Nos llevábamos bien a pesar de ser hermanos, la verdad es que Roberto era un buen chico, tranquilo, amable y cariñoso por lo menos en casa, porque fuera su gran timidez le hacía muy difícil el relacionarse con otras personas, tenía pocos amigos y ninguna amiga. No tenía ningún defecto físico que justificase su carácter tímido, era un chico guapo y atlético y su forma de ser la de una persona encantadora.
Nuestra relación debido sin duda a que yo solo le llevaba dos años era buena, compartíamos prácticamente los mismos gustos, música, cine, novelas etc., sin embargo a los 14 años empezó a cambiar, parecía haber perdido su confianza conmigo y su forma de actuar cambio radicalmente.
Sus miradas no me parecían precisamente de hermano, sus ojos estaban siempre atentos a mis escotes y al sentarme su mirada trataba de conseguir siempre alguna vista de mis muslos, me hacía sentir incomoda porque a veces el bulto en su pantalón delataba sus sentimientos, conociéndolo traté de no darle importancia, pero un día buscando un libro en su cuarto descubrí escondida una de mis bragas, estaba manchada y no tuve que pensar mucho para saber de que., Supuse que las pajas se las haría por que la braga era una prenda intima de mujer, pero no porque fuera mía. Ahora ya sabía donde iban a parar las bragas y los sujetadores que me faltaban.
Otro día al abrir una de mis carpetas, me encontré con una revista pornográfica, no es que me escandalizara, ni mucho menos, yo había visto ya revistas con mis amigas y sabía perfectamente lo que era una paja, una mamada, un polvo o cualquier otra cosa relacionada con el sexo “teóricamente” practica, no tenía mucha, salía con un chico y lo mas, habían sido unas pajas en el cine, pero nunca había echado un polvo. .
Sabía casi con toda seguridad que Roberto era el autor de aquello, pero no me parecía lógico, que siendo su hermana tuviera intenciones raras. Sin embargo cambié de opinión durante una comida. Estábamos sentados como siempre, mis padres en las cabeceras y Roberto frente a mi, cuando le callo la cuchara no le di importancia, cuando le callo la servilleta, me di cuenta que tal como estaba sentada y con aquella falda Roberto debía estar dándose un atracón . Apreté los muslos y la cabeza de Roberto salió de debajo de la mesa, mis padres no parecían haberse dado cuenta de nada, pero yo me puse colorada ante la mirada de Roberto. .
¿Puede saberse que te pasa conmigo?- había ido a su cuarto porque ya me estaba molestando su actitud.
¿Qué me pasa?- me contesto sorprendido.
No dejas de mirarme el pecho y las piernas y además me coges bragas, ¿Puedo saber porque?
Porque estas muy buena.
Me quede de piedra, hasta creo que abrí la boca ante aquella contestación.
Pero Rober, soy tu hermana!
¿Y que?
Que no podemos……que no podemos hacer nada.
¿Por qué no?
Pareces tonto.
Me fui a mi cuarto. Mi hermano me consideraba como a otra chica cualquiera, según parecía no tendría ningún reparo en meterme mano o en echarme un polvo si tenía ocasión. y llegue a la conclusión de que aquello se debía a que no se relacionaba con chicas de su edad y que lo mas cerca que tenía con faldas era yo. Decidí que debía hablar con el y aquella tarde cuando quedamos solos volví a su cuarto y fui directamente al grano.
Rober , tu sabes que entre hermanos no puede haber sexo, lo que necesitas es salir con chicas de tu edad, en tu curso las hay muy guapas y estarían felices de salir contigo.
Rosi, tu eres la mas guapa y la que estas mas buena de todas y me empalmo en cuanto te veo.
Pero…pero
Es la verdad, mira como me pones.
El bulto que tenía en su pantalón era la prueba evidente.
¿Quieres verlo?
No espero respuesta , se bajo la cremallera de la bragueta y se sacó la polla. Me quede de una pieza, no solo por su proceder sino porque aquella verga era enorme. Yo había visto fotos y había tenido una en la mano pero aquella me pareció única.
No te vayas…..espera.
Me detuve, el se había puesto de pie y su polla se movía excitada fuera de sus pantalones.
¿Quieres tocarla?
Rober…..tu estas loco! Como quieres que toque……eso.
¡Vamos! Es como si me tocaras otra cosa cualquiera, la cara o un brazo. ¡Vamos!
Me había cogido una mano, no me resistí mucho. La verdad es que era como cualquier otra parte de su cuerpo y aquella polla me atraía por su tamaño. La curiosidad pudo mas que cualquier otra opción y de pronto la sentí en mi mano, apreté los dedos a su alrededor, era gorda y dura y estaba caliente. Me ericé, la braga se me estaba mojando y los pezones me dolían de lo duros que se me estaban poniendo
¿Te gusta? ¿Quieres hacerme una paja?
¿Me dejaras en paz después?
Si.
Era una sensación increíble estar meneándosela a mi hermano pero no era nada desagradable .
Cógela mas arriba
Como ….así
Así…mira
Se la cogió y se la meneo un momento.
¿Ves…?
Lo hice. La cogí y subí mano hasta cubrirle con ella el capullo y al bajarla se lo acariciaba con la yema de los dedos y así una y otra vez. Estaba tan excitada que mi coño parecía una fuente .
Mas fuerte …..mas fuerte
Apuré el ritmo de mi mano, apretándole el capullo en cada movimiento con los dedos
Ah…….ah!
Rober se doblo por la cintura inclinándose, sentí su polla latir y empezó correrse, los chorros de leche cayeron en el suelo y luego mojaron mi mano, seguí meneándosela . mi excitación era tremenda apreté los muslos porque yo también me estaba corriendo.
Ya ….para
Sin soltársela me detuve, seguía corriéndome. En cuanto me pude recuperar un poco salí corriendo y me metí en mi cuarto y me eche en la cama, estaba temblando con los últimos latidos del orgasmo entre las piernas . Rober entró poco después, aún tenía la polla fuera del pantalón, ya no la tenía dura pero su tamaño seguía siendo increíble.
¿Qué haces aquí?
Ahora tienes que enseñarme tu coño.
No.
Oye, tu me has hecho una paja y yo tengo derecho a verte.
Vale. Pero ponte allí.
Se alejo de la cama y yo me quite la braga ,sin subirme la falda.
Así no veo nada,. Súbete la falda
Pero no te acerques.
Me subí la falda y despacito fui abriendo los muslos, la polla de mi hermano volvió a empalmarse. Yo lo miraba y estaba tan excitada que creí que iba a correrme otra vez.
Ábrelo mas.
Me abrí con lo dedos y mi hermano empezó a meneársela.
Rosi déjame tocártelo.
No conteste y el se acerco.
Quieres que te la meta?
¡No eso no!
Me aparte asustada
Vale…vale!…
Si quieres hacerlo, solo con los dedos.
Me volví a colocar con los muslos abiertos y sentí sus dedos en mi coño. Sabia donde tocar porque enseguida una oleada de calor y un gusto increíble me invadieron haciéndome temblar.
Te lo voy a chupar
Su cabeza se colocó entre mis muslos y note su lengua los labios d e mi coño. Cerré los ojos las caricias de su lengua eran delicadas que un momento me estaba corriendo, era una corrida tan fuerte que me pareció empezar a volar, era un orgasmo detrás de otro, no tenía ni fuerzas para negarme a mas y dejé que aquella lengua se moviera por todo mi coño, los jugos manaban sin cesar y mi hermano ahora me chupaba con toda la boca . Iba a desmayarme, ya no podía mas las oleadas me llevaban al éxtasis. De pronto mi hermano se echo sobre mi y su polla enfilo mi coño, lo sentí colocarse en la entrada, la cabeza se me colaba dentro, hice un esfuerzo y lo empuje.
No…….no
Me aparte
¡Eso no!
El se quedo jadeando a mi lado
Eso no podemos hacerlo
Chúpamela entonces .
Te hago otra paja si quieres
De acuerdo
Le cogí la polla y empecé a meneársela, sin embargo no pude con la tentación y le bese el capullo se lo lamí, estaba disfrutando con aquella experiencia traté de meterme la polla en la boca pero sentí arcadas, me limite a chuparle el capullo. Rober me estaba tocando el coño , me metía los dedos y me acariciaba el clítoris sin parar y yo seguía chupando aquel capullo tan suave. Empecé a correrme de nuevo y casi al mismo tiempo la polla de Rober empezó a temblar, supe que se iba a correr pero seguí chupando mientras se la meneaba con la mano, mi boca se lleno de leche, el gemía pero no dejaba de meterme los dedos en el coño y yo me corría una y otra vez y la punta de su polla temblaba en mi boca . Yo no podíamos mas y quedamos jadeando yo con la cara apoyada en su verga y el con la mano entre mis muslos.
Aquella fue nuestra primera vez y se repitió con mucha frecuencia durante el tiempo en que los dos estuvimos en casa, nunca le permití que me la metiera, ni que me besara en la boca, pero disfrute con el resto de las cosas que hacíamos y nunca conseguí alcanzar los orgasmos que el me dio, ni en cantidad, ni en calidad. Ahora estoy casada y nunca hemos vuelto a hacerlo pero...
Por Lesbis
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