Siempre he sido una mujer con ideas muy claras y firmes, tanto en mis convicciones como en todas las decisiones que he tomado. He tenido a mis 19 años, la capacidad de poder escoger entre un sin fin de posibilidades que hasta el día de hoy, me han llevado a disfrutar de la vida y de todo lo que ella me pueda ofrecer, o yo misma me pueda encontrar.
Mi nombre es, Elena, vivo en el estado de Coahuila, al norte de la República Mexicana, en mi familia somos cinco, tengo dos hermanos, el mayor me lleva dos años y al chico le llevo también dos, o sea que soy la del medio, mis padres y yo. La historia que a continuación les relataré es verídica, tan verídica como las mismas letras que sus ojos están leyendo en este preciso instante. ¿Por qué la escribo?, porque creo que no tengo ya el porque ocultarla mas, además que es una necesidad interna, un lujo que muy pocas nos podemos dar, al mismo tiempo que lo trato de hacer como un desahogo. Un desahogo emocional muy grande, divertido, morboso y a la vez tan excitante que no quiero perder la oportunidad de compartirla con todos ustedes y con ello ser parte de ese no tan pequeño grupo, que aunque para los demás sea escandaloso, depravado, sucio o completamente inimaginable y antinatural, para las que lo vivimos, en exclusiva, sea parte fundamental de nuestras vidas.
Mi destino ya estaba escrito, el incesto, que para mi era desconocido hasta hace algunos años, se convirtió en parte fundamental de mi. Empezare confesando que yo, aunque siendo una niña pequeña, mi desarrollo fue muy rápido, a los 10 años ya usaba brasieres 32 A y ya tenía algo de bello en mi rajita, lo que en conjunto indudablemente y sin querer, encendía la hormona tanto mía como la de los hombres con los que frecuentaba directamente, siendo ellos, la mayoría, parte de la familia, además de mi carácter abierto y desinhibido y porque no, con ese toque de coquetería que todas llevamos dentro, llamando mucho la atención.
Mis inicios en cuestiones incestuosas, los tuve a mis 13 años, gracias a un primo-hermano con el cual empecé a disfrutar de tocamientos bastantes avanzados. Desde muy pequeña, la relación con el siempre fue muy estrecha, por la confianza y cercanía de mis tíos con mis papas, ya que ellos venían a visitarnos o nosotros los visitábamos muy regularmente. Desde que recuerdo, las miradas que me propiciaba mi primo, eran mas que de familiaridad, sus miradas tenían esa chispa de lujuria y deseo que no podía aparentar, cada vez que tenía oportunidad se me acercaba y con sus ojos me quería desnudar. Realmente, algo tenía el también, ya que nada mas de tenerlo cerca, mi rajita se me alborotaba de sobremanera, sintiendo ese deseo interno de sentir sus manos y su boca sobre mi. El caso es que ese imán interno, nos atrajo un día cuando, ya artos de resistirnos y aprovechando que estábamos solos en su casa, tuvimos una sesión de tocamientos muy exquisitos, con una sesión masturbatoria mutua. No llegamos a mas, pero nos gustó tanto, que los dos acordamos que cuando cumpliera los 15 años, dejaría que el fuera quién me lo hiciera la primera vez.
Y lo cumplimos, ya que perdí mi virginidad a mis 15 años gracias a el. En su casa, para ser exactos en la cochera, dentro del propio coche de mis tíos. No los abrumare con los detalles de esa relación, lo que si les diré, es que mi primo, para satisfacción mía, cuenta con una verga que si bien no es muy larga, si es bastante gruesa y es de ahí, exactamente de ahí, donde nació mi gusto por vergas tan apetitosas y suculentas como esas.
Actualmente, por mi parte física, soy una mujer común, nada fuera de lo normal, lástima que ciertos atributos no pueda presumirlos completamente. Mido 1.68 mts. y peso 58 kgs., morena, con ojos grandes color café, mi cabello es negro, nariz un poco ancha y labios carnosos y gruesos. Mis pechos son ahora talla 38 E, antes eran D, generosos, muy apetitosos por cierto. Mis aureolas son un poco mas grandes de la media en color café marrón, dejándome ver unos pezones paraditos. Tengo un trasero bastante atractivo, igualmente paradito y duro, según me dicen los que lo han disfrutado y el espejo, que no me deja mentir. Tengo una panochita de lo mas peluda; imagínense que los bellos me empiezan a nacer abajito del ombligo y bajan hasta convertirse en una verdadera jungla, tapando mis muy carnosos labios vaginales, sobresalidos un poco fuera de mi vagína, delicia también para los que los han disfrutado. En ocasiones, me la rasuro completita, para darle ese toque exótico y excitante, pudiéndoles ver en los ojos, algo que por cierto me excita de sobremanera, esa chispa de deseo y excitación antes de verla dentro de la boca de las personas que me la disfrutan y tragan completita. Mi cintura es ahora un poco mas ancha de lo normal, ya que normalmente, la luzco pequeña y la cual pienso recuperar ahora que ya nació mi bebé.
Si... mi bebé.
Mi vida gira alrededor de tres personas en este instante, mi amante, mi hija y mi hermano... padre de mi hija.
A ellos les cumplo todo lo que me piden, sin rencores, sin prisas y con toda la confianza que puedo tener en este mundo.
¿Como sucedió?. Bueno, estos son los hechos:
Después de perder, por cierto, deliciosamente la virginidad con mi primo, a los 16 años conocí a un hombre maravilloso, del cual me enamoré perdidamente. Se llama Rafael y es Ingeniero Bioquímico, una persona muy atractiva y apuesta, tiene un cuerpazo escultural, ya que es aficionado a los deportes extremos. Tiene 37 años, muy bien puestos diría yo. De el todo me encanta, es amable, cariñoso, seguro de si mismo y de entre las muchas cosas y cualidades que me encantan de su persona y que se las iré diciendo poco a poco, es que es de mente muy abierta. Solo que tiene un pequeño defecto... es casado.
El porque mi madre y mi familia toleran que salga con un casado, es una historia muy larga de contar, pero la resumo diciendo que ellos han dejado que haga mi vida como yo quiera. Si su mujer realmente supiera lo que tiene en casa, no lo dejaría salir, por lo menos yo no lo dejaría; pero ya se imaginaran, como ella es una señora de sociedad, como va andar haciendo esas cosas.
El caso es que desde que lo conocí, nuestra relación siempre a sido muy abierta. He de decirles que en el plan sexual, desde que me convertí en su amante, todo cambio para mi. Y me alegro de que así haya sido, ya que encontré en el, una particularidad encantadora para mi. Tiene una verga tan gruesa o mas que la de mi primo, pero definitivamente mas larga, junto con el aguante tan espectacular que tiene, hace que cada sesión de sexo, sea efectivamente reconfortante y completamente satisfactoria.
El es en gran parte el culpable de todos mis gustos, aficiones y necesidades. Con el paso del tiempo nuestra relación ha madurado tanto, que entre el y yo disfrutamos de todo sin ningún tapujo o arrepentimiento. Dejando todas las tontas moralidades y disfrutando de la vida a todo su esplendor. En ocasiones, hemos jugado a que yo soy su hermana, ya que el tiene fantasías con ella, y es así, donde se me fue afirmando e incrementando mi curiosidad por el incesto. El fue el que me propuso hacer el amor con mi hermano mayor que en aquel entonces tenía 18 años, el caso que nunca me animé a hacerlo. Por ahora.
Una ocasión, lo recuerdo muy bien, tenía 18 años y era 16 de septiembre, tuve un pleito con el, donde me dijo que me dejaría. Me sentí destrozada y mi mundo se vino abajo. Así que triste y con la moral destrozada llegue a mi departamento (ahora vivo de nuevo con mis padres) y para mi sorpresa ahí estaba mi hermano menor, al cual le llamamos Pepo, tenían una fiestecita; estaban tomando, con el otro de mis primos y sus novias, las cuales son mis amigas mías.
El ambiente estaba muy bueno, al verme llegar notaron rápidamente mi tristeza y me invitaron a tomar, diciendo que por lo menos con eso se me olvidarían las penas. Y así lo hice. Durante todo ese tiempo, note algo extraño en la mirada de mi hermano. Yo estaba vestida con unos jeans y una camisa blanca, nada fuera de lo normal, pero notaba con insistencia su mirada y cuando volteaba para tomarlo in fraganti el se hacia el desentendido. Al cabo de un rato me empecé a sentir bastante tomada, optando mejor por irme a acostar. Estaba aún vestida cuando escuche a mi hermano despedirse y nuevamente entrar al departamento.
Llegó directamente a mi habitación.
Como te sientes –me pregunto-
Medio mareada – le contesté- ¿ya se fueron?
Ya...
Oyes, ¿sabes que? – me comentó- , yo también me siento muy mareado. Me voy a quedar, no quiero manejar en este estado.
Como quieras – le contesté- nada mas no cierres la alambrera, mi compañera de depa, llegará mas tarde.
No la cerré –me dijo-
El se acostó a mi lado y empezamos a platicar.
Oye Elena – me comentó- siempre he querido decirte algo pero no me animo...
Dime – le dije-
Se quedó callado un largo rato viendo hacia el techo de la recámara. No se porque, pero en ese momento me entro una curiosidad increíble y me empezaron a pasar un sinfín de cosas por la cabeza...
Mira... –continuo diciendo- lo que pasa es que ahorita que llegaste y al verte así, tan triste me hiciste pensar y reflexionar en muchas cosas. Realmente no me gusta verte así, eres tan, tan...
–se quedó serio un momento, al parecer no encontraba las palabras-
Tan fuerte, tan dueña de ti misma, que me duele por lo que estas pasando... – termino diciendo-
Lo notaba nervioso. Empecé a hacer memoria y no podía recordar ninguna ocasión en la cual nos hubiéramos puesto a platicar de un sinfín de cosas, tan tranquilos, tan amenos... lo desconocía, es mas, me desconocía; pero por alguna razón esta situación me agradaba. Lo que me decía y de la forma como me lo decía, aunado a los tragos que traía en la cabeza, empecé a sentir, sin querer, mariposas en el estómago...
Pero cuéntame – le pregunte nuevamente- que es lo que me quieres decir...
Pensé que ya se te había olvidado –me dijo – además, con lo que te quiero decir, probablemente hasta te me enojes y realmente hermana, eso es lo que menos me gustaría.
Porque me he de enojar –le respondí-, que no nos tenemos confianza, o que...
Pues si... lo que pasa es que... bueno... no se que puedas pensar de mi...
No te preocupes –le dije-, soy tu hermana mayor y te quiero. Ten por seguro, que cualquier cosa que este de mi parte para poderte ayudar, simplemente pídemelo y lo haré... y también...
–Hice un pequeño silencio-
Ten por seguro... que de aquí no va a salir...
Nunca comprenderé el porque le dije eso. Supongo que los tragos hicieron que me desinhibiera por completo, no me importo nada, absolutamente nada. Me deje llevar únicamente por mi instinto y por mis hormonas, que para esas alturas estaban cargadas completamente por ese pensamiento morboso y excitante de tener a un hombre tan cerca, en mi casa, a la mitad de la noche, en mi propia cama, solitos, con algunos tragos en la cabeza y sin importar realmente y en absoluto que fuera mi propio hermano.
La habitación se empezó a llenar de sexo y no nos dimos cuenta ni a que horas. Lo único que si se, es que empecé a tener una necesidad interna por sentir sus manos encima de todo mi cuerpo, de sentirlo mas cerca de lo que ya lo tenía. Mi raja, desde hacia un buen rato, ya se me había empezado a mojar, signo inequívoco de la calentura que sentía.
No fue necesario decirle mas, nos quedamos viendo por unos segundos y de repente, como algo ensayado muchas veces, nuestras bocas se juntaron y nos empezamos a besar, disfrutando los dos de esa calentura tan intensa y prohibida que traíamos por dentro y de la cual no encontrábamos la forma de saciarla, mas que así, únicamente así, de esa forma, de esa forma incestuosa.
Yo le acariciaba la verga sobre el pantalón y el, con una maestría increíble, me semidesnudo, quedando mis pechos y pezones a su vista. Realmente nunca pensé que mi hermanito se las gastara de esa forma. Al hacerlo, se deleito viéndolos, me miro a los ojos y sabiendo mi respuesta se abalanzó sobre ellos, empezándomelos a comer y a besar de una manera rápida y gustosamente dolorosa al principio, pero suave y reconfortante conforme se saciaba de ellos.
Mientras me disfrutaba, no me dejaba de repetir que siempre había querido hacerlo, pero que nunca se había atrevido a proponérmelo. Así, después de un buen rato y siguiendo con nuestro manoseo y nuestra calentura al limite, se animo a seguir adelante. Sabiendo de antemano mi consentimiento y desabrochándome el pantalón, metió su mano y me masturbo de una forma tan riquísima e increíble, que me vine varias veces. Al igual que yo, él disfrutó con mis masturbadas, terminando con una corrida sensacional. Al final, cada uno con las manos llenas de los jugos y las corridas mutuas, así, de esa forma, nos quedamos dormidos.
No hubo sexo, simplemente tocamientos mutuos. He de decirles, que aunque me moría de ganas, por el momento, hasta ahí llegamos. Y aunque me encanta todo el sexo, que por cierto el anal es uno de mis preferidos y el oral, aunque también me encanta, no es necesario que lo haga, ni que me lo hagan antes de penetrarme. Pero para ver sido la primera vez que estuviera con mi hermano Pepo, con eso fue excelente.
El caso es que con el tiempo, las cosas se arreglaron entre Rafael y yo , pero para mi, la vida me había cambiado considerablemente, ya no era la misma, había conocido y disfrutado otros placeres y no estaba dispuesta a abandonarlos.
Un tiempo después, la naturaleza nuevamente me llamo y no pude resistirla. Se me metió en la cabeza la necesidad de tener un hijo; el porque, no lo sabré explicar, pero como muchas otras cosas en mi vida, empecé a buscar la forma de lograrlo. Solo que existía un pequeño problema, de Rafael no podría ser, ya que el esta operado.
Un día cuando estábamos juntos, le compartí mi inquietud, me miro y se quedo callado. Le seguí platicando algunas otras inquietudes, animándome a contarle la aventura que había tenido con mi hermano, pensé que se enojaría; como el ya me lo había propuesto en alguna ocasión y no me había animado, pensó que ya había desistido. Le conté que había sido obra de la casualidad el haberlo hecho con mi hermano menor, pero cual fue mi sorpresa, que al contrario de lo esperado, en vez de reprimenda o enojo se alegró y me rogó que le contara con lujo de detalles cada cosa que había pasado.
Para mis gustos muy particulares por cierto, no dejo de dar gracias por haberme encontrado a la persona que entiende completamente todos esos sentimientos y gustos, morbosos y livinidosos, algunos buenos y otros no tanto y disfrutarlos igual o mucho mas que yo.
El caso que ya entrados en la platica, me propuso el de porque no me animaba a tener un hijo de mi propio hermano. Al oír su propuesta, la piel se me erizo, sentí en ese momento un escalofrío por todo mi cuerpo, esas mariposas en el estomago que únicamente sientes por la emoción y que te suben y te bajan del estómago a la garganta, de como cuando estas a punto de hacer una travesura y no quieres que nadie se entere. La idea lógicamente me encanto, al parecer, así de fácil tenía resuelto el problema, como verán, para nosotros y espero que para mas de uno de los o las que me hacen el favor de leerme, comparta ese sentimiento, la moralidad en esas cuestiones no vale, además... quien se enteraría.
La única desventaja sería de como hacerle para acercarme a el y proponérselo. Pero no fue necesario, como en este tipo de casos, siempre existen muchos momentos de debilidad que todos tenemos y que podemos aprovechar efectivamente.
Los días pasaron y lo recuerdo perfectamente, era 27 de septiembre, unos amigos me invitaron a una fiesta, por suerte, cerca de la casa de mis padres. Fuimos una muy buena amiga que se llama Rosa, Rafael y yo. Estuvimos muy contentos, bailando y tomando hasta muy tarde. Debieron haber sido como las doce de la noche cuando decidimos, mejor, salirnos he irnos y continuar tomando y charlando en la casa de mis padres, hasta ese momento y sin ningún afán de nada, mas que de seguir disfrutando de la velada y sin pensar hasta en esos momentos solo en diversión y hasta eso, sana diversión.
Pero el destino me tendría deparado algo, que hasta para mi, era impensado y completamente diferente.
Mis padres, según pensé, para esas horas ya estarían completamente dormidos y mis hermanos, también por esas horas, deberían de andar de juerga con sus amigos por otros lados.
Para mi sorpresa, al llegar, encontré que en el patio de la casa, mis hermanos y mis primos estaban en una gran velada, platicando, tomando y haciendo una carne asada. Los saludamos y como vi que ya tenían su relajo armado, decidí que mejor los tres nos fuéramos a un cuarto que utilizamos para las visitas y que esta detrás de la casa.
Seguimos tomando y platicando. Entre tantas trivialidades que uno platica cuando esta con los amigos tomando, empezamos a platicar sobre películas y no se porque razón la desviamos y comenzamos a hablar sobre películas pornográficas, en especial centramos nuestra plática en la película Tabú 2, ( no de la de Tabú American Style, la otra ), los que nos encantan este tipo de cosas, sabemos de que hablamos.
El caso es que sin pensarlo y de repente, sería por el alcohol o que se yo, pero las cosas empezaron a subir de tono y se empezaron a poner calientes, note, mientras platicábamos de la película, que la mirada de mi amiga tenía un cierto brillo que yo desconocía hasta esos momentos y por lo que lograba ver un cierto deseo y excitación al estarme oyendo, note también que se me iba acercando de una forma poco convencional, de repente y sin pensarlo, se me acerco y me dio un beso en la boca. Se hizo un silencio total, he de haber abierto los ojos como platos de la impresión, trate de reaccionar, pero fue algo tan suave, delicado y repentino, que cuando menos pensé, nuestras lenguas estaban entrelazadas completamente. La mire directo a los ojos y me deje llevar. Mi novio que para esos momentos había ido por unos tragos, al llegar y ver ese panorama, se detuvo de improviso y se excito inmediatamente, se nos quedó mirando. Para ese entonces, las manos de mi amiga estaban tratando de quitarme todo lo que tuviera encima, en un instante el se acerco y junto con ella, me empezaron a desnudar y a besar, encontrándome ya, en esos momentos en medio de una guerra de besos y caricias por todos lados. Si hay algo que siempre había soñado era el sentir muchas manos sobre mi cuerpo y ahí, sin planearlo y aún mejor, sin pensarlo estaba gozando de ese sueño tan anhelado siempre por mi.
Cuando me di cuenta, todos estábamos completamente desnudos y de repente, sin avisar; Rafael me clavo, de un solo golpe, su majestuosa verga dentro de mi panocha, soltando desde lo mas profundo de mi garganta un pequeño grito de dolor y satisfacción por partes iguales. Yo soy muy gritona cuando lo estoy haciendo y en ocasiones, cuando no estoy en un lugar apartado, tengo que morderme los labios para hacer el menor ruido posible. Mientras esto sucedía y Rafael no paraba de atacar y bombear con fuerza su verga dentro de mi raja, Rosa puso su deliciosa panocha sobre mi boca, comenzándomela a comer instintivamente y saboreando esos jugos lésbicos, hasta ese momento desconocidos para mi y eliminando con ello ese jadeo y gritería sofocada e incontrolable que no podía callar ni resistir. Al cabo de unos segundos y sintiéndolo al mismo tiempo, en ese preciso instante, nuestro primer orgasmo juntas, bañando, ya que cuando me vengo, de mi raja sale mucho líquido, a veces transparente y a veces, si mi orgasmo es muy fuerte, blancuzco, bueno, llenando toda la verga de mi incansable y fogoso amante y sintiendo la venida de mi amiga sobre toda mi cara, dejándome casi sin respiración por tenerla adherida completamente sobre toda mi cara. Nadie decía nada, cada uno estaba disfrutando de ese trío fantástico, nada mas nuestras miradas se cruzaban y nuestros jadeos y respiraciones agitadas junto con los chapoteos de nuestros sexos nos delataban, nos veíamos y disfrutábamos de todas las caricias dadas y recibidas a nuestros cuerpos completamente excitados. Rafael y mi amiga, mientras el me penetraba y ella seguía sentada en mi boca, se besaban, luego, aunque sin mucho agrado de mi parte, Rosa cambio de posición conmigo y se puso a disfrutar de la vergota de Rafael, rompiendo el silencio que hasta ese momento había reinado y confesándonos que siempre se le había antojado. Callando sus palabras por medio de mi panocha, que ahora de forma similar ponía yo sobre su boca, era yo la que disfrutaba de esos besos y chupetes propiciados por ella. Así estuvimos por bastante tiempo, entregándonos a las caricias, besos y manoseos que cada uno nos proporcionábamos, en donde mi amiga y yo terminábamos una y otra vez, de mil formas diferentes. Al final, Rafael culmino todas sus ganas e inundó mi panocha de su delicioso y abundante semen. Rosa, todavía con una calentura sorprendente, se hinco frente a mi y me lamió la panocha, completa, de arriba a abajo, metiéndome su lengua hasta donde le alcanzaba y mordiendo y estirando mis grandiosos labios vaginales, deteniéndose en ese puntito glorioso hasta provocarme otro orgasmo y dejándome completamente limpia del semen de Rafael.
Al cabo de unos minutos, el se tuvo que retirar y nos dejó solas, así que una vez mas lo volvimos a hacer. No perdimos el tiempo, nunca pensé realmente, que una relación así, entre dos mujeres, fuera tan reconfortante y excitante, como mujer, cada una se conoce perfectamente, por ello, sabes exactamente cuales son los lugares que puedes disfrutar y hacer disfrutar. Nos besábamos, nos tocábamos, nuestros pechos los juntábamos, nos los comíamos, nos disfrutábamos explorando cada rincón de nuestros cuerpos; nos enredamos en un fantástico 69, devorándonos cada una y a sus anchas nuestros sexos, cada rincón, todo lo que podíamos, terminando una y otra vez. Al final y como broche de oro, juntamos nuestras panochas, nuestros labios vaginales por fin se conocían, por fin se disfrutaban, nos abrazábamos y nos besábamos queriéndonos comer y tratándonos de hacer un solo cuerpo, terminando así una y otra vez.
Mas tarde, también ella se fue, me levante y así desnuda como estaba, me acerque al espejo que tenemos en el baño, dándome cuenta que, nuevamente, me habían dejado marcada del cuello y de mis pechos, tenía chupetones por todos lados. Mis padres ya no me dicen nada, creo que se cansaron de decirme que se ve mal. Mi papá, cuando tomaba, no me bajaba de puta, eso ya cambio ahora que tengo a mi beba, se ha puesto de lo mas cariñoso conmigo y mi hija.
En fin, me cambie y me fui a mi cuarto tras pasar por donde estaban los chicos. Apenas había entrado y cerrado la puerta, cuando sin aviso la abrieron de nuevo. Ya me encontraba al centro de la habitación, volteo para ver quien es y veo que es Pepo, al parecer me venía siguiendo y yo no me di cuenta. Nos quedamos viendo sin decir ninguna palabra, solo con mirarnos sabía lo que iba a pasar. El volteó hacia la puerta y la cerro con seguro. Al hacer eso, mi raja se humedeció inmediatamente y mis pezones se me endurecieron, me excite de inmediato, las sesiones de sexo de hacía unos momentos no hicieron mella en ellas, ni en mi, querían mas. Desde mi habitación se podía oír la platica de mi otro hermano con mis primos y unos amigos que habían llegado. Me excite aún mas, me dio mucho morbo saber que a unos pasos de la habitación de mi padres y a escasos metros de mi hermano mayor, mis primos y algunos amigos, fuéramos a coger Pepo y yo.
Me tumbe en mi cama y me baje los pantalones junto con los calzones hasta los tobillos. Deje mi panocha desnuda ante los ojos de mi queridísimo hermano. Me la vio, se acerco hacia mi y sin quitarle la vista de encima, se bajo también los pantalones, su verga, nada despreciable por cierto, salto enhiesta frente a mis ojos y sin decir palabra, se tumbo sobre mi y de un solo golpe me la metió. Pero ya se imaginaran que con los pantalones en los tobillos es algo incomodo, así que con el dolor de mi corazón le dije que se pusiera de pie, lógicamente, me la tuvo que sacar, me pare y en vez de quitarme la ropa, la calentura hizo que se me atrofiara el cerebro, a brinquitos me acerque a mi peinador, donde apoye mis manos y le dije que me cogiera así de empinada, lo hizo.
Al sentir que me penetro nuevamente con su verga, cerré mis ojos y me tuve que morder los labios nuevamente para no gritar. He de decirles, que me costo mucho trabajo contenerme y no poder gritar ni gemir como normalmente lo hago, por temor a ser escuchados. Se la apretaba con fuerza para sentir por dentro como me rozaba, le pedí que lo hiciera mas rápido y mas fuerte, creo que con mis gemidos y de la forma en que me movía, aunado con las palabras que utilice para decírselo, fue mucho para el pobre, porque como a las tres metidas, se vació dentro de mi y vaya que se vació, sentía parte de su leche y mis jugos, escurrir por mis piernas. Me la iba a sacar, pero no lo deje, quise seguir sintiéndolo por unos segundos mas dentro de mi, hasta que su verga perdió su dureza y se escurrió por si sola, aprovechando en esos segundos, el meterme mano a mis tetas y estármelas sobando deliciosamente. Sin decir palabra, nos besamos y nos volvimos a subir los pantalones. Antes de irse, me saco las tetas y las estuvo chupando considerablemente, dejándome el también, varios chupetones en el cuello y las tetas.
Así me dormí, con el semen de mi hermano dentro de mi, realmente jamás pensé quedar embarazada tan rápido ni tan deliciosamente, además que con la calentura, hasta el condón se nos olvido. Que pensándolo bien, aunque me hubiera acordado, posiblemente de todos modos nunca lo hubiera utilizado.
Por DESG
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