¡Hola a todos!
Después de bastante tiempo de no escribir relatos, por el motivo que haya sido, me he vuelto a animar para hablar un poco de mi.
Antes que nada, permítanme presentarme, mis seudónimos como escritor, primero en la pagina de Todosrelatos, fue el de OSO, de ahí en adelante cambie por exitbear, papaoso y otros, soy autor de los siguientes relatos que andan por diversas paginas en la red: Un día especial, mi sobrina Ileana, Un tío hermoso y la ultima e inconclusa Mi niña.
Quiero aclarar, que la mayoría de mis relatos son ficticios, pero basados en hechos reales, (creo que muy reales) y quiero platicarles de cómo me inicie en las relaciones incestuosas, las cuales disfrute mucho.
En mi primer relato, explique que gracias al diseño de mi casa, a mi me toco vivir en una habitación de segundo piso, misma que se encontraba al fondo de una terraza. Tengo un hermano mayor y una hermana a la cual le llevo 6 años.
Capítulo 1
Estando en quinto año de primaria, descubrí lo intenso que es tocar a una mujer, me acuerdo que una de mis compañeras, por alguna diferencia, se molesto y me empujo, al sentirme agredido mi primera reacción fue regresar dicho empujón, pero al momento de colocar mis manos en el pecho de ella, sentí por primera vez en mis manos, la suavidad de unos senos empezándose a formar y de ahí en adelante inicie mi inquietud respecto al sexo.
Regresando a mi casa, me fijaba en todas las mujeres y vi una gran diversidad de tamaños de senos y también ya empezaba a mirarles las nalgas, las cuales son mi perdición.
Cuando iba en sexto año, ya casi para terminar el periodo escolar, mi hermanita estaba por cumplir 6 años y en una ocasión, al encontrarme en la sala de mi casa, haciendo la tarea, mi mamá y mi hermanita se metieron a bañar, por la cabeza me paso la idea de espiarlas en el baño, pero es tanto mi respeto por mi madre, que no me anime, pero el destino dio un vuelco ese día, no había jabón y mi madre mando a mi hermanita a la alacena que teníamos cerca del cuarto de lavado.
El escuchar bajar a mi hermana por las escaleras, puse atención y cuando llego a la sala, únicamente iba cubierta con una toalla, dejando ver sus nalguitas y su pubis. Le sonreí y le pregunte por que no estaba bañándose, contestándome que había bajado por un jabón. Cuando iba de regreso al baño, como no queriendo la cosa, le pregunte si me dejaba verla sin toalla, ella sin mostrar molestia o temor, me dijo que si, entonces la recosté en el sofá y le retire la toalla, fue muy fuerte la impresión, era la primera niña que veía desnuda y además de ser bonita, ¡era mi hermanita¡
Cuando le pedí que separara sus piernitas, ante mi, se mostro su clítoris y con cuidado separe sus labios vaginales y todo, todo lo que vi, herma hermoso: su interior era de color rosita, su piel muy blanca y su pequeño ano, de color cremita. Mis manos temblaban, se me seco la boca, y al escuchar el grito de mi mamá apurando a mi hermanita, la cubrí de nuevo con la toalla y sonriendo los dos, le di un pequeño beso en los labios, el cual no rechazo.
En esas vacaciones escolares, ella entraba a primer año en la primaria y yo entraba a primero de secundaria, en una ocasión nos quedamos solos en una tarde de sábado, para ese tiempo me excitaba muy frecuentemente, pero aun no eyaculaba, sentía lo que aquí en México llamamos “venida en seco” y aprovechando la oportunidad, le pregunte si recordaba el beso que nos habíamos dado tiempo atrás, ella contesto que si, que había sentido muy bonito. Le pedí que me permitiera darle otro beso y ella accedió. Como aun estábamos muy críos, únicamente juntábamos nuestros labios y nos abrazamos con mucha ternura, baje mis manos de su espalda y acaricie sus nalguitas, ella no dijo nada, dejándose hacer.
Entre beso y beso, le pedí que me dejara verla como el día que no había jabón en el baño, pero no quiso, me dijo que si llegaba nuestra familia, nos iban a descubrir. Lo único que pude convencerla de hacer, fue bajar el cierre de su pantalón y tocar su pubis por encima de su pantaleta, cuando intentaba meter mis dedos debajo de su calzoncito, ella se quitaba y me decía que no. Después de esta ocasión, únicamente me dejaba besarla y acariciarla por encima de la ropa, cuando traía falda, no se me acercaba para evitar que la acariciara mas íntimamente.
Cuando íbamos en segundo año, ella de primaria y yo de secundaria, uno de mis compañeros, llevo a la escuela una revista de dibujos, muy bien hechos por cierto, en donde unos hermanos tenían relaciones sexuales completas, oral, vaginal y anal. El viernes se la pedí prestada y esa noche en mi recamara, me masturbe unas tres veces, pero sin eyaculación. el sábado a medio día, le dije que tenia una cosita que tal vez le gustaría ver, ella me dijo que que era eso y mostrándole la revista le dije que la viera y la ocultara muy bien. Ella emocionada la guardo y se fue a su recamara.
Al dia siguiente solo hubo oportunidad de preguntarle si la había visto, contestándome que si y que en la primera oportunidad me la regresaba.
A partir de ese fin de semana, me dejaba acariciarla cada vez que se podía, pero siempre sobre la ropa, yo aprovechaba para disfrutar de sus nalguitas y de su entrepierna, que por cierto, cada ocasión, se sentía mas calientita.
Un viernes, después de comer, mi madre nos dijo que se iba a recostar un rato porque estaba muy cansada y que nos pusiéramos a hacer la tarea, nos colocamos en la barra de la cocina y nos sentamos uno frente al otro, estábamos en una sillas altas y después de unos diez minutos, me empezó a quitar mis lápices, escondiéndolas en su espalda, le pedí que me las regresara y ella me dijo que fuera por ellos, me coloque detrás de ella y movió sus manos al frente, a la altura de su estomago, la abrasé y trate de quitarle mis plumas, pero aprovechando el forcejeo, restregaba mi miembro en sus nalguitas, olvidando los lápices, la abrace y comencé a besarle el cabello, su cuello, sus mejillas, ella no decía nada, solo empezó a respirar mas fuerte y puse mis manos acariciando su estomago, esa fue la primea vez que nuestras lenguas se tocaron, entre beso y beso, baje mis manos y comencé a acariciar sus piernitas, empecé en sus rodillas, subí por sus muslos y cuando mis dedos llegaron a sus pantaletitas, ella primero cerro muy fuerte las piernas, para después separarlas lo suficiente para que acariciara su pubis con mis dedos. Era mucha nuestra excitación, que le pedí que se quitara su calzón, para acariciarla mas intensamente, ella me dijo que esperara un poco, deshaciéndose del abrazo, se fue a su recamara en donde se tardo mas de diez minutos. Creyendo que se había asustado o se había arrepentido, fui al baño para intentar masturbarme, pero cuando tocaron a la puerta, era mi hermanita quien me decía que me estaba esperando en la cocina.
Cuando regrese a la cocina, estaba sentada en el mismo lugar y abrazándola, le pregunte porque se había tardado mucho, contestándome que: primero, se había asomado a la recamara de nuestra madre, para ver que estuviera durmiendo, segundo, tenia mucha pena, porque su pantaleta estaba muy mojada y que la había escondido en la ropa sucia. Volví a besarla suavemente y ella correspondió a mis caricias abrazándome muy fuerte, cuando volví a acariciar sus piernas y subí hacia su entrepierna, con sorpresa, sentí en mis dedos directamente su piel, mi hermanita se había despojado de sus pantaletitas, esa sensación era maravillosa, la piel se sentía muy suave y delicada, cuando con mi dedo índice comenzó a acariciar su clítoris, lo sentí muy duro, húmedo y calientito, separando sus piernas, me abrazo mas fuerte y susurrando en mi oído, me dijo: “por favor, se delicado, estoy sintiendo muy rico”
Aun después de mucho tiempo, no se si logre que tuviera su orgasmo, ella tenía 7 años y yo 13, me coloque frente a ella, sin dejar de acariciarla, y nuestros besos fueron más intensos, tome su manita y la lleve a mi durísimo miembro, ella lo acaricio sobre mi pantalón y nuestros besos crecieron de intensidad.
Le pregunte si me dejaba acariciar su “panochita” con mi pene, accediendo, ella me pidió que no intentara introducirlo, deslizando mis pantalones junto con mi trusa, me acerque y poniéndola de pie, coloque mi miembro entre sus labios vaginales y cerrando sus piernas comenzamos a frotar nuestros sexos, no hacia falta lubricación, ya que ella estaba muy mojada y a mi (ahora lo se) me comenzaba a salir el liquido pre seminal. No pasaron de cinco minutos cuando empecé a sentir que pronto me iba a venir, y como aun no eyaculaba, no me preocupe mucho, le avise a mi hermana y que pronto acabaría, ella mirándome a los ojos, me pregunto que que era “eso” le respondí que era cuando tenias tu orgasmo, cuando alcanzabas tu placer, ella solo contesto: “Ok, quiero saber que es eso”
Sentí como el placer iniciaba su camino desde mi vientre, pasando por mis testículos y desembocando en mi pene y por fin se dio¡¡¡¡¡¡ tuve mi primera eyaculación con mi hermanita¡¡¡¡ algo sensacional¡¡¡ Único¡¡¡ Placentero¡¡¡ fue muy copiosa mi venida, pero muy líquida, no era muy espeso mi semen, no se si porque era mi primera eyaculación o por la excitación estuvimos viviendo.
No sabia que hacer, deje de moverme, abrace mas fuerte a mi hermanita y sentía que se me iba la vida por el pene, cuando reacciones, mi hermana me empujo y salió corriendo de la cocina, diciéndome: “cochino¡”, “asqueroso¡” “ya no te quiero¡” y lo único que pude ver, era que entre sus piernas, escurría mi semen llegando a sus calcetas, que siendo de color azul marino, hacia que se notara mas mi rio de espermas.
Reponiéndome, limpie la silla en donde habíamos disfrutado, me metía a bañar y en toda la tarde y noche, mi hermanita no quiso salir de su recamara, solo bajo por un vaso con leche y un pan de dulce y no la pude ver hasta el dia siguiente.
En la primera oportunidad, le pregunte el porqué de su enojo, ella me contesto que a pesar de que me quería mucho, no podía soportar que me hubiera “orinado” encima de ella. La abrace muy tiernamente y le explique que no eran “orines”, que había sido mi semen y que a todos los hombres, normalmente cuando se “venían” o llegaban al orgasmo, eyaculaban su semen.
No muy convencida, me dijo que ella investigaría si era cierto, cuando yo me retiraba, me dijo: “sabes una cosa? Sentí muy rico cuando eyaculabas”
Hasta aquí le primera etapa de mi incestuosa vida, les pido disculpas por si me extendí mucho, pero al escribirlo, volvi a vivir esta intensa parte de mi vida. Espero les guste. A esta pagina le dedico este relatos y los que siguen, ojala los compañeros sigan rescatando los buenos relatos de la red. saludos a todos de Oso, osote, exitbear, papaoso.
Espero sus comentarios, sean buenos o malos, si desean intercambiar mas relatos.
Capítulo 2
Después de haber iniciado mis relaciones incestuosas con mi hermanita, era común que la cocina fuera el lugar de reunión para poder disfrutar de nuestra pasión.
Ella era muy especial, no sé si por la edad o por lo delicado de nuestra relación. Había veces que se entregaba con mucho ardor y otras veces, como que lo hacía por compromiso. De cualquier forma, yo me limitaba a hacer lo que ella decidía, no era, ni fue mi intención forzarla para nada.
Lo que hacíamos normalmente, era frotar nuestros sexos, siempre de frente y cuando ella traía falda, alguna ocasión quise hacerlo cuando ella tenía puesto un pantalón y no me dejo.
Una tarde de sábado, estando mi madre en el cuarto de lavado y saliendo al patio trasero a tender la ropa, mi hermanita estaba leyendo una revista y yo me encontraba recostado en la sala, mirándola sin hacer nada. cada día que pasaba, ella se ponía más bonita y su pequeño cuerpecito iba agarrando formas más sensuales. Recuerdo que era tiempo de calor y aun andábamos con piyama. Cuidando los movimientos de mi madre, mi hermanita me pidió que me acercara, ella estaba arrodillada recargando sus brazos y pecho en el asiento del sofá, haciendo como que leía la revista, por lo que el respaldo de dicho sofá, nos cubría un poco, me coloque a su lado derecho y me pregunto: “¿quieres que nos frotemos?” le conteste que era peligroso porque nuestra madre podía acercarse a la sala y nos podría descubrir. Ello solo me dijo: “¡saca tu pene!” lo hice y ella con su manita derecha, lo acaricio, haciéndolo crecer, la suavidad y lo caliente de su mano, provocaron una gran erección, comentándome ¡me gusta sentirlo así de duro! ¿te gusta como lo hago? No le conteste, nada mas moví mi cabeza afirmativamente, volteando hacia la puerta del cuarto de lavado, cuando su manita comenzó a llenarse de mi liquido pre seminal, ella se limpio en el pantalón de su piyama y bajándoselo hasta la rodilla, me dijo: “frótame con tu pene” me coloque detrás de ella y colocando mi miembro entre sus piernas, ella se enderezo un poco, logrando que mi pene se pudiera deslizar libremente, ella, coloco su manita derecho debajo del tronco y la empujaba hacia arriba, logrando mayor contacto con su rajadita, así como su clítoris, le indique que no tardaría en “venirme” y ella me contesto que no lo hiciera, porque íbamos a salpicar el sofá, en mi calentura, le dije que subiera su calzón y piyama por la parte delantera para que mi semen quedara en su ropa, ella lo hizo y comenzó mi eyaculación, la cual fue muy abundante, porque ya no me masturbaba muy seguido, con la esperanzo de poder gozar con mi hermanita. En ese momento mi mamá le llamo a mi hermanita para que le llevara una ropa que faltaba para lavarse, con rapidez, guarde mi miembro aun duro y le dije a mi mamá que yo le llevaría la ropa. Mi hermana como pudo se coloco su piyama toda mojada y se subió a bañar, fue una situación muy riesgosa y después de esto, le dije a mi hermana que fuéramos mas precavidos.
Seguimos teniendo relaciones (si se pueden llamar así a las frotaciones de nuestros sexos), cada vez más intensas, en una ocasión ella acepto sentarse sobre mi miembro, estando yo acostado en el piso de la cocina, fue otra etapa que nos gusto, ya que ella llevaba el control del frotamiento y mi semen, quedaba en medio de nuestros sexos.
Les aclaro que no pasábamos de estas frotaciones, ya que mi hermanita no era muy afecta a dejarse acariciar, solo quería frotarse, pocas veces me masturbaba con la mano, del sexo oral, no permitía que yo lo sé lo hiciera y menos intentarlo para mí.
Cuando cumplimos 9 y 15 años respectivamente, mi pene ya media 23 cms, ya estaba completamente cubierto de vello púbico, a mi hermanita le empezaban a crecer sus senos y a ensancharse sus caderitas. Estando en la época navideña, nos fuimos de visita al rancho de nuestros abuelos en el interior de la republica, dicho rancho era muy grande, tenían muchos animales, pero principalmente vacas y caballos, extensos terrenos para la agricultura, en fin, podíamos perdernos en el rancho y nadie se daría cuenta.
Pero no fuimos los únicos que llegamos de visita, llegaron muchos tíos, con sus hijos y la casa quedo llena a reventar. Por tal motivo, nos asignaron una recamara por familia, a nosotros nos tocaron 2 camas tamaño matrimonial, una para nuestros padres y otra para nosotros. Todo era ambiente de fiesta, después de la noche buena, los adultos se quedaron a tomar, los primos mayores, se fueron a la fogata y los chiquillos poco a poco, se fueron a dormir. Cuando vi que mi hermanita se despedía, deje que se retirara, esperando unos quince minutos y también les dije a todos que ya tenía mucho sueño.
Al llegar a la recamara, mi hermanita estaba apenas tapándose con la cobija, preguntándome porque no me había quedado con los demás. Le conteste que si no tenia ganas de que nos frotáramos un ratito, ella solo pregunto:”¿no vendrá nadie?” le dije nuestros padres estaban muy contentos tomando con los demás y que nuestro hermano mayor, estaba muy entusiasmado con una prima, por lo cual nos daría tiempo a disfrutar un rato. “¡apúrate!” me dijo, solo me quite los zapatos, apague la luz y me metí a la cama con ella. Puse mi brazo izquierdo sobre las almohadas y ella se coloco encima de él abrazándome. Comenzamos a besarnos, aumentando nuestra excitación poco a poco, sin pensarlo mucho, saque mi pene del pantalón y tomando sus manitas, las coloque encima para que me acariciara, ella lo hizo suavemente logrando una erección casi de inmediato, era la primera vez que lo acariciaba a dos manos y para no quedarme atrás, la abrace y coloque mis manos en sus nalguitas, por el frio, ella traía una mallas muy apretadas, pero sin importarme, tome el elástico y comencé a bajárselas poco a poco, ella dejando de besarme, me pregunto: “¿Qué haces?””¿y si viene alguien?” no le conteste, volví a besarla al momento en que acariciaba sus bellas nalguitas, fue la primera vez que mis dedos abrían su rayita trasera y acariciaban su pequeño ano. Siguiendo su canalito trasero, mis dedos llegaron a sus labios vaginales y también por primera vez, se los separaba, acariciando su clítoris, tratando de introducir un poco la punta de mi dedo, ella solo apretó un poco sus piernas, pero dejo acariciarse poco a poco, mi pene estaba muy erecto y duro, dejando de besarla le pedí que se diera vuelta, al hacerlo me dijo: “no vayas a lastimarme”, le conteste que si sentía alguna molestia, me dijera y de inmediato me detendría, “ok” contesto y termino de darse la vuelta.
Coloque mi pene entre sus nalguitas y empuje un poco, pero al sentir muy seco, tome saliva con mis dedos, tratando de lubricar mi pene, cuando me volví a acercar, le dije al oído: “¿me ayudas un poco?” ella pregunto: “¿Cómo?” “abre tus nalguitas con las manos” “¿así?” me contesto, al momento que separa sus nalguitas.
Tomando mi pene con la mano derecha, lo acerque y sentí lo calientito de su ano, empecé a empujar y a frotarlo, tratando de introducirlo un poco, le susurre: “por favor, abre un poco más” ella separo mas sus nalguitas y se inclino un poco hacia el frente, esto logro que la cabeza de mi pene entrara un poco, pero en esos momentos, se abrió la puerta y nos hicimos los dormidos, cuando se prendió la luz, supimos que era nuestra madre, que había ido a buscar un paquete de cigarros que traían de reserva.
No sé si sentía molestia en su culito mi pequeña hermanita, pero empezó a apretarlo y aflojarlo, tratando de sacar mi miembro de su anito, yo no me movía, pero todo el placer hasta la fecha había vivido con mi hermanita, no se compara a ese momento, sentir vibrar su anito en la cabeza de mi verga, provoco que llegara el tan anhelado orgasmo, yo lo trataba de evitar, pero mi pequeña hermana, lograba hacerme excitar a tal grado, que cada día, yo quería mas y mas.
Cuando mi madre cerraba la puerta, volviéndonos a dejar solos y a obscuras, abrace muy fuerte a mi hermanita y sin empujar ni nada, comencé a llenar su intestino con mi incestuoso esperma, ella solo apretó mi pierna derecha con su manita, enterrándome sus uñas, al estar derramándome, mi pene poco a poco se fue introduciendo hasta que mis 23 centímetros, quedaron completamente dentro de mi pequeña hermana.
Cuando al fin reaccione de tan bello orgasmo, aun tenia las uñas de mi hermanita en mi pierna y mi verga estaba completamente dentro de ella, le pedí disculpas y le pregunte si la había lastimado, ella contesto: “no te muevas, sentí muy rico, pero también siento molestia en mi colita, me arde” mi pene, a pesar de haber descargado mucho semen, continuaba duro, podría decir que muy erecto, era la primera vez que estaba en el interior de mi hermanita y se sentía delicioso, bese a mi hermanita en el cuello, en sus orejas, en sus mejillas, seguíamos unidos, muy unidos, mi mano derecha se deslizo a la vagina de me hermanita e inicie mis caricias a su clítoris, ella separo un poco sus piernas y empezó a moverse con mi miembro dentro de ella, buscando mayor contacto a las caricias sobre su pequeña y húmeda vagina.
Esto provoco que yo también empujara mi cadera hacia adelante y hacia atrás, empezando por primera vez y de forma definitiva nuestro inicio en el sexo anal. Ahora sé que sí, mi hermanita logro alcanzar dos o tres orgasmos antes de que volviera a inundar su pequeña cavidad anal, fue una bonita y tierna iniciación para los dos. Casi nos acabamos un rollo de papel sanitario, para limpiarnos de las secreciones que tuvimos y que afortunadamente, no tuvimos accidente alguno de manchar las sabanas con semen, o en el peor de los casos con excremento de mi hermanita.
Para los que han seguido mis relatos, les recuerdo que mi primita Bertha, tenía la característica de que siempre que hacíamos el sexo anal, a ella si se le salía su mierdita y me dejaba todo lleno en miembro. (relato: “un dia especial”)
Hasta aquí les dejo mis relatos, próximamente, les contare como siguieron mis relaciones con mi pequeña hermanita y las otras ocasiones, en que por nuestra calentura, casi, casi, nos descubrían. Saludos a todos y vuelvo a pedirles disculpas, es que me extiendo mucho, pero al escribir y recordar, hace que vuelva a vivir y sentir lo vivido con mi pequeña hermana.
Capítulo 3
Gracias a todos los que han comentado mis relatos, son un impulso para seguir escribiendo, porque nos damos cuenta que son de su agrado.
Siguiendo las vivencias junto con mi hermanita, le platicare que ella tiene un carácter muy especial. Cuando estaba de humor (más bien excitada) podía acariciarla, besarla, tener sexo anal, en fin todo lo que yo quisiera, menos sexo oral o vaginal, pero cuando no estaba de “humor”, ni siquiera un roce, mucho menos una caricia, hasta la fecha en que ya esta casada y con 4 hijos, su carácter sigue siendo su distinción.
Como muestra, es que una vez que en diciembre tuvimos nuestra primera y completa relación anal, al día siguiente, aprovechando la extensión del rancho de nuestros abuelos, la lleve a la orilla de un rio que pasaba en medio del rancho, y cuando quise repetir lo de la noche anterior, ella no permitió que ni siquiera la besara, diciéndome que no la molestara.
En otra ocasión, un sábado en la tarde, nuestros padres fueron a una fiesta, quedándonos mi hermanita porque no quiso asistir, mi madre para evitar un enojo mayor y conociendo el carácter de mi hermanita, no insistió y como yo tenía mucha tarea, le pareció bueno dejarla conmigo. Mi madre me pidió de favor que vigilara que mi hermanita se bañara y se acostara temprano, que cualquier novedad, le avisara al teléfono de la casa de unos tíos, en donde seria la reunión.
Recuerdo que mis manos empezaron a sudar de la emoción, creía que mi hermanita se había quedado porque tal vez quería tener relaciones conmigo. Así que ya obscureciendo, le dije a mi hermana que se metiera a bañar para que después cenara y se acostara. Después de que salió, se puso una piyama blanca, de tela muy delgada, dándome cuenta que no traía ropa interior. Ceno un cereal y cuando se iba a despedir para irse a su habitación, la abrace y comencé a acariciarle su bellas nalgas, ella se molesto y me grito que la dejara. Conociéndola, no dije nada y me despedí.
Termine de hacer mi tarea como a las diez de la noche y molesto por la actitud de mi hermanita, me retire a mi recamara, no sin antes observar las estrellas en la terraza, en donde al fondo de ella, estaba mi recamara. Me bañe, solo me puse mi trusa, pensando en masturbarme, ya que mi hermanita no estaba de “humor”, cuando apague la luz, vi una sombra en mi puerta que era de vidrio opaco, sabia que era mi hermana, quien toco la puerta, diciéndome: “¿me dejas entrar?” le abrí y ella me dijo que si la deja ver la televisión conmigo, en lo que le llegaba el sueño. Le conteste que ya estaba durmiendo, pero que no había problema, que prendiera la tele, para verla junto.
Sonrió y acostándose a mi lado, empezamos a ver una película que ya estaba empezada. Ella se acostó sobre su lado izquierdo pidiéndome que la abrazara, quedamos muy juntos y mi pene, al sentir lo tibio de sus nalguitas, comenzó a erectarse, ella lo sintió y me pregunto: “¿desde cuándo no eyaculas?” le dije que tenía una semana, pero ella me contesto que tenía más de 15 días que habíamos tenido nuestra última cogida. Le conteste que a mi edad, si podía eyacular diario, era mejor, y que el sábado pasado me había masturbado pensando en ella.
“¿en serio?” me pregunto, le conteste que si. Me volvió a preguntar: “¿quieres cogerme ahorita?” le dije que era lo que yo estaba esperando desde la semana pasada. “Ok, pero con una condición” me dijo. ¿Cuál? Le pregunte. “¿que sabes del sexo oral?” me pregunto.
“¿Quieres que te mame tu panochita?” le dije. ¡ Siiiiiiiiii ¡
Entonces comencé a besarle el cuello, le acariciaba sus pequeñas tetitas, su vagina y sus nalguitas, hasta ahorita por encima de su piyama, la luz de la televisión nos iluminaba tenuemente y ella me sorprendió al estirar sus brazos para poder acariciar mi verga con sus manitas.
Me bajo la trusa y tomando mis testículos y mi pene, me dio una acariciada que nunca me había hecho, casi me vengo en sus manos, ella poniéndose boca arriba, se bajo el pantalón de su piyama a medio muslo, esperando que le mamara su cosita. Era la primera vez que yo se lo haría y era una nueva experiencia para los dos, comencé en su estomago, dándole pequeños y húmedos besitos, fue bajando hasta llegar a su pubis, el cual estaba mas hinchadito de cuando se lo vi por primera vez, podría decirse que hasta gordita se le veía la panochita.
Con mi lengua separe sus labios vaginales, succionándolos después suavemente, hasta que hice contacto con su pequeño clítoris, mismo que se encontraba muy duro, lo succione hasta que ella, tomando mi cabeza con sus manitas, me trataba de incrustar en su panochita, llegando un orgasmo muy fuerte, cuando se relajo, volví a empezar, besando sus piernas, bajando mi lengua hasta su pequeño ano, cuando ella sintió mi lengua en su culito, se sobresalto, pero la trate de tranquilizar, diciéndole que no se preocupara, que también le gustaría que le mamara su culito. Le pedí que levantara su pierna y las sujetara con sus manos, ella lo hizo dejándome a mi disposición su panochita y culito, deslizaba mi lengua, alternando las lamidas, trate de meter mi lengua en su ano, ella apretó y no me dejo, seguí mamando, ahora trate de introducir mi lengua en su pequeña panochita y ahora si lo permito, no entro mucho mi lengua, solo lo suficiente para lograr arrancarle otros dos orgasmos.
Para ese momento ya tenía la sabana húmeda de las secreciones de mi pene, queriendo entrar en alguna cavidad de mi hermanita, me imaginaba que tal vez me correspondería con una mamada, pero conociéndola, mejor le pregunte que como me ayudaría a eyacular (como ella le decía).
No me contesto, solo se coloco boca abajo y levantando un poco sus nalguitas, me dijo: “cógeme por mi culito”, aproveche para darle otro mamadita pero nada más a su ano. Cuando estaba a más no poder, me coloque atrás de ella, dirigiendo mi verga al traserito de mi hermana, cuando sintió la punta de mi pene, ella solita, separo sus nalguitas aflojando su esfínter, mi cabeza, entro sin ningún problema, cuando iba a la mitad del tronco, ella se quejo de que le dolía, le pedí que me ayudara, abriéndose un poco mas las nalguitas y poniéndose flojita, total que entre quejas y enojos por parte de ella, mi varga que alojada en fondo del culito de mi hermanita, comenzamos a coger suavemente, yo la abrazaba y recargando mi peso en mis codos, le susurraba al oído, que la adoraba, que era todo para mí y que ojala nunca se aburriera de todo lo que hacíamos, ella me contestaba que también me quería mucho y entre platica y platica, metida y sacada de verga, ella levantaba sus nalgas hacia mí.
Se puso tensa, apretándome la verga con su culito, llegándole otro orgasmo, que yo disfrute mucho, ya que la presión de su ano, provoco que me derramara en el fondo de ella. Nos quedamos abrazados, aun derramando nuestras secreciones, no intentamos movernos, ella hacia presión con su culito apretándome el pene y gracias a esto, volví a recuperar mi erección, ella, meneaba suavemente su colita y de nuevo estábamos cogiendo muy rico, con mi esperma en el fondo, pude penetrar a mi hermanita de una manera suave y profunda, ella se quejo de que la estaba apachurrando mucho, pues yo al sentir tan delicioso estar en el fondo de mi hermanita, se me olvido que estaba encima de ella, nos rodamos quedando ella sentada en mi miembro, acostada sobre mi pecho, en ese momento, sentí que la cabeza de mi verga topaba con algo en el fondo del culito de mi hermanita, ella al sentirlo, también se quejo, diciéndome: “ya no empujes, ya no entra mas” le dije que ya no lo haría, pero necesitaba que ella se moviera para poder eyacular, inicio un movimiento hacia adelante y hacia atrás, pero también topo mi reata con su intestino, entonces le explique que se moviera sus caderas en forma circular, al principio batallo un poco, pero cuando agarro su ritmo, no tardamos mucho y nos venimos juntos, fue un orgasmo delicioso.
Quedamos acostados por un buen rato, yo ni siquiera me di cuenta de cuando mi pene salió del ano de mi hermanita, solo sentí una gran humedad en mis piernas, era mi semen que poco a poco salía de mi pequeña.
Su piyama también quedo humedad de nuestras secreciones, la acompañe a su recamara para ver que se cambiara y se aseara un poco. Me pregunto que por qué eyaculaba mucho semen, le conteste que entre más días me tardara en venirme, se acumulaban mis espermas, por eso la cantidad que había dejado en su culito. Ella sonrió y me dijo: “voy a tratar de que no se te junten mucho”
Cuando se acostó, me dio un tierno y excitante beso, al tiempo que me decía: hoy me hiciste gozar mucho, también me llegaste muy adentro y me gusto mucho. Te adoro a ti y a tu verga.
Dormí muy a gusto, en mi cama quedo el aroma de mi hermanita y el saber que cada cogida que nos dábamos, era mejor me hacia desear que mi hermanita no tardara mucho para volver a amarnos.
Hasta aquí esta entrega, espero les guste, no les aburra ni se les haga muy extensa, pero les repito, al escribirlo, hace que vuelva a vivir y a sentir esta etapa de mi vida, la cual viví muy intensamente. En próximas entregas, explicare como se dio la relación con mis primitas y otras personitas a las que en la fecha aun quiero mucho.
Si les gustan estos relatos, le agradecería que comentaran. Saludos
Mi correo para cualquier contacto o petición exitbear@yahoo.com.mx
Por exitbear2010
Tal cual se rescataron por la pagina sexosintabues30.com
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