profesor, haga lo que guste.
Que linda eres, te quiero comer toda, déjame hacerlo, por favor.
Tome de mí lo que quiera, solo no me rompa el vestido, por favor.
Uhmm, que rico, déjame que te lo quite.
Me abrió el cierre y bajo los tiros del vestido y mis pechos saltaron libres y mis pezones erectos fueron engullidos por su boca hambrienta. Mientras me comía las tetas me terminó de bajar el vestido, estaba como loco y yo sentía sus manos por todo mi cuerpo. El dejó mis tetas un rato y empezó a besar mi abdomen hasta llegar a mi ombligo, lo besó y siguió bajando hasta posar su boca sobre mi pubis cubierto solo por mis bragas.
¿ Puedo quitártela? - Me preguntó, mientras veía fijamente mi entrepierna.
Claro, profesor.
Me la quitó y me hizo abrir un poco las piernas.
¿Eres virgen? - Me preguntó mientras metía uno de sus dedos entre mis labios vaginales.
Ohhhh, No, hace poco que dejé de serlo, Uhmm.
Entonces ya has probado las delicias de la carne, ¿Quién fue el afortunado de ser el primero en poseerte, pequeña?
¿Para qué quieres saberlo? Solo interésate por lo que estamos haciendo ahora y hazme gozar, Uhmm que rico mueve sus dedos, profesor.
Te gustas que te coja con los dedos?
Síiiiii.
Le dije entre suspiro. Luego sacó su dedo y lo metió en su boca como probando mi sabor y enseguida abrió más mis piernas y empezó a comerme el coño. Ahí estaba yo, desnuda, de pie y mi profesor agachado entre mis piernas comiéndose mi sexo completamente vestido y arrancándome grititos de placer. Sentía mis piernas de gelatina y un calorcillo recorriendo todo mi cuerpo.
Uhmm, si me sigues comiendo el coño así me correré en tu boca. - Le decía mientras me sujetaba de su cabeza para no caerme.
Hazlo, quiero tomarme todos tus jugos, que rico, Uhmm.
Siiii, Ohhhh, lo haces muy bien, desde hoy serás mi profesor favorito, chúpame, Uhmm, cómete todo mi coño, Uhmm, estoy por correrme, que rico, ahhhhhh.
Entre un suspiro y otro me corrí en su cara, mientras él me apretaba fuerte como si quisiera llegarme muy adentro mientras yo tenía mi orgasmo. Luego me recostó de la hierba y se bajó los pantalones y su ropa interior (de hecho fue lo único que se quitó)
Quieres más, nenita?
Sí, profesor, quiero saber todo para poder complacerlo. – Le decía mientras abría más mi piernas para que viera mi coño bañado de su saliva y mis flujos.
No tenemos tiempo para enseñarte, pero no te preocupes, ya me estás complaciendo con solo dejarme disfrutar de tu cuerpo, que rica tetas tienes, son grandes como me gustan a mí y tienes un coñito estrecho y muy, muy caliente. No sabes como te he deseado durante todo este tiempo. -- Me decía mientras se pajeaba y se acercaba hasta mí.
Chúpamela, nena, sácale la leche a tu profesor.
Tomé su verga y la metí toda en mi boca. No era muy larga, pero si gorda y estaba durísima.
Uhmm, que rica, Uhmm, que verga tan gorda y dura, Uhmm, está deliciosa me la comeré toda.
Sí cómetela toda muñequita, ohhhh, siiii, así que bien mamas, se ve que has hecho tu tarea con tus amiguitos, no pares, no pares, que boca tan caliente, que lengua de zorrita caliente tienes.
Estaba como loco, me agarraba las tetas y me pellizcaba los pezones y me decía cosas obscenas.
Uhmm, que rico mamas, se ve que te aplicabas en los juegos con tus amiguitos. Uhmm, ven levántate, nenita y ponte de espalda.
¿Qué vas a hacer?
No te preocupes que te va a gustar.
Diciendo esto me ayudó a levantarme y me puso de espalda a él y me indicó que me sostuviera de los setos. Así lo hice e inmediatamente empezó a besarme la espalda y a apretarme las nalgas, me recorrió la espalda con su boca hasta llegar mis glúteos y me dio pequeños mordiscos, luego se irguió y me abrió las nalgas y empezó a sobarme con la punta de su pene duro la entrada de mi ano y luego lo baja hasta la entrada de mi sexo y mi clítoris, me metía solo la cabeza y la retiraba y volvía a sobarme la raja húmeda y mi clítoris ya duro como piedra y lo subía otra vez hasta mi ano.
Uhmm, sigue no te pares, cójeme ya. Cójeme duro, clávamela de una sola vez.
Quieres que te coja, ricura?
Síiiii, métemelo todo, no importa que me duela. Quiero que me cojas.
Si, me gusta que me lo pidas, desde ahora solo serás mía, solo conmigo, podrás hacer esto, ricura.
Dicho esto me agarró firmemente por las caderas y me lo clavó de una vez. La verdad fue que me dolió un poco, pero yo estaba tan excitada que no me importó, solo pensaba en lo rico que se sentía tener un pedazo de carne tan gorda saliendo y entrando de mi coño húmedo. Estaba en el cielo y gritaba de puro placer. Me estuvo bombeando con mucha fuerza hasta que no pudo más y se corrió dentro de mí. Y yo sentía que me iba cuando sentí su esperma caliente bañando las paredes de mi vagina.
Lléname toda, profe, ahhh que verga más rica, siii, Uhmm
Uhmm, que rico, eres divina. Quiero cojerte toda la noche, ricura. Pero debemos volver a la fiesta, ya ha pasado casi una hora.
Y dicho esto, sacó su pene de mi coño aun chorreando semen, yo no me resistí y me agache a lamerlo. Estaba rico y yo enardecida no dejé ni una gota. Cuando terminé me ayudó a levantarme y con una sonrisa pícara empezó a recoger nuestra ropa y de su pantalón sacó un pañuelo y con él me limpió la cara y la entrepierna, luego me ayudó a vestir, se puso su ropa interior y su pantalón y en silencio nos dirigimos de vuelta a la fiesta. Cuando llegamos ya estaban tocando música más alegre y nos colamos hacia una esquina de la pista y comenzamos a bailar como si nada. El acercó su boca a mi oreja y me dijo:
Gracias por hacer mi fantasía realidad y dejarme disfrutar de tu joven cuerpo. Nunca lo olvidaré.
Yo tampoco, profesor, fue demasiado rico y si a usted le parece bien, lo podremos repetir en alguna ocasión.
Claro nena, pero ahora es hora de que vayamos a nuestras respectivas mesas.
Así que cuando terminó la pieza, me acompañó a mi mesa y se despidió de mí con un “muchas gracias por bailar conmigo y nos vemos en clase el lunes”
Desde ese día fui una excelente alumna y Química se convirtió en mi materia favorita.
Por PicanteRosa
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